Alberto Fernández evitó hablar con los mandos militares y se retiró antes de la ceremonia
En su rol de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente encabezó – parcialmente – el egreso conjunto de los nuevos oficiales. En un discurso apagado, anunció una nueva Ley de Personal Militar y aprovechó el acto castrense para atacar al macrismo.
Alberto Fernández evitó hablar con los mandos militares y se retiró antes de la ceremonia
“Ya nos habían anticipado: el presidente se quedaba máximo 45 minutos y se iba”, advirtió una autoridad del Colegio Militar de la Nación a este medio. Sucede que estaba todo previsto de antemano, de hecho se había postergado la ceremonia, en la que los cursantes de la Armada, del Ejército y de la Fuerza Aérea alcanzan el primer grado de oficial de sus respectivas instituciones, para que el primer mandatario pueda mostrarse presente entre ellos. Finalmente, este lunes, Alberto Fernández se retiró a 26 minutos de comenzada la ceremonia, que históricamente es de estricto protocolo por su implicancia para la Defensa Nacional.
El tiempo que el jefe de Estado estuvo presente en El Palomar alcanzó para que diera un discurso y entregue los sables de los primeros promedios de egreso. Durante su alocución, Fernández indicó que trabaja en un plan que “nos permitirá en un horizonte temporal de 20 años contar con las capacidades necesarias para garantizar la defensa de nuestros interese vitales y estratégicos” al tiempo que “prioriza las inversiones que permitan modernizar y/o adquirir los sistemas de armas”. Esto va a contramano de lo que dijo pocos días atrás, cuando sugirió que la Argentina tiene cosas más importantes que “comprar aviones militares”.
En una postura poco común en los actos militares de estas características, el presidente aprovechó para atacar al macrismo al mencionar que “este gobierno no cerró unidades militares, se restablecieron las divisiones del Ejército, eliminadas por el Gobierno anterior y estamos instalando las nuevas guarniciones en Catamarca”. También resaltó que “comenzamos las obras de la nueva Base Naval de Ushuaia, que será parte de la guarnición militar conjunta”, medida que oportunamente no cayó bien entre los uniformados.
El mandatario evitó profundizar sobre la crisis salarial, pero sí se refirió a la política del personal militar. Anunció que “vamos a enviar al Congreso de la Nación el proyecto de una nueva ley de personal militar, esta ley será derogatoria de la Ley 19.101 dictada en 1.971”. Según Alberto Fernández, el proyecto que aún no salió de los despachos del ministerio de Defensa, “garantizará a todo el personal militar los mismos derechos de los que gozan los ciudadanos, acordes a los cambios socioculturales de la Nación y la normativa vigente” y agregó que “los derechos del personal militar solo se encontrarán limitados por las necesidades de la profesión militar”. Aseguró que esta decisión, conjuntamente a la “jerarquización salarial”, muestra “la preocupación de este gobierno por el bienestar de los hombres y las mujeres que integran las fuerzas y por la Defensa Nacional.”
Alberto Fernández se retiró a 26 minutos de comenzada la ceremonia, que históricamente es de estricto protocolo por su implicancia para la Defensa Nacional. Crédito: Presidencia de la Nación
Poco después de su discurso, Alberto Fernández se retiró del Colegio Militar y logró esquivar cualquier tipo de diálogo con los mandos militares, que esperaban comentarios en privado sobre las declaraciones de las “prioridades de inversión” que tiene el oficialismo y la postergación cada vez más dilatada de la equiparación de los sueldos militares con los de las Fuerzas de Seguridad federales. Lo que dijo públicamente no convenció a las cúpulas ni mucho menos a los jóvenes que comienzan sus carreras, quienes acusaron un “discurso proselitista y fuera de contexto que opacó un momento tan especial para toda la familia militar”.
Por otra parte, generó malestar que la excusa oficial haya sido “por motivos de agenda laboral”, cuando la única actividad presidencial en la jornada era esa.