El Litoral | Télam
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Familiares y allegados viajaron a las islas esta mañana. Por primera vez, 90 tumbas tienen nombre y apellido luego de la investigación del Eaaf en 2017. Hubo un llamado a “trabajar por la cultura del encuentro, sin divisiones, odios ni guerras”.
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Con una oración por los caídos argentinos e ingleses en la guerra de Malvinas y un llamado a “trabajar por la cultura del encuentro sin divisiones ni odios ni guerras”, concluyó esta mañana la ceremonia religiosa en el cementerio de Darwin de la que participó un contingente de 248 argentinos, la mayoría de ellos familiares de los 90 soldados identificados el año pasado. Los asistentes quienes siguieron la ceremonia sentados en sillas dispuestas frente a las tumbas de sus seres queridos y otros directamente sentados sobre las piedras de la sepultura.
La ceremonia fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, junto con representantes católicos y protestantes, y en ella también se bendijo una imagen de la Virgen de Luján que será traída al continente para recorrer los hogares de los familiares que no pudieron viajar a las islas.
El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, afirmó sentir “mucha emoción” porque “por fin afloró la vida y celebramos la vida”, y consideró que, con el homenaje realizado allí a los caídos en la guerra de Malvinas, “desde el Estado” se está dando “un paso gigantesco para saldar una deuda con los familiares”.
El viaje
Esta madrugada, un contingente con 248 argentinos, en su mayoría familiares de caídos en Malvinas, partieron en tres aviones desde el aeropuerto de Ezeiza con destino a la base militar de Mount Pleasant en las islas.
A bordo de dos aviones MD 83 de la empresa Andes y un Gulf Stream, viajaron unos 200 familiares de los 90 soldados identificados el año pasado, acompañados por médicos, psicólogos, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj; funcionarios de la embajada británica y una reducida comitiva de prensa, incluida Télam. También formaron parte del grupo el militar inglés, Geoffrey Cardoso -quien en 1982 diseñó Darwin y se ocupó de enterrar a los soldados argentinos-; el ex combatiente y presidente de la Fundación No me Olvides, Julio Aro -uno de los impulsores de la iniciativa de las identificaciones-, y miembros de la Corporación América del empresario Eduardo Eurnekian, quien financió el viaje.
Luego de arribar, la delegación argentina recorrió en micros los 37 kilómetros que separan la base militar de Darwin, en dirección contraria de donde se encuentra la capital de las islas, Puerto Argentino. Allí, tuvo lugar una ceremonia inédita, que incluyó una oración religiosa y honores militares para rendir homenaje a los caídos argentinos y británicos durante la guerra de 1982, a días de cumplirse el 36º aniversario del inicio del conflicto.
Los protagonistas fueron los familiares de los soldados argentinos que fueron identificados el año pasado tras un minucioso proceso forense, llevado adelante por el Comité Internacional de la Cruz Roja con participación del Equipo Argentino de Antropología Forense, tras un acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido. Desde hace pocos días, las tumbas de esos soldados ya cuentan con su lápida de granito negra con la inscripción de su nombre y apellido, que reemplazó a las que portaban la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios” que fueron traídas al continente para ser distribuidas entre los museos y recordatorios de Malvinas que existen por todo el país. Dos de esas placas viajaron hoy con el contingente y fueron colocadas a último momento en el cementerio. Se trata del caso de dos cuerpos que lograron ser identificados en las últimas semanas.
El regreso al continente está previsto para esta misma tarde a Ezeiza, donde el grupo será recibido por funcionarios y representantes de las Fuerzas Armadas, incluidos el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y el jefe del Estado Mayor Conjunto.