Sostiene que “el trabajo en conjunto” entre la Nación y la Provincia no es una mera declamación. Pone como ejemplo la lucha contra la inseguridad. Elogios a Barletta y Marcucci.
Luis Rodrigo
—A algunos periodistas nos sorprendió su candidatura. ¿A usted?
—A mí también. No era un tema que se estuviera charlando, surgió unos pocos días antes de hacerse público.
—Luego de esa noticia aparecieron los periodistas que, con el diario del lunes, ya lo sabían. Y que lo tenían a usted como candidato en la ciudad...
—No. La realidad es que eso nunca existió. No me imaginaba candidato este año.
—¿Y qué significa serlo?
—Un gran orgullo, porque surge del acuerdo entre los partidos políticos que conforman Cambiemos. Que obviamente es impulsada por mi partido, el radicalismo al que pertenezco hace 35 años. Me afilié en el 82, tengo 55. Es un reconocimiento, creo, a nuestra tarea en política universitaria desde el gobierno nacional. Encabezar una lista con otros candidatos como Luciano Laspina (PRO), Lucila Lehmann (Espacio Carrió) y Gisela Scaglia (PRO).
—¿En ese orden?
—El orden todavía lo estamos definiendo, pero segundo está el diputado Laspina.
—¿No debe ser para una mujer el segundo lugar?
—Hay diferentes visiones jurídicas al respecto. Y un antecedente similar muy fuerte, en Córdoba, justamente con el PRO. A Cambiemos lo integran el PRO, la Unión Cívica Radical y la Democracia Progresista y con la sumatoria de las tres fuerzas son cinco los cargos que se renuevan de manera que no necesariamente el dos tiene que ser una mujer y sin dudas entre los cuatro primeros lugares dos deben serlo.
—¿Qué les dice a los radicales que no están en Cambiemos y que no tienen definido su voto?
—En primer lugar que es una elección nacional y de medio término. Y que en el centro del debate está qué modelo de país queremos. Cambiemos el 10 de diciembre de 2015, bajo la presidencia de Mauricio Macri, ha iniciado un cambio en el país que es muy positivo, republicano, respetuoso a ultranza de la división de poderes. Un país confiable, que permita que haya inversión para generar empleo genuino y que crezca sustentablemente en los próximos años. Ese crecimiento genuino va a generar mayor bienestar para los argentinos. Va a haber más ocupación y se van a ir reduciendo, paso a paso, los índices de pobreza que hoy nos avergüenzan como argentinos. Tenemos 30% de pobres con una producción alimentaria que es igual a diez veces lo que necesitan nuestros habitantes. Nos golpea mucho y es un objetivo central para el gobierno. No se resuelve de un año a otro, pero hay que sentar las bases para que esto ocurra.
Frente a nuestra propuesta de cambio hay otro modelo, que es el de los últimos doce años del kirchnerismo. Eso va a evaluar el santafesino. Y creo que en nuestro caso, los ciudadanos de la provincia deben evaluar cómo le fue a la provincia con el kirchnerismo y cómo le ha ido este año y medio con Cambiemos. Los radicales van a poder optar entre acompañar una lista de Cambiemos, que encabeza un radical u otra de las alternativas que hay.
Dejar el ámbito universitario A Albor Cantard la candidatura al Congreso lo alejará del cargo de secretario de Políticas Universitarias, del Ministerio de Educación de la Nación. “Me cuesta dejar esta función, porque sin dudas es la de mayor jerarquía en el ámbito de la educación universitaria y porque además estamos con proyectos que entendemos que van a cambiar significativamente la política educativa del país”, sostiene. Reivindica con pasión la educación pública, la gratuidad en el acceso en todos los niveles escolares y el ingreso irrestricto y gratuito a las universidades nacionales, pero admite que en Cambiemos “hay más de una mirada” sobre estos temas decisivos, incluso respecto de lo que el país resolvió hace más de un siglo: la condición laica de las aulas en la educación pública. Cantard no permite dudas sobre su condición de radical reformista, sus ideas respecto de qué debe ser la universidad y al mismo tiempo sostiene que es más rico el debate dentro del propio gobierno, con esas otras posiciones al respecto. Asegura que el gobierno de Mauricio Macri no cambiará el legado de la Reforma del 18 o incluso otros principios educativos rectores como los que consagró la (derogada en 2014) Ley 1420, de 1884. En un tramo de la charla se alegró de la reacción que protagonizó la sociedad con movilizaciones y expresiones que mostraron “casi unánimemente un fuerte rechazo” ante el fallo del dos por uno para los culpables de crímenes de lesa humanidad. Dijo que “más allá del respeto que tengo por los jueces de la Corte que lo votaron, no lo comparto de ningún modo y me parece una forma de consagrar la impunidad, en un país que necesita justicia”.
Definición. “Los santafesinos deben evaluar cómo le fue a la provincia con el kirchnerismo y cómo le ha ido este año y medio con Cambiemos”, dijo Albor Cantard. Foto: Guillermo Di Salvatore
—El gobernador ha dicho hace unos días, “no quiero ‘levantamanos’ en el Congreso”. ¿Cómo lo tomó usted? —Como una expresión simpática de la política. Son frases hechas, que no sirven. El ciudadano debe evaluar a sus legisladores, a los candidatos, observando detrás de qué proyecto están. Y cómo ese proyecto perjudica o beneficia su situación. También pido a los ciudadanos que analicen la trayectoria de los diputados que están hoy en el Congreso. Me refiero a que vean la trayectoria y la labor de Mario Barletta y de Hugo Marcucci en Diputados, como radicales, y también el trabajo de Luciano Laspina, de Gisella Scaglia, de Ana Copes. Ahí están los elementos a analizar. Lo demás son frases hechas. —Chicanas al margen, aún la Nación debe pagar su deuda con Santa Fe y el fallo de la Corte ya cumplió un año. ¿Qué debe hacer la clase política santafesina? ¿seguir esperando? —Debe seguir trabajando con el gobierno nacional. Buscar los acuerdos para que en el menor tiempo posible se normalice esa situación, que ya ha comenzado a normalizarse con el giro del 15% que antes retraía ilegalmente el gobierno nacional anterior. —El gobernador ya advierte que si no hay un acuerdo pronto, otra vez se deberá ir a la Justicia. —Creo que no va a ser necesario. Tal vez más tarde de lo esperado, pero la economía empieza a dar señales de recuperación y pienso que el crecimiento del país va a permitir que este tipo de compromisos se cumpla sin dificultades. Hay que entender que el fallo se dictó cuando este gobierno asumía. Genera un tema financiero muy complicado pero está la voluntad política de cumplir rigurosamente la ley y el fallo. En un diálogo maduro como el que se está teniendo se va a resolver. —Un optimista. —No, realista. Fíjese que por primera vez en cuántos años hay un diálogo fecundo entre autoridades nacionales y provinciales, el tema seguridad es un ejemplo. No es una mera declaración esto de trabajar en conjunto. Los resultado se están viendo, en Santa Fe y en Rosario mejoran los índices de seguridad. Y no es gracias al gobierno nacional, al provincial o municipal. Es una decisión política de la clase dirigente que se dio cuenta de que deben enfrentar este problema juntos. —¿Qué será para usted más importante como legislador, la defensa de los intereses de Santa Fe o de lo que necesite el proyecto nacional que lidera Mauricio Macri? —El proyecto nacional al que apostamos en la provincia de Santa Fe derrama. Y derrama muy bien. Éste es un dato de la realidad. Es una provincia claramente agropecuaria y el resultado de las primeras medidas que tomó el gobierno nacional se ve reflejado en el campo. Y la provincia de Santa Fe lo vive a esto muy de cerca. Y si se profundiza la recuperación de la economía esto también se va a ver reflejado en la actividad industrial. —Admiro su optimismo. —Es que no me parecen contradictorios este proyecto nacional que lleva adelante Cambiemos, con los intereses de Santa Fe. Todo lo contrario. —Pero en la labor legislativa ocurre que llega, por ejemplo, el proyecto de ley de Presupuesto y que ahí no están los fondos para la obra que necesita Santa Fe... —Mi modelo son Barletta y Marcucci. Son los diputados radicales que han defendido los fondos para Santa Fe desde el Congreso de la Nación y para mí son el ejemplo a seguir.