La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) exigió hoy al Gobierno que "explique" por qué el embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, "no se retiró" de la ceremonia de reasunción del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al enterarse de que también estaba allí un funcionario iraní buscado por la Justicia en la causa por el atentado terrorista de 1994.
"A casi 28 años del atentado contra su sede, AMIA reitera su irrenunciable compromiso con la búsqueda de Justicia y con el reclamo para que los responsables del crimen de lesa humanidad ejecutado sean juzgados con las garantías constitucionales que establece la ley de nuestro país", precisó la entidad judía.
A media mañana la Cancillería expresó su "más enérgica condena a la presencia" del funcionario iraní Mohsen Rezai en Managua, y consideró que su presencia es "una afrenta a la Justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la AMIA".
La AMIA a través de un comunicado oficial precisó que "en lo que constituye un nuevo agravio a la memoria de las víctimas fatales del atentado y una inadmisible afrenta a la Justicia argentina, el acusado de ser partícipe intelectual de la masacre en la que fueron asesinadas 85 personas compartió la ceremonia con el embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, quien no se retiró del lugar ni dio aviso a las autoridades de tan grave situación".
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