Lunes 4.11.2019
/Última actualización 22:11
El secretario general de UPCN y hombre fuerte en la conducción de la CGT, Andrés Rodríguez, aseguró hoy que el sindicalismo "acompañará" la gestión de gobierno del presidente electo Alberto Fernández y adelantó que no se le reclamará un bono de fin de año porque "la situación es muy difícil".
"No vamos a exigirle a Alberto un bono navideño ni de fin de año porque sabemos que la situación es muy difícil", manifestó Rodríguez, quien habló de su gremio, aunque se da por hecho que el resto de los sindicalistas de la conducción cegetista se mantendrán en la misma línea.
El bono de fin de año era reclamado cada diciembre por la conducción de la CGT durante el gobierno de Mauricio Macri, a fin de recuperar poder adquisitivo frente al avance de la inflación.
En declaraciones formuladas a radio Futurock, el titular del sindicato de estatales aseguró que el próximo viernes mantendrá una reunión con Alberto Fernández "para discutir la situación del empleo en la Argentina".
Por otra parte, Rodríguez se refirió a la unificación de la CGT y la CTA, al señalar que "aún está fría". "Estamos en un proceso de diálogo, esto requiere ciertos pasos", advirtió.
A la vez, expresó que "ningún dirigente sindical tiene como meta ser ministro de Trabajo", y agregó: "El ministro de Trabajo que elija Alberto Fernández va a ser aceptado por nosotros".
"Todo esto no se va a resolver fácil ni en poco tiempo, tenemos que acompañar. Creo que el acuerdo económico y social se va a dar", expresó sobre el posible acuerdo entre gremialistas y empresarios que impulsará Fernández.
En el marco de la tregua en materia de reclamos que pondrá en marcha la CGT al inicio del gobierno de Fernández, uno de sus secretarios generales, Héctor Daer, sostuvo días atrás que "nadie puede pensar hoy que dentro de un mes van a aumentar un 35% los salarios".
Por su parte, en representación de la CTA de Trabajadores que lidera, Hugo Yasky dijo la semana pasada que le parecía "razonable" que por "un determinado tiempo" se instale un "congelamiento de precios y salarios" durante la gestión de Fernández.