A últimas horas de la tarde de este viernes Casa Rosada era un hervidero, a pesar de que el presidente Javier Milei ya estaba en Roma, su segundo destino internacional luego de una extensa agenda que llevó adelante en Israel, donde estuvo, entre otros, con el primer ministro Benjamín Netanyahu; su par local, Isaac Herzog; familiares de secuestrados por Hamas, y los más importantes rabinos locales, además de intercalar entre estos encuentros visitas a diversos sitios históricos y religiosos judeocristianos.
En medio de rumores, alrededor de las 18 hs ingresó por la explanada de Rivadavia que da al Salón de los Bustos, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, la misma que poco antes había declarado -apuntando a quienes negociaron con el Gobierno apoyar la Ley Bases en general pero defeccionaron a la hora del tratamiento en particular- que “no se puede estar en la misa y la procesión al mismo tiempo”. Al rato hizo lo propio el titular de la Cámara baja, Martín Menem. Con el transcurrir de las horas se supo que los cónclaves cruzados fueron entre ella, el presidente de Diputados y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, junto al infaltable asesor presidencial, Santiago Caputo.
Cuando los allegados a los protagonistas fueron consultados por los periodistas acreditados en la sede del Ejecutivo con respecto a los motivos de las apresuradas e intempestivas reuniones, la respuesta oficial fue simplemente “gestión”. Sin dudas que lo que se estaba definiendo tenía que ver con eso, pero había algo más que se daba en un contexto de comunicación directa con Italia, desde donde se definió emitir un comunicado oficial en el que se notificaba el pedido de renuncia que el primer mandatario cursó al director de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Osvaldo Giordano, hombre que responde a Juan Schiaretti y al actual gobernador cordobés, Martín Llaryora, y cuya esposa, la diputada Alejandra Torres, fuera acusada de “traidora” por no votar las iniciativas del oficialismo en el Congreso.
Lo mismo pasó con la ahora, ex secretaria de Minería, Flavia Royón, perteneciente al riñón de otro mandatario provincial catalogado de díscolo, el salteño Gustavo Sáez. Dirigente que a la vez es muy cercano a Sergio Massa, el ex candidato de Unión por la Patria que junto al camporismo, mantiene más funcionarios en la administración de La Libertad Avanza. Una situación que el ex presidente Mauricio Macri viene reprochando y calificando de aspecto negativo dentro del gobierno libertario, y que considera que hay que revertir. La posibilidad de potenciar la alianza entre LLA y el PRO -a nivel legislativo y ejecutivo- está atada a la condición de eliminar, en particular, a quienes provengan del Frente Renovador, cuyo líder es considerado por el fundador de Propuesta Republicana como “el límite” para estrechar lazos y compromisos mayores en un posible relanzamiento gubernamental antes del 1 de marzo, cuando Javier Milei tenga que abrir las sesiones ordinarias ante una Asamblea Legislativa, que según vaticinan algunos de sus integrantes (tal el caso de Martín Lousteau) sería testigo nuevamente de un jefe de Estado hablando a la ciudadanía desde las escalinatas del edificio parlamentario y no en el recinto frente a los senadores y diputados de la Nación, a quienes Casa de Gobierno considera parte de “la casta” política que bloquea la gobernanza libertaria con el único objetivo de mantener sus privilegios.
Bullrich y Francos, dos protagonistas claves en el gobierno nacional. Crédito: Reuters.
Nunca antes ocurrió en Balcarce 50, que un presidente materializara tantas definiciones duras estando fuera del país. Antes de las exigencias de dimisión en las mencionadas carteras, Milei había recortado el Fondo Compensador del Interior, con el que eliminó subsidios al transporte fuera del AMBA. Tras la queja de gobernadores e intendentes, fue su vocero Manuel Adorni, quien salió a decir que “las provincias y los municipios son responsables por sus sistemas de transportes públicos en el ámbito de sus distritos”, despegando a la Nación de las subas que se vayan a producir, al aducir que “cualquier aumento en las tarifas son responsabilidad de las jurisdicciones y no del Gobierno nacional”.
Luego de tejer puentes con los israelíes, a quienes el presidente argentino considera -junto a los estadounidenses- como principales aliados geopolíticos de su administración, el presidente argentino aterrizó con su delegación en la península itálica, primero para participar en los actos por la canonización de la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como “Mama Antula”, entrevistarse luego con el Papa Francisco, también con su par local, Sergio Mattarella, y sobre el final de la gira de ocho días, con la primer ministro, Giorgia Meloni, quien lo elogió públicamente al manifestar que “seguramente tiene una personalidad fascinante”.
La Casa Rosada, vista desde el drone de El Litoral. Foto: Fernando Nicola
Vuelta
A la vuelta en Buenos Aires, el próximo martes, le seguirán más determinaciones extremas, que probablemente tendrán que ver con lo que adelantó Bullrich, un rediseño del gobierno. Aún permanecen dentro de la gestión libertaria varios funcionarios que son alfiles de mandatarios provinciales que no dieron apoyo al megaproyecto de ley del Ejecutivo. Entre ellos figuran Daniel Tillard del Banco Nación, Luis Giovine de Obras Públicas y Franco Mogetta, que desarrolla su actividad en el área de Transporte.
Acuerdistas y opositores entendieron que no es prioridad del mileísmo insistir con la Ley Ómnibus y tampoco hacer un referéndum de resultado incierto. Las voces oficiales remarcaron claramente que pueden alcanzar las metas del déficit cero con otras herramientas constitucionales. Los operadores de LLA también esperan un viento de cola que podría provenir de una buena liquidación de exportaciones con ingreso de dólares que facilite la descompresión en los mercados, una inflación que -como afirman en Casa de Gobierno- podría girar en enero en torno al 20 por ciento, y por qué no, el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca en noviembre de este año. Una probabilidad que mileístas y macristas infieren que podría ser la llave de acceso a una vía de acuerdos más ventajosos con el FMI.
En esa línea, Javier Milei tiene previsto partir nuevamente a los Estados Unidos con el propósito de participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que se realizará en Washington entre el 22 y 24 de febrero, y en la que se encontrará con el magnate y ex presidente norteamericano, que no dudó en respaldar al político liberal libertario cuando llegó al sillón de Rivadavia el 10 de diciembre de 2023. El mandatario argentino expondrá como invitado especial, sobre el control de los monopolios y la economía global, mientras que Trump lo hará en la misma jornada para cerrar el evento que abre la campaña electoral del Partido Republicano, en la que una reforzada coalición de gobierno tendrá puestos los ojos como ninguna otra administración de la región.
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