Acueducto San Javier-Tostado: una corrección y un acto de justicia
El Ministerio de Obras Públicas de la Nación adjudicó este miércoles una obra estructural y de vital importancia para la provincia: el acueducto San Javier-Tostado que, con toma de agua en el Paraná, llevará agua hasta el noroeste santafesino.
La construcción del acueducto tendrá, en esta primera etapa, una extensión de 330 km en siete tramos consecutivos. Crédito: Archivo
La información pura dice que a través de la Licitación Pública Nacional N° 501-0004-LPU22, el Ministerio de Obras Públicas, adjudicó a la UT integrada por las empresas Supercemento S.A.I.C; Benito Roggio e Hijos S.A; Rovella Carranza S.A.; y Centro Construcciones S.A, para la ejecución del Acueducto San Javier-Tostado en la provincia de Santa Fe, por una inversión de $ 56.948 millones.
Considera además el parte oficial que se trata “de una de las obras hídricas más importantes del Plan Argentina Grande, que permitirá que 124.000 personas de 14 localidades del norte de la provincia, que hasta al momento carecen de agua potable, accedan a este servicio”.
La construcción del Acueducto tendrá, en esta primera etapa, una extensión de 330 km. Y se hará en 7 tramos consecutivos. La obra se iniciará con la toma de agua en el Río San Javier y desde allí, un conducto principal la trasladará hasta la Planta Potabilizadora, ubicada al norte de la ciudad de San Javier. La obra contará también con 9 estaciones de bombeo ubicadas a lo largo del tramo troncal que impulsarán el líquido desde la obra de toma de San Javier hasta Tostado.
Hasta allí, la información oficial. Lo primero que hay que hacer es celebrar la nueva, porque es una gran noticia para la provincia. Lo segundo, es rogar que se haga: con inflación cercana al ciento por ciento, son muchas las obras que se caen, o deben reformularse.
Un acto de justicia
El acueducto anunciado horas atrás, con toma de agua en San Javier y destino final en Tostado, corrige un error político y es a la vez un acto de justicia. Es que, en el diseño original de los acueductos que hizo el exgobernador, Hermes Binner, el noroeste provincial, Tostado y localidades de la zona, era el único que no tenía previsto tomar agua del Paraná, sino del cambiante e inestable río Salado.
Hasta Binner y el socialismo, los gobiernos justicialistas que venían de corrido desde el 1983, no “vieron” el tema de los acueductos. No estaba en los planes, en las políticas o en los anuncios: nada. Las localidades costeras tenían sus tomas para abastecerse y punto. El resto de la provincia, arreglate. El oeste completo, capturando agua de napas, con alto contenido de arsénico: ósmosis inversa con alto costo.
Hasta entonces, insisto, el único acueducto (“peronista”) era el del Centro, hecho por Nación, con toma de agua en Monje y al que luego, no sin dificultades y adaptaciones varias, se le sumaron algunas localidades oeste adentro…
Pero el diseño y la toma de conciencia sobre la necesidad de tener un programa, una política estructural y completa, fue del socialismo o del Frente… con al menos un punto débil: Tostado.
En el plan de Binner, un error político y una discriminación incluso (en ese plan rector, toda la provincia algún día tomaría agua del Paraná, menos el departamento 9 de Julio), la zona iba captar agua del Salado para luego remontarla hacia las localidades que están al norte. Pasa que el Salado es un río “difícil”, ya suficientemente “agujereado” en Santiago del Estero y que por largos períodos es un hilito de agua al ingresar a la provincia y pasar por Tostado. Incluso hoy está cortado y sin agua en varios tramos y hay productores desesperados que hacen pozos en el lecho seco del río para tratar de sacar algo de agua para el ganado. Una toma allí era condenar para siempre a la región a tomar esa agua y no la del Paraná.
En medio, Binner y Schiaretti, en su momento, habían anunciado lo que yo creí (para ser sincero) era una irresponsabilidad, una mentira o pura demagogia: el acueducto biprovincial, con llegada a Córdoba con toma desde el Paraná. ¡Nosotros no habíamos llevado un litro de agua del Paraná, todavía, a nuestro oeste y estos gobernadores anunciaban un acueducto hasta Córdoba, unos cuantos kilómetros más al oeste y cuesta arriba! Ese anuncio fue en 2011, hace más de diez años… Pero, ahí están ahora, el mismo Schiaretti y ahora Perotti desandando el camino para que el Paraná llegue también a tierras cordobesas.
Este acueducto cuya construcción se adjudica ahora (San Javier-Tostado e intermedias) y cuya construcción demandará mucho tiempo y dinero, es una obra estructural de indudable importancia y que corrige y mejora el diseño anterior.
Al final, la política, con sus tiempos, amagues, falsas largadas, pliegues y repliegues, sí puede mejorar lo hecho o no hecho hasta acá. En este caso, se trata de una corrección y de un acto de justicia. Y está muy bien, para ser sincero.