La primera candidata a diputada provincial por Unidos para Cambiar Santa Fe, se propone desde la Cámara de Diputados recuperar el diálogo político con la oposición para tratar los temas que requiera el Ejecutivo; cosa que considera se ha perdido en la actual gestión. Advirtió sobre la bronca y la decepción de la gente con las cuestiones a las que la política no pudo dar respuestas y criticó con dureza el retiro del Estado de las zonas más vulnerables: " Perotti ha logrado que los delincuentes tengan cada vez más poder y que la gente haya perdido libertad en la calle".
"Hemos puesto muchísimo trabajo en la campaña, como lo hemos hecho cada vez que fuimos candidatos. En rigor, desde la campaña de 2021 a senador nacional no paramos porque recorrer cada pueblo y ciudad de la provincia es para nosotros la manera de hacer política. Por supuesto que este último tramo es más intenso, quizá tiene mucho más contacto con los medios de comunicación porque hace a la manera de llegar a más gente, pero el ritmo es de mucho trabajo", dice Clara García.
- ¿Qué diferencia encuentra entre esta campaña y la de las internas abiertas?
- Que después del gran respaldo que nos dio la gente el 16 de julio estamos muy unidos y somos más. Nos hemos organizado a veces para estar juntos con Maximiliano Pullaro, otras veces repartiéndonos en distintos lugares, pero con una campaña muy enfocada, muy productiva, de mucha escucha.
- ¿Qué le dice la gente?
- Uno advierte preocupación, además de una suerte de bronca y decepción con las cuestiones a las que la política no le dio respuestas. El tema seguridad es sin duda el que más cruza a toda la provincia, en distintos niveles. En algunas ciudades con la tragedia de la violencia, como Rosario, que vive el año más dramático de su historia en términos de homicidios; pero en toda la provincia por haberse modificado una calidad de vida que era la de la convivencia con tranquilidad en muchas localidades, incluso en los ámbitos rurales, donde hoy el robo, el arrebato, hasta las balaceras en algunas comunidades más chicas, las amenazas, han pasado también a interferir en la calidad de vida. Ahora, hay otros temas también. La educación es uno de los que más preocupa a las familias.
"Creo que se ha perdido o al menos ha disminuido mucho la relación con los sectores productivos". Créditos: Flavio Raina
- ¿El tema de la violencia se impuso a otros como que son tan importantes, sobre todo en el medio y en el largo plazo, como es el de la educación y la salud pública?
- Y te diría que no están tan distantes la educación y la salud pública de la inseguridad. Este retiro del gobierno de Perotti de los territorios más vulnerables y que más necesitan de la educación pública y de la salud pública, hizo que ganaran terreno los delincuentes. Siempre que el Estado pierde presencia, que no es regalar plata, sino que es estar presente con el centro de salud abierto todo el tiempo, con los trabajadores sociales alerta a los movimientos del barrio que puedan dar la pauta de que puede venir un estado de violencia. Por supuesto que la escuela es el gran contenedor, donde hoy muchos niños y niñas van a recibir el único alimento nutritivo del día y por el cual el gobierno estaba pagando hasta hace quince días 130 pesos por ración. Ese estado retirado de la educación y de la salud como dos contenciones básicas a las personas más vulnerables también permite la ramificación del delito. Perotti ha logrado que los delincuentes tengan cada vez más poder y que la gente haya perdido libertad en la calle.
- ¿Qué dos o tres políticas considera que debe aplicar desde el primer día Maximiliano Pullaro en caso de ganar las elecciones?
- Las conversamos porque viajamos mucho y las compartimos. Por supuesto que, en seguridad, hay que volver a tener un plan, recuperar el control de las fuerzas de seguridad para orientarlas hacia un objetivo de pacificación. Es cierto que hay policías que han cruzado la raya y como tal hay que tratarlos, que fue lo primero que hicimos en el gobierno donde Maxi fue ministro de Seguridad. Ahora, hay una grandísima mayoría de muchachos y chicas, muchos de lugares lejanos, que hacen un gran esfuerzo, que ponen el cuerpo en una policía que no tiene órdenes claras, no tiene un plan, no compran los patrulleros necesarios, no tienen chaleco antibalas, ni armamento, ni elementos de comunicación, ni estrategia. Que han dejado de hacer investigación criminal y salen a la calle sin estas herramientas estratégicas de persecución penal. En mi caso, tengo la total tranquilidad del enfoque que Pullaro y los equipos están haciendo en recobrar todo esto".
- ¿Cuál otras considera necesarias?
-En educación, un mínimo de 180 días de clases, que los docentes vuelvan a tener el poder para evaluar. No podemos permitir como sociedad que los niños más pequeños no estén alfabetizados o que los adolescentes más grandes a veces no terminen la secundaria o la terminen con dificultades de comprensión de texto, de entendimiento de las herramientas tecnológicas básicas. Recobrar en la educación el diálogo con los docentes y los directivos. Nunca más medidas tipo Hora 25 la de No repitencia, absolutamente no consensuadas, no trabajadas, no llevadas adelante en un proceso. Y en tercer lugar te diría los edificios escolares. Cuando hoy uno entra a una escuela pública y está en buen estado, es porque tiene cooperadoras de mamás y papás que pueden sostenerla. Si no, ves un abandono y un deterioro total.
- Los gobiernos del Frente Progresista tuvieron políticas de intervención barriales que fueron exitosas.
-Multiagenciales les llamábamos. Es una palabra un poco difícil. ¿Qué quiere decir? Que llegábamos al territorio todos al mismo tiempo. Primero, provincia y municipio. Con las fuerzas más duras de prevención policial y de investigación, pero con la presencia del municipio abriendo calles, iluminando, con la contención social. Juntos, trabajando, como digo, en la inteligencia preventiva. Cuando en un barrio, por ejemplo, hay departamentos tomados por los delincuentes, tienen que entrar juntos porque esa familia tiene mucho miedo. No es solo una intervención policial, ni es solo una intervención social. O cuando, por ejemplo, se sabe que un preso de alto perfil sale de la cárcel y vuelve al barrio. Allí vas a tener una contienda de bandas. Digo, ese trabajo conjunto tiene que volver y hacerce. Es más, Maximiliano Pullaro había presentado como ley los procesos de llegada, de abordaje.
-Así es, que logró en algunas barriadas muy violentas contener a casi cero los homicidios. Justamente por esto. Por la labor de persecución penal, pero preventiva al mismo tiempo. Y vuelvo a insistir sobre el trabajo social del Estado, que no es repartir dinero porque sirve para muy poquito y se diluye en el momento, sino de una intervención inteligente y sensible por lo que viven esas familias vulnerables. Y en Santa Fe tenemos que pensar en construir viviendas. ¿Cuánto hace que no tenemos planes para los más necesitados o para los chicos de clase media que recién empiezan? Que además generan empleo, que es la otra pata que les permite a los más vulnerables tener un empleo con la dignidad que eso otorga.
- ¿Cuál es la mirada que tiene sobre el sector productivo de la provincia?
- Creo que se ha perdido o al menos ha disminuido mucho la relación con los sectores productivos. Yo recuerdo aquel Consejo Económico y Social que Miguel sostenía con mucha asiduidad, y con un plan de trabajo que había proyectado cuestiones que después se interrumpieron. Digo, la fortaleza de los parques industriales con todos los servicios que requiere para una mejor producción como la electricidad o el gas, que allí quedaron; o el emplazamiento de nuevos para fortalecer el enclave productivo. Yo tengo claro cuál era el proyecto para darle vitalidad la puerto de Santa Fe, volver a que la hidrovía tuviera aquí un punto jerárquico. A eso no lo estamos viendo. Y no te digo la falta de apoyo a los productores agropecuarios que han sido impactados por la sequía con el impacto que ha tenido en la agroindustria. Y de hecho es lo que estamos padeciendo.
Diálogo y Milei
-De repetirse los resultados de julio, usted va a tener un rol muy importante en la Cámara de Diputados donde, más allá de la mayoría, deberá tener un rol de articuladora de diferentes temas con la oposición política como, por ejemplo, un acuerdo para abordar el tema de la seguridad, como vienen planteando desde hace unos años.
-El de la inseguridad sin dudas. Lo que Maximiliano Pullaro va a requerir, lo que el gobierno de Unidos va a requerir es desde la Cámara de Diputados un apoyo a las leyes que se propongan para encarar cambios estructurales, para aprobar el presupuesto que se requiera y también en el diálogo político. Nos hemos mal acostumbrado a esta vieja y mala práctica de la política que impuso Perotti de que un proyecto de ley, un mensaje del Ejecutivo ingrese por mesa de entrada como si fuera una oficina de un despacho, sin convocar a las fuerzas políticas que no son del Gobierno, que un ministro lo explique en la Legislatura, que se avengan a un cambio que lo enriquezca. Esa es la construcción política. Sentarse en una mesa oficialistas y opositores, explicar el proyecto y llegar a un acuerdo. Por supuesto que cada partido va a mantener su propia identidad y en todo caso hará las críticas que considere, pero nos tenemos que poner serios en la seguridad, en la educación. No tenemos ley de educación en la provincia, un déficit imperdonable. También en la prioridad de las obras públicas en los presupuestos, vamos por las obras públicas para la producción. No sirve imponer las mayorías, es de vuelo muy corto porque la política no es sólo una concreción donde lo miras sobradamente al que le ganaste. Esa es una finalidad muy escasa. Yo confío que las miradas diversas enriquecen. Nosotros aspiramos a tener mesas de diálogo multipartidarias, serias, productivas.
- ¿Cuánto impactó la campaña nacional en la provincia?
-Creo que son dos escenarios diferentes que coinciden en un punto que es la decepción y la bronca con los oficialismos que han sido muy castigados. Massa como representante de Alberto y Cristina, Perotti en su propia persona, sacando menos de la mitad de los votos que había obtenido siendo gobernador. La gente ya dio ese paso y dio el veredicto. A diferencia de la nacional, aquí en Santa Fe hay una opción política muy seria, muy comprometida, muy de equipo, que ha tenido casi un millón de votos en julio. Así que sentimos por un lado un gran orgullo y por el otro lado una gran responsabilidad.
- ¿Cuánto influye en los que tienen que gobernar el malestar de la gente, el humor inestable de la sociedad?
-Tiene que influir y mucho. Si uno no es sensible y si no tiene claro el sentir de la gente, corre el riesgo de ir por un andarivel que no es el que la sociedad necesita. Por supuesto que hay proyectos muy agradables de llevar adelante, si querés ver un gobierno. Ahora, si lo que la gente está necesitando son cosas muy urgentes e inmediatas e importantes, como es la seguridad, como es la educación, bueno, en todo caso, buscarles allí siempre la respuesta a lo que la sociedad pide.
"Vuelvo a insistir sobre el trabajo social del Estado, que no es repartir dinero porque sirve para muy poquito y se diluye en el momento, sino de una intervención inteligente y sensible por lo que viven esas familias vulnerables. Y en Santa Fe tenemos que pensar en construir viviendas. ¿Cuánto hace que no tenemos planes para los más necesitados o para los chicos de clase media que recién empiezan?"
"No sirve imponer las mayorías, es de vuelo muy corto porque la política no es sólo una concreción donde lo miras sobradamente al que le ganaste. Esa es una finalidad muy escasa. Yo confío que las miradas diversas enriquecen. Nosotros aspiramos a tener mesas de diálogo multipartidarias, serias, productivas"
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