Carlos Clemente plantea que "no se gobierna con discursos" y que "las palabras que no van seguidas de sus hechos, no sirven para nada".
Carlos Clemente plantea que "no se gobierna con discursos" y que "las palabras que no van seguidas de sus hechos, no sirven para nada".
En notas anteriores planteamos muchos paradigmas, los movimientos de la política y su pérdida de sentido, aunque no nos divierta, podíamos vivir parafraseando a Kundera, en lo que podríamos llamar "la insoportable levedad de la política".
Desde la dirigencia con nada trascendente para decir, pero que hablan y se comportan fisgoneando con un discurso programático, bajo el paraguas del covid, con marchas y contramarchas.
A nuestra democracia, a la que tenemos que hacer madurar y hacer crecer día a día, la pandemia pone a prueba, en tela de juicio, ante la mirada de los ciudadanos, ahora está investigada por todos, su credibilidad cayó por el piso. La confianza venía lastimada con la sociedad.
La realidad es otra cosa, es una línea quebrada de confianza con la gente, es duda, es una herida más, es un número que no sale en las estadísticas y en las encuestas de imagen.
Debemos entender que los proyectos deben ser para la gente y no de los dirigentes, hay que escuchar, dialogar, buscar consensos.
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Nunca tan fácil, nunca tan difícil
Ojalá todo fuera mas fácil, que todo lo que queremos se cumpliera con sólo decirlo, con sólo desearlo. Ojalá para nuestros dirigentes fuera fácil cambiar, madurar, pero todo se vuelve tan difícil, mas aún cuando se encuentran obstáculos para avanzar, ya sea por orgullo, " fuego amigo", o simplemente no poder ver mas allá de sus propias vidas, porque nada indica que en ellos comienza un todo.
Por eso, le recuerdo a todos los dirigentes, a los que se están despidiendo y a los que tendrán "no" el honor, por el contrario, la "responsabilidad" de llevar los destinos de sus cargos, de que no se gobierna con discursos.
Los mesías que especulan con comicios demorados, o las mesas dibujadas buscando mejores expectativas propias, personales, no respetan una coherencia de los hombres y los nombres. Hay que trabajar, todos los días y respetar a la ciudadanía.
"Son prácticas que están agotadas"
Mas allá de todo, tenemos la responsabilidad de elegir, de pedir un Estado de Equilibrio, no ausente, y elegir es una responsabilidad. Ahora bueno, hay que saber elegir, no hay márgenes para seguir equivocándose en el camino de la democracia.
Los políticos no deben tenerle miedo a la honestidad. La verdad que son pocas palabras, pero cuánto dice al mismo tiempo. Podemos analizar esa frase durante horas y revisar décadas de la Argentina.
Tenemos que seguir luchando y trabajando, citando a Ghandi: “Mañana tal vez tengamos que sentarnos ante nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados… pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear".
Luchemos por ese mañana para que nuestras generaciones crezcan en paz, con responsabilidad ciudadana, social y sean libres de caminar sin miedo.
La realidad golpea la puerta con un nuevo mundo por delante. Ya caminamos el 2021, año en que depositaremos en una oportunidad mas el deseo de que todo puede ser mejor.
Quienes sean electos deben entender que en la democracia de masas, para comprenderla y acompañarla hay que cultivar un auténtico respeto por el ciudadano, por sus costumbres y sus sueños.
El desafío de los próximos años es enorme, no hay lugar para grietas o peleas.
Desde el sentido común, apelamos a centrar todos juntos las fuerzas en la lucha diaria contra este virus que no da tregua en nuestra Argentina.
Las palabras que no van seguidas de sus hechos, no sirven para nada.
Siempre hay cosas más importantes que una campaña política.