De abajo hacia arriba: los bloques provinciales ganan espacio para afrontar desafíos en común
Con amparo constitucional a partir de la reforma del '94, esta estrategia de asociación borra los límites físicos de los territorios pero también los políticos de quienes los gobiernan. En esta entrevista, el aporte del geógrafo, investigador y docente de la UNL, Martín Seval.
De abajo hacia arriba: los bloques provinciales ganan espacio para afrontar desafíos en común
Una de las novedades que trajo octubre fue la firma del tratado que formalizó la creación de la Región Litoral que integran Santa Fe, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Formosa (más la invitación a Córdoba para sumarse), con el fin de promover el desarrollo sostenible en lo económico, productivo, logístico y social", así como "el desarrollo humano, la salud, la seguridad, la educación, la ciencia, el conocimiento y la cultura", según expone el acta constitutiva que se firmó el miércoles 16 en la capital santafesina.
Este bloque se suma a la Región Centro (Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), la del Norte Grande Argentino que a su vez se subdivide en Noroeste (Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca y La Rioja) y Noreste (Misiones, Chaco, Corrientes y Formosa) y a la Patagonia (Chubut, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, La Pampa y Tierra del Fuego).
Con la reforma constitucional de 1994 como marco legal, estas formas de asociación plantean el desafío de superar los límites geográficos de las provincias, pero también los políticos partidarios en pos de objetivos comunes que trasciendan a las gestiones de quienes las gobiernan.
Sobre este y otros aspectos, El Litoral dialogó con el geógrafo Martín Seval, Doctor en Geografía (UBA), Licenciado en Geografía (UNL) y docente investigador del Departamento de Geografía FHUC-UNL.
- La Región Litoral no fue la primera en ser creada en los últimos años. Hubo otras y ninguna coincide con las que aprendimos cuando íbamos a la escuela.
- A lo largo del siglo XX, la categoría región ha sido utilizada desde diferentes perspectivas. A principios de siglo teníamos una categoría de corte académico para entender cómo se distribuían los fenómenos en el espacio desde una perspectiva de corte natural y otra humana que es la que terminamos conociendo en la escuela. Es la regionalización clásica: Pampeana, Mesopotámica, etc., con el objetivo de dividir al país como piezas de un rompecabezas donde no tenía que haber "residuo" y las provincias no se podían superponer; como sí ocurre con la Región Centro y la Litoral.
El gobernador santafesino Maximiliano Pullaro (centro) ejerce la presidencia pro-témpore de la Región Centro, el bloque subnacional cuya carta de intención se puede rastrear en el año 1973. La integran, además, Córdoba, representada por Martín Llaryora (izq.), y Entre Ríos, que tiene a Rogelio Frigerio como mandatario.
En la segunda mitad del siglo XX empieza a surgir otro uso del concepto de región como una categoría de acción política. Esto corresponde al desarrollismo (décadas del '60, '70) y es en ese marco que surgen otras regiones por fuera del imaginario regional clásico, como por ejemplo la del Comahue, que permitió al Estado nacional construir una cantidad de represas hidroeléctricas: es la función que otorgaba el Estado nacional, desde arriba, al territorio.
Esta regionalización de la que hablamos ahora surge al revés: el Estado nacional no la define desde arriba sino que lo hacen las provincias, con el marco legal de la reforma de la Constitución Nacional de 1994.
- ¿Cómo posibilita la reforma de la Constitución esta forma de regionalización?
- En el año '94 se introdujo el artículo 124 que se articula con el 125 (ya existía con el número 107) y permiten a las provincias constituir estos pactos con fines de desarrollo económico, social, etc, en la medida en que no pongan en conflicto la integridad nacional.
La decisión surge, entre otros factores, por un cambio de época a nivel mundial que es el paso del fordismo al post fordismo. El primero estaba vinculado a un rol muy fuerte de los estados nacionales, y el segundo, a los procesos de globalización que apuntan a que los territorios sean más permeables y, en ese marco, un Estado nacional muy fuerte era inoportuno.
Si se recorre la historia de la Región Centro, se observa que esa idea de unir a las provincias empieza a constituirse a partir de la década del '80, cuando comienzan a verse las primeras instancias de tratados de integración económica.
La región del Nuevo Cuyo llegó a plantear un tratado de integración económica a principios de los '90. Estaba conformada por Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja, pero luego de la reforma de la Constitución Nacional no pudo constituir un pacto provincial; y luego La Rioja abandonó ese tratado y se sumó a la región del Norte Grande.
- ¿Es más fuerte una provincia cuando se asocia con otra u otras para lograr un objetivo?
- Creo que si porque los procesos económicos, los sociales, culturales y de infraestructura, no respetan límites políticos. Este mismo discurso que habilita la formación de los pactos provinciales aplica a otras regiones que no son de corte político: por ejemplo, desde principios el siglo XXI tenemos una cantidad de regiones productivas y urbanas que se institucionalizaron. Las primeras lo hicieron, en gran número, bajo el concepto de cluster con una fuerte especialización productiva en torno a pequeñas y medianas empresas muy próximas en el espacio. Muchas veces esa aglomeración no respeta límites políticos administrativos. Una de las regiones económicas más relevantes que se destacó en ese período fue la de maquinaria agrícola, al sur de la provincia de Santa Fe y este de Córdoba (Las Parejas, Armstrong, Las Rosas y Marcos Juárez) que concentra el grueso de las pymes metalmecánicas.
Martín Seval, Doctor en Geografía (UBA), Licenciado en Geografía (UNL) y docente investigador del Departamento de Geografía FHUC-UNL.
En torno a esas empresas se construye una red que involucra a actores institucionales, universidades, municipios y secretarías de ciencia e investigación de las provincias, que permiten que la región tenga peso para peticionar ciertos instrumentos a las autoridades nacionales.
Estas son regiones de corte económico-productivo. Pero, dentro del mundo urbano, está el Programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas (Dami); el caso más cercano es la institucionalización del Área Metropolitana de Santa Fe.
También entre las ciudades de Neuquén y Cipolletti (Río Negro) hay un área metropolitana institucionalizada que está a caballo entre dos provincias. Esto ocurre porque los procesos económicos, sociales y culturales no respetan necesariamente los límites provinciales. Por lo tanto, es una interesante herramienta la interacción entre las provincias para plantear estrategias comunes a fin de llegar a acuerdos en infraestructura de transporte, como es el caso de la Región Centro.
- En el lanzamiento de la Región Litoral un denominador común es la hidrovía.
- Hace un tiempo existía la iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) que después fue asumida por el Consejo Suramericano e Infraestructura y Planeamiento (COSIPLAN). En el caso de Santa Fe estamos atravesados por dos grandes ejes de la IIRSA-COSIPLAN: uno es el de Mercosur que va de oeste a este, desde Chile a Brasil y une los puertos de Coquimbo y Porto Alegre: la duplicación de la calzada de la ruta nacional 19 responde a ese eje.
El otro eje que nos atraviesa es el de la hidrovía Paraná-Paraguay que involucra obras de infraestructura, como el proyecto del circunvalar ferroviario que apuntaba a sacar los trenes del ejido urbano de la ciudad de Santa Fe. El otro objetivo es la misma hidrovía y la infraestructura necesaria para que el río sea navegable a barcos de gran calado.
En la reforma de 1994, la Constitución Nacional incorporó el artículo 124 que habilita la creación de bloques subnacionales para el desarrollo económico y social.
Esta nueva Región Litoral incluye desde Santa Fe y Entre Ríos al sur hasta Formosa al norte: son provincias que en algún punto están vinculadas a ese eje de integración.
- Más allá de los matices de cada una, ¿puede existir una tensión entre las provincias que integran una región, teniendo en cuenta sus propias demandas y la diversidad de signos políticos que la componen?
- Al momento de entender la conformación de las regiones, que se hace desde abajo a través de redes público-privadas entre diferentes actores, lo que prima es el acuerdo. Pero el conflicto es constitutivo de la vida en sociedad; no me preocuparía tanto cuáles son los conflictos sino las capacidades que tienen para resolverlos.
Hay que ver para qué se unen y si el conflicto está vinculado a los acuerdos que se hicieron o van por otro lado, y si están los instrumentos para resolverlos.
La Región Centro, como el Norte Grande y la Región Patagónica tienen una junta de gobernadores donde se toman las decisiones políticas, pero también un comité ejecutivo dividido en diferentes áreas. En la Región Centro no solo están representados los actores estatales sino también, en las instancias de los foros, la sociedad civil. En la medida en que los conflictos que están por fuera de la región no mellen esta institucionalidad, las provincias tienen la posibilidad de resolver los desacuerdos.