Martes 2.1.2024
/Última actualización 22:51
Las dos Cámaras de la Legislatura y los dos Concejos Municipales de las ciudades de Santa Fe y Rosario tienen un doble o se prefiere triple condimento. Lo obvio es que a los cuerpos legislativos más relevantes en la provincia los presiden mujeres y que todas fueron electas por Unidos. Lo que pocas veces se aprecia es que además, cada una pertenece a los cuatro socios principales de ese frente. Habrá que ver si en efecto pueden juntas una mayor representatividad del oficialismo en el que tienen sus propias trayectorias partidarias.
La vicegobernadora Gisela Scaglia como titular del Senado invitó a una reunión a su par de Diputados, Clara García; y también a las presidentas de los concejos municipales de Santa Fe, Adriana Molina, y de Rosario, María Eugenia Schmuck. Pertenecen al Pro y Juntos por el Cambio en el primer caso; al socialismo que conduce el PS santafesino y por lo tanto al que pesa a nivel nacional, en el segundo; a la UCR santafesina liderada por José Corral, que históricamente fue el primer sector de sumarse a JxC; y al radicalismo que respaldó en Rosario a Pablo Javkin y formó Creo, con un recorrido propio dentro del Frente Progresista primero y en Unidos luego, en el oficialismo de la ciudad más poblada.
María Eugenia Schmuck, Gisela Scaglia, Clara García y Adriana Molina. Crédito: Flavio RainaFlores y lenguajes
El habitual centro de mesa florido de la sala de reuniones de la Presidencia de la Cámara de Senadores cobró esta semana un significado especial, a partir de la sensibilidad política de los reporteros gráficos experimentados. Las dirigentes de Unidos para Cambiar Santa Fe pueden ir mucho más allá de sus sonrisas para la foto. Han encontrado un denominador común, que por ahora es solo un encuentro, pero que muestra un apreciable conjunto multicolor partidario puertas adentro del oficialismo.
En el análisis político de Santa Fe lo recomendable es superar de inmediato la tentación canosa y poco graciosa de hablar de "la rama femenina" tan de aquellos victorianos términos del peronismo de los años 40, y que hoy es visto como parte de una vieja moralina que, en realidad, se superó hace muy poco.
Lo mismo cabe para las reducciones a propósito del feminismo, a la hora de interpretar la novedad política de las cuatro señoras presidentas. ¡Como si hubiera solo un feminismo y como si cada una no tuviera su propia visión de las reivindicaciones de la mujer! En rigor, en cada una de ellas existe su propia visión de ese y de tantos otros temas que en la coalición que gobierna Santa Fe necesariamente debieron discutirse en muy poco tiempo. Se trata claro de dirigentes que no lo son por ser "la mujer de" o algo parecido. Hasta hace unas pocas décadas atrás, en la actividad política argentina no había lugar para "Doña Rosita, la Soltera". El Litoral entrevistó a la anfitriona de un hecho político novedoso.