El Litoral
DyN
La ex mujer de Alberto Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, renovó hoy sus críticas contra la fiscal Viviana Fein al advertir que la funcionaria judicial conduce la investigación por la muerte de su ex marido "con un interés manifiesto en el resultado del proceso", por lo que "aferra todo su trabajo a probar que únicamente esto fue un suicidio".
"Está llevando adelante la investigación con una falta total de objetividad, de legalidad, de neutralidad y de oficialidad", cuestionó con dureza Arroyo Salgado, un día después de presentar la recusación contra Fein.
La jueza federal de San Isidro también manifestó que desde el inicio de la investigación por el fallecimiento del fiscal se "han aniquilado todos los derechos de la víctima".
En una extensa entrevista con radio Mitre, la magistrada arremetió contra Fein, al cuestionar que la fiscal "aferra todo su trabajo a probar que únicamente esto fue un suicidio", por lo que señaló que "desde el principio se ha cerrado en una sola hipótesis".
"Ella dirige la investigación con un interés manifiesto en el resultado del proceso", opinó Arroyo Salgado, quien ayer pidió anular la convocatoria a la junta médica que debía zanjar las disimilitudes entre las conclusiones de la autopsia oficial y el informe de la querella.
Al respecto, afirmó que "ninguno de los planteos que hace la querella se hacen con la intención de dilatar la investigación" y puntualizó que "la medida fundamental es hacer un peritaje serio".
En su dura embestida contra Fein, la jueza también señaló que la fiscal "contribuyó a un circo de denostación mediática contra Nisman".
"Para la querella no hay duda de que esta muerte es un homicidio. Esto no es ajeno al contexto político internacional y nacional", consideró la magistrada, quien postuló que la muerte de Nisman "no tiene un móvil económico y nada más".
Además, sostuvo que "la fiscal y el secretario están mintiendo", al indicar que en la postulación del perito Enrique Pruegger para sumarse a las pericias "nada fue documentado en el expediente".
Al respecto, acotó que los funcionarios judiciales "incurren en falsedad ideológica de instrumento público, ocultan en el expediente el llamado previo" a Pruegger.
Sobre la relación entre su ex marido y el técnico informático Diego Lagomarsino, la magistrada señaló que "hay cuestiones que no cierran" y agregó que hay puntos en los que el ex empleado de la fiscalía especial del caso AMIA está "faltando a la verdad".
"Sabía que la relación entre ellos era de mucha más confianza que la que decía Lagomarsino", expresó Arroyo Salgado, quien además sostuvo que desconocía los dichos que Lagomarsino atribuyó a Nisman sobre que se llevaría puesta a la presidenta Cristina Fernández con su acusación por encubrimiento en la causa AMIA.
La jueza también cuestionó que "el video de la autopsia" de Nisman "no tenga audio" ya que, advirtió, era "muy importante para quien lo pueda revisar".
En este sentido, la magistrada señaló que "hay que preguntarle a las autoridades de la morgue judicial del cuerpo medico forense" por qué no habilitaron el sonido durante este procedimiento.
Arroyo Salgado reveló que recibió "actos intimidatorios" en su casa, por lo que debió "extremar las medidas de seguridad" y señaló que sus hijas de 11 y 14 años "tienen mucho miedo".
También contó que "hubo una denuncia de un vecino que por los fondos de su casa puede haber entrado gente" y que le sacaron fotos durante una salida con su hija mayor.
"Estamos bastante mal. Yo, particularmente, estoy bastante agotada. Tratando de sobrellevar todas las acciones que en simultáneo debo llevar", expresó Arroyo Salgado.
La jueza federal sostuvo que desde la muerte del fiscal Nisman "hubo toda una reorganización" de su "plan de vida" y puntualizó que en su casa tuvieron "que tomar distintas medidas con fuerzas de seguridad y empresas privadas".
"Mis hijas están con contención psicológica, tienen mucho miedo", contó la magistrada y añadió que la familia del fallecido fiscal no está pasando un buen momento.
Tras revelar que sufre "actos intimidatorios", la jueza manifestó que no se va a ir del país porque tiene "una vida familiar y de relación acá" y además sus hijas están adaptadas al colegio, por lo que elije quedarse y "confiar en las instituciones".
Sobre su revelación de que desconocidos ingresaron a su domicilio, la jueza federal contó que su custodio hizo una requisa en el lugar y no encontró a nadie, pero luego se enteró que ese mismo día un vecino que tiene un terreno lindante al suyo "había presentado una denuncia porque habían ingresado" a su casa.
Asimismo, la magistrada expresó que le "parece muy triste y muy lamentable" que se dé a conocer información sobre la vida privada de su ex marido y remarcó que "nadie tiene en cuenta a las dos hijas que yo tengo con Nisman".
"Esto se lo trasmití a unos funcionarios porque me gustaría que se investigue quién se ocupa de hacer afiches en la vía pública", sostuvo la jueza.
La magistrada también criticó al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien había calificado de "sinvergüenza" al fallecido fiscal, al indicar que el funcionario "se dirige de forma irrespetuosa con la gente".
"Me consta de forma directa su distinta formación y educación", expresó la magistrada y aclaró que nunca va a polemizar con un estilo de gestión pública con la que no está de acuerdo.
Sobre su relación con Nisman, afirmó: "Los dos teníamos una función bastante sensible y habíamos tenido inconvenientes entre nosotros con los casos de impacto personal".