En resumidas cuentas: ningún candidato salió de su eje. Ni Sergio Massa destacando los hechos positivos de su gestión; ni Javier Milei asegurando las bonanzas de su plan; ni Patricia Bullrich intentando mostrar una mano firme; ni Myriam Bregman intentando exponer los comunes denominadores de los demás; ni Juan Schiaretti con su autorreconocimiento de lo hecho en Córdoba.
Las primeras en intentar ponerle algo de picante a la noche fueron las mujeres. Myriam Bregman hizo mención al caso "Chocolate" y también al escándalo de Martín Insaurralde. Por su parte, Patricia Bullrich acusó a Sergio Massa de ser el "presidente en funciones del actual gobierno" y acusó a Milei de estar "solo y transando con lo peor de la casta". Sin embargo, en ningún momento de la noche posterior pasó demasiado este nivel de tensión, quizá principalmente por el método de debate, donde no había ningún momento libre de discusión entre los candidatos que estaban en los atriles.
Por su parte, Schiaretti comenzó hablando de la necesidad de hacer en Nación lo que él está haciendo en Córdoba, sosteniendo el equilibrio fiscal y sin caer en la grieta. Sergio Massa intentó con su discurso de apertura poner sobre relieve en los actuales hechos positivos de su gestión y en esa línea se mantuvo durante toda la noche, más allá de que en algunos momentos usó su derecho a réplica para intentar rebatir las acusaciones en su contra por parte de los otros candidatos que incluso en un momento pidieron todos juntos atacar discursivamente al actual ministro de Economía de la Nación. La expectativa quedaba en Javier Milei y su temperamento. Todos sabían que cualquier momento que encienda la personalidad y la elocuencia del libertario para hablar podía generarle una mala pasada. Nada de eso ocurrió, ya que tanto Milei como todos se mantuvieron dentro de sus cabales.
Al momento de hablar de economía, Javier Milei era quien más cómodo estaba. Entre sus propuestas está "cerrar el Banco Central de la República Argentina", algo que le valió gran cantidad de cuestionamientos por parte de sus contrincantes quienes dijeron que es una locura y que son muy pocos los países en el mundo que llevan adelante ese tipo de políticas. Sergio Massa los puntualizó: Zimbabue, Ecuador y El Salvador. Myriam Bregman una vez más intentó encender la mecha en el candidato de la Libertad de Avanza al decir que en realidad "es parte de la casta militar" y que "más que un león es un gatito mimoso". A su turno de cruzarlo, Patricia Bullrich acusó a Javier Milei de proponer falsedades al ser consciente de que "no hay dólares" para practicar lo que él quiere hacer en economía argentina y entonces "no puede hacer lo que promete". Mientras tanto Milei hacía muecas de que eso era falso.
La ciudad de Santiago del Estero fue la elegida para protagonizar un debate que está previsto por ley. Crédito: Emilio Rapetti / Télam
En el medio de tantos dimes y diretes iniciales que anticiparon que los derechos a réplica (que eran cinco en total para cada candidato) se iban a agotar en primeras instancias, Milei recogió el guante para responder a Sergio Massa, a quien acusó de que la emisión monetaria de este gobierno es una estafa a la población y también que se sentía lógicamente atacado porque a "todos los políticos les gustan los beneficios de haberse robado más de 280 mil millones de dólares en los últimos años". Luego de que Patricia Bullrich se preguntara "cómo Massa podía ser un buen presidente si era un terrible ministro de economía actualmente", Myriam Bregman lo acusó de llegar a un acuerdo con el FMI y de seguir todas sus directivas.
Lo especial fue cuando Massa habló de la probabilidad de llevar adelante penas tributarias contra evasores e incluso la cárcel. Fue en ese momento cuando Patricia Bullrich le sugirió que entonces lleve a Martín Insaurralde frente a la justicia, por los hechos de público conocimiento. En la sala, al finalizar este encuentro de debate, hubo un consenso generalizado en que los temas de opinión pública del momento no lograron, sin embargo, ser bien utilizados por cada uno de los candidatos.
Llegado el momento de la educación, Sergio Massa prometió llevar de 6 a 8 puntos la inversión del Producto Bruto Interno en el presupuesto de educación, apostar a la robótica y a la inteligencia artificial. Dijo que aquellos que proponen la venta libre de armas están poniendo un revólver en la mochila de los chicos de nuestro país, pero que él quiere poner una notebook. A su turno, Patricia Bullrich rápidamente le respondió y dijo que no tenía nada que ver lo que dice el actual candidato oficialista, con lo que hace dentro del actual gobierno. Ella dijo que Domingo Faustino Sarmiento les pondría un cero a los actuales funcionarios de educación y que ella propone algo simple, pero que en realidad busca cubrir el deseo de millones de argentinos que no encuentran ni siquiera solución en esa simpleza: que los chicos tengan 190 días de clases, ni uno menos.
Myriam Bregman intentó representar a las docentes, a quienes destacó el trabajo que hacen y que ahora tienen que tolerar que los candidatos las hagan cargo de la crisis educativa. Atacó a Massa al decir que promete 8 puntos, pero que no puede asegurar actualmente como Ministro de Economía los 6 puntos que indica el presupuesto. A Patricia Bullrich y al Macrismo por haber detonado la educación pública, mientras "Javier Milei viene con las escuelas voucher". A este último le sugirió que vaya a Chile y que vea cuáles fueron los efectos de esta situación. También volvió sobre Massa al decir que tiempo atrás éste les había dicho a las docentes que ahora se terminaba la joda, cuando en realidad los que están de joda son sus propios funcionarios en yates y con champán.
A su turno, Milei dijo que él no pretende con su Ministerio de Capital Humano, que se dividirá en niñez y familia, salud, educación y trabajo, "dar el pescado, sino enseñar a pescar y a administrar una empresa de pescadería".
Quizá el momento de mayor tensión discursiva fue al hablar de derechos humanos. En ese momento, Patricia Bullrich dijo que siempre iba a apostar a la política en paz y convivencia y que reconocía que fue parte de una agrupación juvenil, ante la gran cantidad de acusaciones de que ella utilizó la violencia. Esto fue negado por ella misma. Y también citó ejemplos como los de Mandela y Mujica, que fueron parte de agrupaciones juveniles y que después tuvieron un rol importantísimo en la política de sus países o a nivel mundial. Ella intentó recordar a los muertos de la dictadura y también a los militares y civiles que murieron a instancias del terrorismo. Luego llegó el caso de Myriam Bregman, quien le preguntó a Patricia Bullrich por Maldonado, por los programas sociales recortados y qué espera que hagan las madres a quienes se les recorta el presupuesto a sus hijos con discapacidad, que eligen ir a protestar y que según algunos sectores tienen que ser reprimidos. Fue en ese momento cuando Bullrich hizo lugar a un nuevo recurso de derecho a réplica y saludó y reconoció el trabajo de la Gendarmería Nacional Argentina, en particular a los efectivos que estuvieron vinculados en la causa de Santiago Maldonado, pero que fueron absueltos tras, según dijo la líder del PRO, ser acusados y perseguidos. Dijo que a los efectivos federales de la Argentina, algunos intentan dejarlos tirados en el rincón y no los dejan vivir en democracia.
A su turno, Javier Milei negó que los liberales sean fachos, fascistas o nazis. Dijo que están basados en el derecho de la no agresión y a la vida y que avalan el eslogan de memoria, verdad y justicia. Ante la sorpresa de muchos, fue ahí mismo cuando dijo: "empecemos con la verdad, no fueron 30.000 desaparecidos, sino 8.700". Fue en este momento cuando hubo una gran cantidad de intercambios de derechos de réplicas y algunos momentos de griteríos en off, pero que sin embargo no pasaron a mayores.
Finalmente llegó el momento de las preguntas cruzadas, donde cada candidato, en lugar de realizar una pregunta a quien le tocaba en cada momento, aprovechó para sentar alguna posición que había quedado desperdigada, o utilizar el momento de escasos 45 segundos, para profundizar o utilizar una réplica sobre algún tema que no había podido realizar anteriormente. Lo mismo ocurrió en el minuto de cierre, donde Bregman apostó a un discurso distinto a los de los demás, donde, por ejemplo, habló de la cuestión ecológica. Por su parte, Milei dijo que todos sus contrincantes hablaban como "marcianos, como si no tuvieran nada que ver con el desastre actual", y prometió que hay un futuro mejor posible, pero ese futuro es mejor si es liberal. Massa, luego de haber pedido disculpas por su gestión económica al principio, le habló a los frustrados. Les aseguró que hay tres caminos, "la vuelta al pasado", "un salto al vacío y a la locura", o "un gobierno de unidad nacional", luego de también haber invitado a todos los sectores partidarios a sumarse a su proyecto. Bullrich, en cambio, dijo que lleva "20 años luchando contra el kirchnerismo", que siempre le pusieron el pecho cuando estos dijeron que 'vamos por todos' y que ahora es "la batalla final". Por su parte, Juan Schiaretti volvió a hacer asimilaciones entre su plan de gobierno nacional con la provincia de Córdoba. Resta esperar si las lecciones aprendidas servirán para que alguno logre distinguirse en el próximo y último debate presidencial antes de las generales.