Martes 10.10.2023
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En muy pocas horas, la agresión terrorista en Israel se llevó más vidas que las operaciones inglesas en Malvinas en 1982. En ambos casos, los ataques fueron planeados y coordinados por las partes involucradas. En el caso inglés, se trataba de fuerzas armadas regulares de un Estado soberano que disputaba nuestro propio territorio. Eso justificó el empleo castrense argentino, en una operación militar que recuperó la soberanía argentina en parte de su territorio, que estaba soslayada – justamente – por un Estado externo y con presencia de sus miltiares. En el caso de los extremistas palestinos, son fuerzas irregulares y paraestatales. Simplemente por esta condición, más allá de su poderío militar (aunque sin comparaciones con el inglés o el israelí), no es plausible de una reacción armada de nuestro país si fuéramos atacados por ellas. Es decir, si Hamás decidiera ocupar o atacar objetivos judíos o en general dentro de nuestras propias fronteras, las Fuerzas Armadas nacionales serían meras observadoras del desastre consecuente.
Ante el hipotético escenario planteado y los disparadores que genera, El Litoral consultó al presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de la Nación – Dr. Alberto Asseff – para conocer su postura.
Dr. Alberto Asseff, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de la Nación.-¿Cómo observa el marco legal vigente en materia de Defensa Nacional?
-Hace años que venimos sosteniendo que la Ley de Defensa Nacional, sancionada en 1988, con un amplio consenso en su oportunidad, ha quedado desactualizada, paulatina y crecientemente, a raíz de la aparición de las llamadas nuevas amenazas. Nuestra ley establece que solamente se considera ataque exterior, agresión externa, a la que proviene de una fuerza estatal extranjera.
-Esa parece una mirada que quedó en otro contexto, ¿cómo se debe leer hoy al posible peligro externo?
-En el caso de las nuevas amenazas, como lo ha probado otra vez más la agresión de Hamas al sur de Israel, no proviene de un Estado, sino que es de un grupo terrorista, ajeno a la institucionalidad estatal de ninguno de los Estados miembros de las Naciones Unidas. Esto demuestra, insisto, que debemos preparar nuestras fuerzas armadas para las hipótesis reales que podrían amenazar nuestra paz interior, nuestras vidas, intereses tanto individuales como colectivos de nuestra Nación.
-Hay que prepararse con fuerzas especiales, con protocolos que contemplen cómo actuar contra esta agresión. En definitiva, las Fuerzas Armadas tienen que modernizar sus estrategias y sus protocolos para actuar, su preparación profesional y sobre todo cómo orientar el objetivo de Defensa actualizándolo al contexto regional y mundial actual.
-Para algunos no forma parte ni de la imaginación un ataque terrorista en nuestro país…
-La amenaza terrorista no es una fantasía que enarbolamos quienes venimos alertando y advirtiendo sobre estas hipótesis nuevas de conflicto, sino que es una triste, dramática y, como se ve en el mundo, trágica realidad. Por eso también venimos insistiendo que tanto el Primer Comando Capital como el Comando Vermelho, ambas brasileñas, son grupos organizados que actúan internacionalmente o transnacionalmente con el narcotráfico, son bandas criminales transnacionales, que están no solamente amenazando, sino asolando – por ejemplo - a vástagos sectores de la superficie de Rosario.
-¿Qué pasa hoy en Rosario?
-Se calcula 19 kilómetros cuadrados de Rosario, están bajo la soberanía del Primer Comando Capital, es un grupo extranjero, es una banda criminal, está absolutamente artillado, pertrechado, actúa militarizadamente, no vacila directamente o a través de sicarios para matar, amenazar, intimidar o extorsionar. Realmente, si no damos respuestas a estas realidades, es como que queremos empecinarnos en tapar nuestra mirada, nuestra visión con la ideología. La ideología no está para obturar la visión, en todo caso para iluminar ideales, pero acá, en nuestro país, parecería que la ideología lo que hace es enceguecernos y desproteger, desamparar a nuestra población y a nuestros intereses nacionales.