Martes 29.6.2021
/Última actualización 5:38
La directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, lamentó la situación que atraviesan las personas varadas en el extranjero producto de las medidas de cierre parcial de fronteras, pero explicó que al momento de viajar cada una de ellas firmó una declaración jurada en la cual se hacía responsable de que estaba saliendo en medio de una pandemia y "asumían las consecuencias" de un eventual cambio en las condiciones de reingreso al país.
La funcionaria admitió que "no es lindo tomar este tipo de decisiones", pero dijo que "es preferible a tener que suspender todas las actividades internas por un brote de la variante Delta".
"Lo que hemos hecho en una pandemia no es decidir entre lo bueno y lo malo. Porque la verdad es que no es lindo tomar este tipo de decisiones. Estamos eligiendo decidir entre lo feo y lo muy feo", aclaró.
Carignano explicó que la decisión se tomó por la "preocupación" que genera la propagación de la cepa Delta en muchos países del mundo y por el bajo nivel de cumplimiento del aislamiento obligatorio de las personas que vuelven del exterior, según pudo verificar el organismo en una serie de inspecciones.
Días atrás, Migraciones difundió una preocupante estadística que advertía sobre un 40% de incumplimiento a partir de operativos de control realizados en varias provincias, lo cual preparó el terreno para acotar el regreso al país a un cupo máximo de 600 personas por día.
No obstante, Carignano adelantó que se está trabajando para aumentar ese cupo a medida que la situación vaya ordenándose.
"En el control efectivo que estábamos haciendo, nos dábamos cuenta de que la gente no estaba cumpliendo. Los llamábamos, les decíamos que tenían que estar encerrados, y nos decían que no iban a cumplir porque ya estaban vacunados, que tenían PCR negativo, que ya tenían antígenos, etcétera", detalló.
La funcionaria reconoció que pese al refuerzo de los controles no va a ser posible evitar la entrada de la variante Delta al país, pero el sentido de las restricciones tiene que ver con "tratar de ralentizar todo lo posible (ese proceso) y vacunar la mayor cantidad de gente posible para que cuando ingrese afecte lo menos posible a la sociedad y a las libertades". .
"Las personas que salieron eran conscientes de que salían en una pandemia. Firmaron una declaración jurada haciéndose responsables económica y sanitariamente, y también firmaron una declaración jurada en la que aceptaban las condiciones de reingreso que impone la República Argentina. Esas personas quizás tengan que esperar unos días más, pero es preferible a que tengamos que suspender todas las actividades internas por un brote de la variante Delta", argumentó.
Aclaró que "no está prohibido viajar", aunque dijo que desde hace mucho el organismo que preside "recomienda no viajar al exterior porque pueden pasar estas cosas", en alusión a los varados. .
"No somos el único país que está tomando esta medida. Chile impide la salida de los chilenos del país y la entrada. Igual que Francia lo hizo de un día para el otro, Israel lo hizo cuando estaban vacunando. Canadá impone la entrada con 2.500 dólares cada uno y tienen que quedarse en hoteles por unos días. Son medidas que toman todos los países", aseguró.
Sobre el dilema que se le presentó al Gobierno a la hora de tomar una medida de cierre de fronteras, Carignano señaló que "los que están de vacaciones seguramente se van a poder quedar unos días más", y que eso "no es tan grave como sí el ingreso de la variante Delta que arruinaría el trabajo de muchos". .
"Hemos advertido a la gente cuando firma la declaración jurada con carteles enormes diciendo que hay un estado de pandemia para que asuman las consecuencias. Las personas que decidieron salir lo hicieron aceptando las condiciones económicas, sociales y sanitarias de lo que implica salir en pandemia y que al reingreso se podían imponer otras medidas", insistió.