Lunes 8.11.2021
/Última actualización 22:56
Clara García habló con El Litoral como parte del especial Conociendo al Candidato y dio a conocer algunas de sus propuestas, así como sus diferencias con el gobierno provincial de Omar Perotti. La actual diputada por el Frente Amplio Progresista buscará un lugar en el Senado de la Nación el próximo 14 de noviembre.
-Es una campaña muy particular, donde la atención incluso del país está puesta en Santa Fe. En este caso te tocó asumir una candidatura en un momento personal también personal. ¿Cómo asumís este desafío?
-Definitivamente, estoy pasando por un momento muy duro. Ustedes saben, yo era la esposa de Miguel Lifschitz que murió por covid allá por mayo. Se enfermó en abril, cuando todavía no era el turno de su vacuna y jamás se hubiera saltado la fila porque fue una forma de vida, hacer honor a su vida privada en lo que expresaba en su vida pública. La falta de Miguel, además del golpe personal y para mi familia, también nos encontró a nuestra organización política en un momento crucial, en los cuales hay que tomar decisiones y uno se pregunta por qué la vida nos pone esto ahora, el dolor y la imperiosa necesidad de decidir porque recordemos que eran las fechas para los candidatos de gobiernos locales y a los pocos días también de los cargos locales. Él era el candidato natural del frente progresista, era nuestra gran figura y toda su fuerza estaba puesta en proyectos políticos de futuro en Santa Fe y a nivel nacional. Además, era un ordenador en política, un estratega hacia dentro y hacia fuera, su figura era fuerte, su caudal electoral, su vocación de diálogo, su apertura, hacían de él un actor indiscutible de la política santafesina.
-Desde la misma oposición se reconocía esa condición, hemos perdido un ordenador que nos permitía ver cómo se movían las piezas en el tablero.
-Exacto. Esos equilibrios que con la figura de Miguel candidato eran impensados que se movieran, obviamente sin su presencia trajo algunos reacomodamientos. Es claro que parte del radicalismo siguió una línea nacional que es la de Juntos por el Cambio. Otros que nos reivindicamos, la gente de Radicales Libres de Palo Oliver en Santa Fe firme con estos ideales del frente y también Rubén Giustiniani que se sumó con Igualdad y Participación al Frente Amplio Progresista. Creo que hasta el nombre tuvo una cierta épica para nosotros porque es el nombre de aquel proyecto tan exitoso de Hermes Binner que salió segundo después de Cristina en las elecciones con 3.700.000 votos, es decir, arrasó, pero cuando todavía no teníamos esta idea de la grieta tan firme. Creo que fue también para él el principio del final, porque Cristina lo puso en la mira también. Yo fui testigo en Rosario, estaba ahí en el escenario cuando en el 2012, muy poquito después de las elecciones, era el bicentenario de la creación de la bandera y arengando a su gente –Cristina- dijo aquel ‘vamos por todo’. Ese vamos por todo tuvo que ver con ‘vamos por Santa Fe, no los dejemos crecer, pongamos en escena temas con una dimensión, pero expliquémoslo con otra dimensión y hagámoslo estar muy mal’. La ausencia, primero por la enfermedad de Hermes y después por su fallecimiento, ni que hablar del inesperado fallecimiento de Miguel hizo que esta fuerza política tuviera que, hasta con el nombre que nos trae un recuerdo y un sentir épico, también decir ‘esta antorcha no puede apagarse’. Ellos hicieron una tarea política y de gestión memorable y nos enseñaron, ahora tomemos todas esas herramientas y sigamos para adelante.
-Lo interesante de este proceso, más allá de que quedó preso en esa lógica de la grieta, es que rompió una tradición histórica de Santa Fe de tener siempre tres partidos, tres fuerzas alternándose en el poder o distribuyéndoselo en todo caso. También el triunfo de la lista que encabezabas en la interna de alguna manera consolida el liderazgo, pero a la vez se crece como fuerza.
-Sí, sin duda. Como comentaba, después de la muerte de Miguel tuvimos que armar los candidatos locales y presentamos 160 listas, desde el partido Socialista más algunos partidos aliados y, cómo Frente Progresista en la provincia, más de 300 candidaturas. Eso te da pauta de la carnadura que existe en el Frente Progresista a nivel de gobiernos locales, porque somos los que estamos muy cerca, al presidente comunal le golpeas la puerta, al concejal que lo llamas ante un problema, aquí lo tenemos a Paco Garibaldi, mi compañero de fórmula recorriendo toda Santa Fe. Entonces esa presencia nos dio mucha fortaleza. Días atrás hicimos aquí en Santa Fe, en un día de viento terrible que quedó registrado en las cámaras, el lanzamiento de la campaña y la verdad que ahí sentí esa fuerza de un intendente como Pablo Javkin, como Emilio Jatón, como Dani Cuesta en Santo Tomé, como Gonzalo –Toselli- en Sunchales y tantos otros y otras. Entonces sentimos que hay una responsabilidad muy fuerte. Yo no hablo del triunfo como una cosa que la decís de arriba, sino al contrario, cuanta responsabilidad nos dio.
-¿Alguna vez imaginaste un rol como este? Más allá de las circunstancias en que se produjo, porque igualmente hay una gran trayectoria como funcionaria, como legisladora.
-Imposible pensarlo hasta el mes de mayo, imposible porque es cierto, yo tengo una muy larga trayectoria política, me afilié al partido socialista en 1986 y yo destacó la lealtad y la coherencia como un valor porque jamás cambié de partido ni de camiseta, pero en el año ‘89 empezamos en Rosario la intendencia y fijate: Hermes Binner era el secretario de Salud, Miguel Lifschitz era el director público del Servicio de la Vivienda, Mónica Fein, después intendenta de Rosario, era dirigió el instituto del Alimento y yo con mis jóvenes 29 años fui subsecretaria de Economía. Por eso es cierto que hice una carrera que en estos últimos 6 años se me conoce más en la ciudad de Santa Fe, en la cual he vivido los años más intensos de mi vida, pero en Rosario sí se me conocía mucho. Mi carrera política tenía un vuelo, pero cuando Miguel fue electo gobernador yo tuve la claridad de que mi lugar afectivo, pero también militante era acompañarlo. Entonces, en todos estos últimos años yo tenía clarísimo que mi rol era acompañar.
-¿Cómo se enfrenta la inseguridad? Cuál es tu propuesta.
-Este recrudecimiento de la inseguridad, del narcotráfico, de la violencia, era un final anunciado para un Perotti que ilusionó en campaña con una frase con gancho como fue ‘la paz y el orden’, pero a quien yo hago responsable, no de la inseguridad, pero sí de haber asumido sin un programa, sin un equipo, sin un proyecto, sin una actitud seria y sin una gestión como para cumplir aquel contrato social que pretendió hacer con la gente. No aprovechó la transición donde se empeñó en no tener diálogo para entender las cuestiones de gobierno y pulverizó todo lo que se venía avanzando: detuvo la inversión en la policía, en las fuerzas de seguridad, con esto quiero decir que cuando no ves en la calle un patrullero, cuando no ves la policía en la calle es porque no se invirtió en comprar móviles ni motos ni en armamento. Cada 10 mil millones que tuvo este año de presupuesto para esas inversiones solo gestionó 650 –millones-, el 7%, todo lo otro está en el banco. Detuvo los programas sociales más sentidos con chicos extremadamente vulnerables que si no los abrazas a tiempo caen en el delito. Y dejó de tener diálogo, con la Nación, vaya paradoja siendo del mismo signo político, con las municipalidades y con la sociedad. Nosotros le hemos dicho del día cero ‘Omar, convoca a la Junta de Seguridad, sentá una mesa de trabajo, planifica, invertí’... bueno, todo lo que conseguimos fue que la exministra Frederic le pusiera los cinco dedos en la cara cuando le dijo ‘no le voy a mandar fuerzas federales’. Quién nos paga esos 20 meses de falta de diálogo e inacción, para que ahora Aníbal Fernández haga un desembarco a lo Berni, cinematográfico, casi sin solución. ¿sabes qué es lo que están haciendo los gendarmes en Rosario? Como si fuera la costanera de aquí, paran a los autos y le piden carnet de conducir... eso que puede ser casi como un meme, es la falta de inteligencia criminal, investigación del delito complejo, falta de ir al hueso en el delito económico porque ya no tenemos más el ladronzuelo suelto de la calle, ahora tenemos redes profesionales que manejan una economía, o acaso cuando vemos balaceras en distintos rubros lamentablemente por qué es.
Te doy un último dato: la ciudad de Rosario este 2021, segundo año de Perotti, va a terminar con el doble de homicidios que 2017, segundo año nuestro. Eso es de una gravedad enorme. Nos tiene que doler y buscar la generosidad de que la política lo enfrente de manera seria.
- ¿Cómo se puede afrontar esto desde el Congreso?
-Te doy tres ejemplos, ley para que los agentes federales no vengan a discrecionalidad y por decisiones espasmódicas del gobierno nacional. Una ley que vea las características de una provincia, si tiene rutas nacionales que conectan con otros países, si tiene puerto, si tiene ribera, costa fluvial como tenemos nosotros, si tiene delito complejo. Que los agentes federales estén específicamente predeterminados por una ley con sus inversiones necesarias.
Segundo, una ley de decomiso, que nosotros la tuvimos en Santa Fe, la tenemos, pero este gobierno creo que hoy estaba haciendo la primera subasta. Quitarle el poderío económico a esas redes, que es lo que más le duele porque cortas ese círculo tan malo del delito.
Tercero, que Santa Fe tenga fiscalías y juzgados federales que son en definitiva los que juzgan y condenan los delitos nacionales como el narcotráfico, que no es competencia de la provincia.
-En cuanto a lo económico, ¿Cómo lograr equilibrar esa fuerza económica entre el norte y el sur de la provincia?
-Invirtiendo. Miguel apenas asumió inició el plan del norte. Quería un plan que fuera participativo, con las instituciones, con los tres departamentos. Bueno, se logró y en marzo se presentó y así hicimos los acueductos en el norte, el hospital de Reconquista y de Ceres, el instituto del profesorado terminó de inaugurar Perotti ahora, y de una manera muy descortés, esa obra potentísima para la justicia que empezó Miguel.
Se logra con todo eso, que los chicos puedan estudiar carreras importantes y quedarse, con que tengan una salud pública que no los haga irse, con que tengan el gas por el cual tanto hemos peleado y la Nación no ha hecho las obras que tanto se necesitan, con que tengan rutas en buen estado. Porque el norte tiene tanto espíritu emprendedor como el sur, ahora, no ha tenido inversión pública, ahí es donde yo creo en el Estado.
“Este recrudecimiento de la inseguridad, del narcotráfico, de la violencia, era un final anunciado para un Perotti que ilusionó en campaña con una frase con gancho como fue ‘la paz y el orden’, pero a quien yo hago responsable, no de la inseguridad, pero sí de haber asumido sin un programa, sin un equipo, sin un proyecto”.
“Esos equilibrios que con la figura de Miguel candidato eran impensados que se movieran, obviamente sin su presencia trajo algunos reacomodamientos. Es claro que parte del radicalismo siguió una línea nacional que es la de Juntos por el Cambio”.
“Miguel Lifschitz era el candidato natural del frente progresista, era nuestra gran figura y toda su fuerza estaba puesta en proyectos políticos de futuro en Santa Fe y a nivel nacional. Además, era un ordenador en política, un estratega hacia dentro y hacia fuera, su figura hacían de él un actor indiscutible de la política santafesina”.