Las compras de gas “más barato” que comprometen la cuenta fiscal
Ieasa lleva contratados 11 buques menos con GNL que en 2021; paga menor costo que hace dos meses, pero eroga tres veces el precio del pasado año. Bolsonaro complica un acuerdo para que llegue más gas boliviano. ¿Se abre una puerta en el G7?
Los precios son mejores que los US$35 el millón de BTU promedio pagados en dos licitaciones anteriores; siguen siendo altos respecto de los US$8 erogados en 2021.
El gobierno nacional, a través de su controlada Integración Energética Sociedad Anónima, adquirió 13 buques de Gas Natural Licuado para regasificar en los puertos de Bahía Blanca y Escobar, e inyectar el recurso a los gasoductos durante julio. Pagó precios promedio de US$25 por millón de BTU.
Los precios son mejores que los US$35 el millón de BTU promedio pagados en dos licitaciones anteriores; siguen siendo altos respecto de los US$8 erogados en 2021, según detalló La Nación. Para mayo del pasado año, el gobierno nacional había adquirido 11 buques de GNL más a fin de enfrentar la demanda de invierno; ahora se prevén recortes por lo menos a la industria y al despacho de estaciones de GNC.
Son compras que se pagan al contado en un mercado convulsionado por la invasión rusa a Ucrania. El año pasado el país gastó US$1.100 millones en importaciones de GNL y erogó un total equivalente a U$S11 mil millones en subsidios energéticos.
Este año la cuenta será más gravosa por la suba de costos de importación y porque el incremento autorizado del 22% en las tarifas de gas (se aplicaría pasado el invierno a instancias del kirchnerismo duro) afectaría el rojo fiscal.
El 46% de la facturación de servicios de agua, electricidad y gas en el país son subsidios del Estado; es un costo equivalente del 3% al 3,5% del PBI; el entendimiento con el FMI es no superar un déficit primario de 2,5% del PBI este año.
A principios de abril, Martín Guzmán y el embajador Daniel Scioli, acordaron con el ministro de Minas y Energía Bento Albuquerque, que Brasil ayudaría a la Argentina este invierno, así cómo la Casa Rosada entregó más energía el pasado año al gigante sudamericano en medio de la sequía que aún afecta a las hidroeléctricas.
Pero el presidente Jair Bolsonaro echó a Albuquerque y al titular de Petrobras, José Mauro Coelho, acusándolos de comprar gas más caro para reemplazar el que dejaría de adquirir a Bolivia, para que a su vez La Paz mejore su asistencia a la Argentina. Para Bolsonaro, fueron “favores” de su contrincante presidencial, Lula Da Silva, al gobierno del Frente de Todos.
Si Bolsonaro presiona a La Paz, el incierto acuerdo para que Bolivia cumpla con 14 millones de metros cúbicos diarios vía gasoducto a la Argentina, en el pico de la demanda invernal, podría ajustar más las cuentas de la Casa Rosada y la sensibilidad social ante un presidente con su peor imagen de gestión desde que asumió.
Peor aún, ese escenario comprometería más la meta asumida con el FMI. Miguel Pesce, titular del Banco Central, reconoció que el 30% de los incremento de las importaciones, corresponden a aumentos del precio de la energía. Si a principios de junio la autoridad monetaria no logra cumplir con las metas de acumulación de reservas, el Fondo podría revisar el desembolso de 3 mil Derechos Especiales de Giro -equivalentes a unos US$ 4.500 millones- lo que impediría al gobierno pagar a su vez la cuota de deuda con el organismo.
Si la pregunta de los mercados sobre el FMI plantea incertidumbres, la invasión rusa a Ucrania abre oportunidades. Alberto Fernández participará como invitado en la cumbre del G7 que se realizará el 27 de junio en la región de Baviera, invitado por el canciller alemán Olaf Scholz.
Si bien el gasoducto Néstor Kirchner no está “en marcha”, como relata la “fake” propaganda oficial (no está licitada la obra civil) y aún cuando una planta de licuafección cuesta inversiones por unos U$S 50 mil millones que el país no tiene, el yacimiento de Vaca Muerta no deja de ser una alternativa para el “mundo occidental”.
Ese mundo le requeriría a la Casa Rosada recoger la alfombra roja desplegada a Vladimir Putinn y no comprar la usina nuclear a Xi Jinping.
La apertura al mercado de dólares para la producción incremental de hidrocarburos en el país es un dato que abre expectativas eventuales de inversiones. Pero -a la hora de las inferencias efectivas- si hay alternativa para que el yacimiento de Neuquén se sume al qatarí para enviar gas a Alemania, Italia y Francia, será a cuenta de un modelo capitalista que se ubique en las antípodas de los postulados del Instituto Patria.