(Enviado especial a Uruguay)
El argentino se hará cargo de la presidencia pro témpore del bloque regional y fue el primero en hablar en la cumbre de mandatarios, luego del uruguayo. Cuestionó la postura de Lacalle Pou y pidio que "Europa deje de mentir".
(Enviado especial a Uruguay)
"Venía con un discurso preparado, pero me invitaste a ser sincero.... así que vamos a ser sinceros" comenzó Alberto Fernández, con su mirada puesta en el primer mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, que acababa de precederlo en el uso de la palabra.
Luego de un recuento de los acontecimientos y determinaciones de las grandes potencias mundiales de cara a la pandemia de coronavirus (con la entrega de vacunas) y la guerra en Europa del Este (con las nuevas necesidades de bienes y servicios), el argentino dijo que así "quedó al descubierto la fragilidad del sistema económico mundial". En ese sentido, también señaló que "en el norte se tiran misiles, pero en el sur se pasa hambre".
Bajo la coyuntura descrita, para Fernández "el mundo ha empezado a preocuparse con la idea de globalización, que ya no está funcionando como antes". Y que, luego de haber pasado personalmente por las reuniones del G7 y G20, percibe que "lo que el mundo se plantea hoy es muy distinto a la libertad de libre comercio", en clara alusión a la situación de Uruguay el discurso de su presidente. Para el mandatario argentino, los países están buscando recuperar sus propias matrices productivas fronteras adentro.
Sobre la posibilidad de reimpulsar un acuerdo del bloque con la Unión Europea, Fernández dijo que "en Europa hay países que no quieren nuestra carne y nuestros granos" por lo que "hay que pedirle a Europa que deje de mentir". En el mismo momento, recordó que "perdemos nosotros si vienen con toda su industria automotriz" a esta región.
"La relocalización de aquellos países que mandaban sus bienes a producir en China y ahora lo quieren volver a hacer en sus naciones" también es algo que hay que considerar, para Alberto Fernández. Reprochó además que "nunca resolvimos las asimetrías entre los Estados miembros" del Mercosur, al tiempo que aseguró que "no creo que la solución sea que cada uno haga lo que quiera". Y que acercarse a países como China "es muy difícil desde la soledad".
En respuesta a un comentario de Lacalle Pou, que ironizó sobre la creación de un Banco Central que regule a todos los Estados parte del Mercado Común del Sur, Fernández respondió que "no es una locura pensar en un Banco Central Común ni para Argentina, ni para Brasil y claro que lo estamos hablando", porque hay una mirada distinta de desarrollo.
De cara al mundo, prefiere "comprarle a países del Mercosur que a otros de extra-zona". Y marcó que el resto del "mundo necesita alimento y energía, lo tenemos en Argentina" y "con Bolivia y Chile tenemos el 66% de litio en el mundo". En ese sentido, remarcó que "Uruguay, Brasil, Paraguay y Argentina tienen un potencial enorme para producir alimentos al mundo". Ya envalentonado, sugirió que "hasta Estados Unidos puede hacer un acuerdo con el Mercosur", para hacerlo juntos.
Al final de su discurso, se refirió directamente a Luis Lacalle Pou. "Ya que nos hablaste de fútbol, hablemos en esos términos" inició, al tiempo que aseguró que "si el que juega de dos agarra la pelota con la mano adentro del área, es penal", para señalarle que "las reglas hay que respetarlas". Por eso, sobre los objetivos uruguayos, planteó que "esos acuerdos tienen que tener otro mecanismo de tratamiento".
Sobre la continuidad del Mercosur como tal, también dirigió dardos a su homólogo oriental: "Decís "no hay que romper", pero cuando una regla no se cumple, alguien está rompiendo".
Al término del discurso de Alberto Fernández, Lacalle Pou dijo que en la próxima cumbre pediría que el formato de la sesión sea con debate abierto entre los mandatarios, para poder ir respondiendo algunas acusaciones. En términos futbolísticos, el uruguayo dijo "me gustaría ver el VAR y ver quién cumple y quién no las reglas en el Mercosur", para darle finalmente la palabra al presidente paraguayo.