La idea del diputado radical surge en el contexto de la llegada del Covid-19 y el consecuente aislamiento social preventivo y obligatorio, que despertó y profundizó cuadros de ansiedad y angustia en los ciudadanos. En este sentido, se han publicado varios estudios y análisis sobre esta situación a nivel mundial.
Particularmente, el Consejo General de Psicología de España, realizó un trabajo sobre el impacto de la cuarentena e indicó que los factores más predictivos de los síntomas del trastorno por estrés agudo son: agotamiento, desapego, ansiedad al tratar con pacientes contagiados, irritabilidad, insomnio, poca concentración e indecisión, deterioro del desempeño laboral y rechazo al trabajo.
En este marco, surgen dos situaciones igualmente peligrosas: por un lado, la cantidad de información falsa que se distribuye a través de redes sociales bajo la premisa de vender un “medicamento milagroso contra el Covid-19”; y por el otro, el aumento de consultas en farmacias para conseguir productos o medicamentos que combatan los cuadros de ansiedad generados por el aislamiento.
Al respecto, el diputado autor de la iniciativa expresó: “La administración de medicamentos sin indicación de un profesional de la salud autorizado para ello es una práctica que conlleva riesgos como intoxicación, enmascaramiento de síntomas de enfermedades, interacciones medicamentosas, y como consecuencia, falta de efectividad de tratamientos. Por ello, la recomendación es siempre no automedicarse”.
“Durante este periodo sin contacto social -continuó el legislador- las personas han estado expuestas constantemente a un “bombardeo” de información para el cuidado y prevención del contagio. Si bien existe información certera brindada por medios de comunicación oficiales, también circula información incierta a través de las redes sociales, entre ellas, vinculada a la ingesta de medicamentos en estudios para el tratamiento de Covid-19”.
“En este sentido le solicitamos al poder ejecutivo que realice una campaña de concientización sobre las problemáticas que conlleva la automedicación. Debemos ser responsables con la información que se distribuye y recomendar a la población no automedicarse, consultar al médico sobre la veracidad de los medicamentos que se sugieren tomar y evitar los atractivos consejos de prevención o tratamiento por parte de personal no especializado. Sobre todo, aquellas informaciones que son particularmente divulgadas a través de redes sociales” concluyó Basile.