Martes 19.4.2022
/Última actualización 13:50
El presidente del directorio de Aguas Santafesinas SA, Hugo Morzán, consideró que pese a las dificultades extraordinarias que implicaron la irrupción de la pandemia y la bajante histórica del río Paraná fue "excelente lo que se ha podido avanzar puertas adentro de la empresa" y elogió muy especialmente la disposición de todos los cuadros del personal.
Expuso la necesidad de producir cambios de fondo en las gerencias con las que hoy se organiza la SA y sostuvo que se necesita más personal porque con el plan de acueductos se han sumado más tareas.
Guillermo Di Salvatore D.RFoto: Guillermo Di Salvatore
El ministerio de Infraestructura y el Enress elogian la labor del personal durante la pandemia, pero también hay reproches…
-El Enress señala que hay demasiado trabajo tercerizado.
- A nosotros también nos lo plantea el sector sindical. Y pensamos avanzar en recuperar algunos trabajos que hoy están tercerizados. Creemos que la empresa puede encargarse de tomar el estado de los medidores.
- ¿Y las reparaciones de cañerías?
- Hoy se contrata con empresas lo que se ve en la calle: los corralitos y las reparaciones de fugas. Reasumir esos trabajos implicaría una fuerte inversión en equipos, además de más personal. Es más complejo.
Pensamos en una reestructuración de las gerencias y en sumar más personal. Tenemos la obligación de prever el futuro y hacer el análisis, ya mismo, para que podamos tener la mejor estructura para prestar el mejor servicio.
- Claro, el mejor servicio posible.
- No, el mejor servicio. Si nosotros acotamos los objetivos a "lo posible" ya estaríamos resignando calidad, eficiencia, acceso y cobertura. Hoy vemos que son muchas más las tareas que tiene a su cargo Aguas gracias a que tenemos un programa de desarrollo de acueductos que le garantiza, con la operación de esa infraestructura, agua potable en bloque muchas poblaciones que sufrían de un abastecimiento que no tenía la misma calidad.
Y vemos que se debe replantear la estructura de las gerencias, y hacerlo también dentro de cada una de ellas. Son temas de los que venimos hablando con las autoridades del ministerio de Infraestructura y con el propio gobernador Omar Perotti.
- Qué es mejor, el actual formato de Sociedad Anónima o una empresa del Estado? ¿Qué figura colabora con la gestión o la entorpece?
- Sin haber administrado una sociedad del estado, digo que somos una SA y que también nos regimos por la 11.220. Y que eso genera controles internos y auditorías y también la actuación del Enress. Estamos en una situación que nos plantea la mirada del Ente Regulador de los Servicios Sanitarios como si fuéramos privados. Pero también al mismo tiempo tenemos al Tribunal de Cuentas que nos mira como al resto del Estado.
Es complejo hacer lo necesario para que se comprenda que, en realidad, todos estamos en el mismo barco. Y que tenemos que tener objetivos que como nos ha dicho el gobernador se deben extender a todas las localidades santafesinas y no solo a los 15 distritos servidos por Aguas. Y que también es parte de nuestras tareas ser proveedores de agua en bloque a las ciudades y las poblaciones abastecidas por los acueductos que gestiona Assa. Y tenemos una tarifa agua potable de excelente calidad en la que el litro de agua cuesta cuatro centavos.
- Es parte de lo que no ha previsto el marco regulatorio vigente. Incluso el ente regulador sostuvo años atrás que esos costos deberían ir fuera del sostenimiento del servicio.
- Tenemos una situación bastante particular, porque periódicamente discutimos el régimen tarifario y su actualización, pero mientras tanto se repiten una y otra vez las renovaciones de un contrato de vinculación que también necesita ponerse a tono con la realidad. Necesitamos en definitiva un nuevo marco regulatorio porque la concesión fue diseñada para una prestación a cargo de un privado y nosotros somos una sociedad anónima en manos del Estado. La pregunta es qué debería cambiar en el Enress y en las regulaciones para controlar una empresa que está en el Estado. Hoy es un poco ilógico que haya una multa contra Aguas que, finalmente, va de un bolsillo a otro del Estado. Necesitamos ordenar los sistemas de control.
- ¿En términos prácticos, en qué aspectos los controles y las regulaciones complican la gestión?
- Por ejemplo en las licitaciones de repuestos de equipos muy específicos, se nos reprocha que se direcciona la compra. La realidad es que si contamos con determinado equipamiento tenemos que comprar los repuestos de esa marca. Hay particularidades de un servicio público que cuesta que se comprendan, por eso tenemos total disponibilidad de informar al Tribunal de Cuentas cuando ocurren estas situaciones.
- Con trámites más extensos, ¿se subejecutan las partidas para invertir en infraestructura?
- Porque salen a hacer compras urgentes.
- Y sí, claro, un poco...
- ¿Una posibilidad es renovar la flota de vehículos, no?
- No. Se buscan siempre alternativas directamente vinculadas con las necesidades del servicio. Tenemos un techo que nos comprime las inversiones, que es el producto de que hoy con la tarifa no se sostiene el servicio. De hecho, nos faltan vehículos especiales que hoy no se consiguen y tiene que ver con cómo se adjudican, en el caso de los desobstructores.
- ¿Cómo evalúa el aumento de tarifas que finalmente se aprobó?
- Hay una diferencia entre las tarifas accesibles y justias que pretendemos y las que necesitamos para sustentar el servicio. El Estado provincial es quien pone lo que no se recauda, magia no se puede hacer...
No me gustaría que se vea lo que digo como una excusa pero es un hecho contable: tuvimos costos de energía eléctrica extraordinarios por la bajante. Hubo que extraer el agua 3,5 metros más abajo y además de hacerse obras especiales ante circunstancias hídricas extraordinarias, se usó mucha más energía. Sólo en la ciudad de Santa Fe necesitamos unos 8.500 metros cúbicos por hora, es decir 8,5 millones de litros, pensemos que hay que elevar con electricidad 8 mil quinientas toneladas por hora tres metros y medio más arriba que antes. Y se suman inestabilidades propias de la guerra en Europa y eso nos crea subas con insumos dolarizados que tuvieron incrementos en dólares. El sulfato de aluminio, el policloruro de aluminio, es un mineral que la Argentina importa de Brasil y sube medido en dólares. No lo tenemos y lo necesitan todas las plantas del país. En el caso del cloro gaseoso la provisión es casi monopólica... Y lo mismo sucede con parte de los reactivos necesarios para los 85 análisis que hacemos en los laboratorios para garantizar la calidad del agua.
- ¿Y en números cómo quedó la empresa con el aumento?
- Sin una actualización tarifaria, en 2022 hubiéramos necesitado que el Estado provincial subsidie un 70% del mantenimiento del servicio. Con lo que obtuvimos, que es menos de lo que se había solicitado y que es paulatino, se sostiene en un 46% el aportes del tesoro provincial.
Y esos fondos vienen de toda la provincia, no solo de los 15 distritos que atiende Aguas. Y hay un tercio de la población santafesina que tiene otros servicios y también aporta con sus impuestos al sostenimiento de la empresa.
Tarifas: la suba sumará 71,8%
El presidente del directorio de Aguas Santafesinas, Hugo Morzán, confirmó que el aumento será acumulativo además de escalonado. Y que terminará "con una suba del 71,8%". Aclaró que ese porcentaje se percibirá completo recién con la facturación de 2023. El dato es relevante porque hasta ahora desde la Casa Gris se sostenía que la suba sería del 60% (escalonado en 30, 20 y 10%).