Ajuste: organizaciones sociales advierten una situación "muy difícil" en el futuro inmediato
Sin un refuerzo, en enero no van a poder funcionar los comedores barriales destinados a los sectores más vulnerables. Ese es el diagnóstico al que conducen el aumento de precios, combustibles y, en breve, de tarifas.
A media mañana se hizo una concentración frente a Casa de Gobierno para visibilizar al dura situación que atraviesan quienes asisten a los sectores más vulnerables. Créditos: Guillermo Di Salvatore
Ollas vacías. Esa fue la imagen simbólica que a media mañana de este martes imperaba en la plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de Gobierno de Santa Fe. Simbólica o real, de acuerdo al diagnóstico que las organizaciones sociales vienen haciendo en los últimos días, luego de que se conocieran las primeras medidas económicas del gobierno nacional: básicamente devaluación, liberación de precios con el consiguiente incremento de productos básicos en las góndolas, aumento de combustibles y el anticipo de una suba de tarifas.
A 24 horas de la movilización convocada para este miércoles por organizaciones nacionales en Capital Federal, que constituirá el debut del protocolo antipiquete anunciado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, en Santa Fe se anticipó que el objetivo de la concentración aquí no fue anunciar una marcha sino advertir sobre la dura situación que atraviesan los sectores más vulnerables, con el riesgo cierto de que los comedores comunitarios no puedan funcionar desde enero.
En diálogo con El Litoral, Rubén Sala, del Movimiento Territorial Liberación, expuso que es urgente contar con una red de contención para hacer frente a los últimos aumentos. Si bien destacó que hay diálogo con el gobierno provincial, "incluso desde antes de que asuma", remarcó que "con Nación ni siquiera se sabe con quién hablar".
"En enero los comedores no van a poder funcionar si no hay algún refuerzo", advirtió el dirigente barrial. En esta misma línea se pronunció hace algunas horas la Corriente Clasista Combativa que llamó la atención sobre 33 comedores barriales cerrados por falta de recursos.
El tema es grave: hasta ahora la ecuación funcionaba con alimentos secos provistos por Nación, y carne y verdura que se compraban con fondos provinciales. Sin el aporte de Nación, lo que disponga Santa Fe se va a tener que utilizar para todos los productos. Y las cuentas no cierran.
Tampoco fue bien recibido el protocolo "antipiquete" de Nación: "Esto no es nuevo, sí es el ataque más frontal a un sector social desde un gobierno; así piensan pagar las miles de horas entregadas por solidaridad con nuestros vecinos cocinando, sirviendo, limpiando basurales y todas las tareas que se realizan cobrando por debajo de la pobreza".
"Si hay algo que aprendimos en las organizaciones sociales es a tener dignidad y luchar por trabajo genuino", expone el documento que tiene a Sala como referente, mientras deja en claro que no avalan "prácticas vergonzosas de apriete, prevendas y curro hacia nuestros compañeros".
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