Una cachetada argumental contra el fraude electoral
El friccionado Frente de Todos ya no ejerce señorío en Diputados. El dispositivo que acecha a la estrategia electoral de Cristina. Massa, acusado por “rosquear”.
Una cachetada argumental contra el fraude electoral
Esta vez no se hizo notar por pegarle -literalmente- una cachetada al ex montonero Carlos Kunkel (2010). Graciela Camaño -diputada nacional por Identidad Bonaerense- habló en el recinto de Diputados del “sujeto activo” en una elección, es decir del ciudadano. Explicó que la boleta única posibilita que todo elector tenga alternativa para conocer qué vota y a quién.
Desde Mario Negri (presidente del interbloque federal) en adelante, todo el arco opositor habló de transparencia electoral, de ahorrar papel y tinta, de cuidar el medio ambiente, de no malgastar $ 3 mil millones. Pero sobre todo de evitar el robo de boletas, las maniobras clientelares de los aparatos partidarios, las boletas falsas en el cuarto oscuro. Una rancia herencia de la Argentina conservadora -con profundas raíces en Buenos Aires- podría caer.
La oposición en la Cámara baja votó por 132 votos contra 116 del Frente de Todos (3 abstenciones); la declaración obliga a Sergio Massa a conformar las comisiones. Incómodo, mientras fracasa en la mediación entre Cristina Kirchner y Alberto Fernandez, el tigrense está obligado a hacerle caso al voto de una cámara que ya no maneja. El artículo 106 del reglamento del cuerpo lo obliga a evitar las demoras.
Fue Massa quien postergó por 5 días el pedido de sesión especial de la oposición. El siempre controversial Fernando Iglesias pidió una cuestión de privilegios contra el titular de Diputados por “estar rosqueando” mientras hay 1164 proyectos parados en el cuerpo y otros 1.846 expedientes que JxC presentó pero no pueden tratarse porque el socio de Cristina y Alberto “mantiene cerrada” la Cámara baja.
En 2011, la Cámara Nacional Electoral sugirió la necesidad de la boleta única y advirtió que la sábana no es “un instrumento al servicio del partido” sino “de ciudadano”. Es un momento especialmente incómodo para Cristina, que por estas horas vuelve a poner en escena la “insatisfacción de la democracia” mientras golpea una y otra vez al presidente que instituyó por Twitter.
La vicepresidenta necesita la boleta sábana con su nombre en letras de molde “arrastrando” distintas categorías electorales. En la primera y tercera sección electoral de Buenos Aires tiene más de 50% de imagen positiva; con eso y los votos del Norte Grande, de La Pampa, de “su” Patagonia, puede incluso imaginar dar pelea en las presidenciales. Pero los gobernadores del PJ intuyen la derrota nacional; ya se “desdoblan” comicios en 11 distritos.
Pero la posición también puede implosionar en su interna; si Javier Milei atomiza la oferta electoral, la minoría intensa de Cristina imaginará todos los caminos posibles. El kirchnerismo tiene piñón fijo cuando pedalea por el poder.
No le faltaron buenos argumentos a Germán Martínez (presidente del bloque oficialista) cuando fundamentó contra un debate apresurado de la cuestión electoral, vedada por la constitución a los decretos de Necesidad y Urgencia. Habló de farandulización de la oferta política, de daño a los partidos. Mostró la desmesura de alguna boleta para concejales en Rosario. Pero en todo caso el santafesino exhibió allí menos la inoperancia del dispositivo comicial que la anabolizada oferta política.
Sólo 16 países en el mundo usan el sistema electoral que la Nación mantiene. Salta, Córdoba, Santa Fe, Río Negro, la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza desde la próxima elección usan -con variantes- boleta única. Queda, como bien advirtió Myriam Bregman (el Frente de Izquierda y de Trabajadores se abstuvo) la decisión de transparentar temas como el financiamiento de los partidos.
Pero incluso Romina del Plá (Partido Obrero) votó en contra del kirchnerismo, del peronismo, que ya no tiene la escribanía en el Congreso. La boleta única se debatirá en comisiones de Diputados al mismo tiempo que el aumento de tarifas en audiencias públicas. Mientras Máximo Kirchner habla de aumentar salarios y jubilaciones por decreto o por ley, Crsitina espera en el Senado, con sus bloques divididos.