Proyectando el segundo semestre del año como etapa clave para el avance de una discusión política que habilite un proceso de reforma constitucional en la provincia, las mesas de conducción de la UCR y el Socialismo incluyeron formalmente el tema en una agenda bilateral que se desarrollará de aquí en más. El encuentro, que se concretó durante más de dos horas en la sede del Comité provincial radical, implicó la discusión de varios puntos. Se habló de la evolución de la gestión de gobierno, del funcionamiento actual de Unidos como coalición gobernante y de los métodos que deberían instrumentarse para garantizar la cohesión de la alianza, así como de las reformas que se sancionaron – en algunos casos- y las que se proyectan de aquí en más.
Mirá tambiénDan de baja nombramientos en ASSA y revisan la estructura de personalEn ese marco, se trazaron lineamientos respecto de cómo debería encararse un esquema de trabajo que pueda alumbrar una modificación de la Constitución santafesina. La UCR ratificó que el Poder Ejecutivo no remitirá un proyecto en tal sentido, pero tampoco obstruirá el debate. De hecho, el diputado José Corral ingresó su propio proyecto días atrás a la Cámara de Diputados. Pero la Casa Gris pretende que sea ése, el parlamentario, el ámbito en el que se desarrolle la discusión.
Cómo seguir
En el ecosistema político santafesino, el Socialismo pretende mantener la iniciativa y ser protagonista en la instancia de promover y sostener el debate. Como informara El Litoral, ya constituyó una comisión de "notables" con referentes históricos del sector para estudiar el texto constitucional, y definir los ejes sobre los que debería girar la reforma. Una suerte - como se dijo- de Núcleo de Coincidencias Básicas que debería ser consensuado con todas las fuerzas. El PS expuso en el encuentro su método y propuesta de pasos a seguir. Para agosto, pretende tener redactado el documento mientras el radicalismo, según planteó este miércoles, conformará un ámbito similar de estudio con especialistas del sector. La UCR tiene "la llave" para garantizar un acuerdo más amplio en el ámbito de Unidos. Ése sería el segundo gran paso a dar; lograr consensuar la necesidad de la reforma y sus ejes en la coalición gobernante. Si eso es posible hacia octubre, la tercera fase sería abrir el juego a los partidos de la oposición. Y es allí donde el Socialismo planteó como condición sine qua non que la eventual reforma sea consensuada con el Partido Justicialista. También se buscará el acuerdo con otras fuerzas opositoras minoritarias, pero lo esencial pasará por el peronismo, que se convertiría en una suerte de garante del proceso, atento a las discusiones internas que seguramente deberán atravesar cada uno de los partidos mayoritarios de Unidos.
Los referentes socialistas se entusiasman, pero prefieren evitar hablar de plazos. De la construcción de consensos sobre los temas más espinosos de una eventual reforma dependerá cuándo se pueda avanzar con la sanción de la una ley que declare la necesidad de la reforma.
El próximo 22 de julio, por lo pronto, en una nueva reunión de la mesa de Unidos que se desarrollará en Rosario, el tema aparecerá como uno de los de la agenda a abordar.
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