Por Antonio D´Eramo (Especial, NA)
Mientras la dirigencia cegetista analiza en profundidad las medidas anunciadas por la ministra Silvina Batakis, en paralelo se evalúa la alternativa de u acto
Por Antonio D´Eramo (Especial, NA)
El secretario general de la CGT de Mar del Plata, José Luis Rocha, expuso ante sus pares en una reunión sindical, lo que muchos saben de primera mano por el testimonio de sus afiliados en casi todos los rubros de la economía: "Tenemos trabajadores en blanco que no llegan a fin de mes por culpa de la inflación".
Ese indicador, las protestas de los trabajadores y el malestar visible en las calles de las ciudades argentinas se confirmó con los datos elaborados por el informe conocido como "la inflación de los trabajadores" que relevan los analistas de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), de referencia en el mundo sindical.
El reporte señala que la desaceleración en el incremento de los precios que conforman la canasta que compran los asalariados con sus sueldos llegó a su fin en junio. Los economistas calculan que el costo de vida subió un 5,5% durante el sexto mes del año, revirtiendo la tendencia leve a la baja de los meses de abril y mayo y proyectando un sombrío panorama para el resultado de julio.
Con estos datos en mano, son numerosas las voces sindicales que se escuchan en la sede cegetista, el histórico edificio de la calle Azopardo de la ciudad de Buenos Aires, pidiendo que se realice una movilización del movimiento obrero contra el sector empresarial por la inflación.
Comprometidos con la sostenibilidad de la administración de Alberto Fernández, los líderes sindicales Carlos Acuña, Héctor Daer y Pablo Moyano, al frente de la conducción de la central obrera, prefieren focalizar las críticas por la difícil situación contra los que consideran formadores de precios que integran "los sectores concentrados de la economía".
En ese sentido, los principales dirigentes sindicales descartan un paro nacional porque "traería mayores problemas a un Gobierno que ya tiene demasiados y una huelga no serviría para visibilizar el accionar de los formadores de precios".
La agencia NA dialogó con un dirigente cercano a Pablo Moyano, que sostuvo: "Algo tenemos que hacer, la escalada inflacionaria asusta a todos y los trabajadores formales ven sus ingresos licuados. Nada alcanza y no hay nada para festejar".
Por ello, en principio, la movilización, que promete ser multitudinaria con la participación de los gremios que más afiliados convocan, se realizaría en una fecha simbólica clave del martirologio peronista: el martes 26 de julio, fecha en la que se cumplirán 70 años de la temprana muerte de Eva Perón.
Esta semana será clave y Acuña ya informó que la decisión se tomará en la reunión del Consejo Directivo, al tiempo que analizarán las recientes medidas económicas adoptadas por la reemplazante de Martín Guzmán en el Palacio de Hacienda, la economista Silvina Batakis.
Las mediciones de los técnicos de la UMET serán decisivos en la decisión adoptada porque se trata de un relevamiento que se realiza sobre la base de una canasta ajustada al consumo tradicional de los trabajadores sindicalizados. Durante el primer semestre los precios de la canasta acumularon un incremento del 37%.
Si se analiza los datos de los últimos doce meses, el incremento de los precios para los servicios y los productos que adquieren los asalariados alcanza un 65,1%, y se trata de la cifra más alta desde junio de 2014, cuando la UMET comenzó a medir el costo de vida.
El informe explica que si el objetivo del Gobierno del Frente de Todos es que la inflación acumulada del presente año no supere el 80% vaticinado por numerosos economistas de la "city" financiera, el costo de vida debería ser inferior al 4,6% mensual.
Sin embargo, los precios al alza en los rubros recreación y cultura, con subas del 10,3% en las facturas de internet o TV por cable, incrementos de paquetes turísticos por las vacaciones de invierno y suba de precios de alimentos de mascotas son una parte que explica el incremento global del 5,5% de junio.
También impactaron la suba en las boletas de telefonía celular y por último, pero no menos importante, los precios que "vuelan" de los alimentos y bebidas que consumen los trabajadores registrados.
Se encarecieron un 5,9% respecto al mes de mayo, cuando frutas y verduras habían bajado su costo, pero que volvieron a subir por razones estacionales.
La tendencia negociadora de los dirigentes que conducen la CGT tiene sus límites en las seccionales del interior, donde las bases gremiales vienen presionando para que la política genere certidumbre con sus medidas que posibiliten terminar con la licuación de los salarios.
Desde luego que los dirigentes sindicales tienen sus propias negociaciones paralelas con los funcionarios gubernamentales relacionadas con las deficientes situaciones financieras de sus obras sociales y la problemática del "trabajo en negro" o informalidad creciente.
Sin embargo, el reclamo mayor de "los laburantes" es por el costo de vida y en ese sentido se explican las declaraciones públicas del dirigente metalúrgico José Luis Rocha, que calificó el problema de la inflación "como un flagelo enorme que es el gran eje sobre el que hay que trabajar en el sector sindical".