Por Mariano Rinaldi
La participación de El Litoral fue crucial al publicar de manera “veloz” y en la búsqueda del consenso y la legitimidad necesaria que como resonancia tiene la opinión pública para la nueva Carta Magna.
Por Mariano Rinaldi
Los Constituyentes santafesinos de 1962 concluyeron la reforma de la Carta Magna provincial en medio del golpe de Estado. La Constitución se juró el 14 de abril de 1962, y el diario El Litoral tuvo un rol fundamental al publicarla en sus páginas tras la inminente intervención federal.
La provincia de Santa Fe goza de una genealogía Constitucional cimentada a lo largo de los años, que acompañó la construcción de los elementos materiales e ideales del Estado provincial y los avatares propios de una dinámica entre Nación-provincia.
El acto soberano fundador es el poder constituyente originario, ya que de él se deriva, en distintos momentos de la sociedad y determinado por la propia constitución, las reformas sucesivas que representan un nuevo equilibrio entre los sectores sociales en disputa que aspiran a modificar la estructura institucional.
El proyecto de reforma fue tratado el 11 de abril y aprobado el día 14. La intervención federal se produjo el 24 de abril, pero un decreto posterior señalaba que no se veía afectada la elección de convencionales constituyentes. Por lo tanto, la Constitución Provincial reformada en 1962 permanecía vigente. El rol del diario El Litoral fue crucial al publicar de manera “veloz” y en la búsqueda del consenso y la legitimidad necesaria que como resonancia tiene la opinión pública para la nueva Carta Magna provincial en sus páginas un 15 de abril de 1962.
Teniendo en cuenta que el antecedente directo de la Constitución nacional de 1853 es el Estatuto provisorio provincial de 1819. El poder constituyente originario santafesino encuentra legitimidad política precisamente en dichos antecedentes, en un camino previo a la sanción de la Constitución Nacional.
Por aquellos años de revolución política y guerra de independencia, en donde la ruptura del orden colonial y el proceso revolucionario iniciado en 1810 propiciaron debates y conflictos en torno a la organización política de los territorios, y en oposición a la tendencia centralista sostenida por Buenos Aires, se aspiró a conseguir la autonomía provincial asumida en 1815 y formalizada con el Estatuto en 1819. Si bien se trata de una temprana organización constitucional, apuntaló las bases que consolidaron el desarrollo del Estado provincial bajo un proceso donde la distribución de poder marcó la supremacía del ejecutivo por sobre el poder legislativo y judicial.
En 1853, Santa Fe fue sede de la convención constituyente que sancionó la Constitución Nacional. En 1856, la provincia de Santa Fe adecuó el diseño institucional a la Carta Magna nacional estableciendo que la duración del mandato del gobernador sería de tres años de duración, y que sería designado por la cámara de representantes, compuesta por 16 diputados que representaban a la totalidad de los departamentos provinciales. Durante la segunda mitad del siglo XIX, Santa Fe se convierte en la provincia que más convenciones constituyentes reunió, modificando la Carta Magna en los años 1863, 1872, 1883, 1890, 1900 y 1907. Siendo la más importante, la de 1872 en donde se crea el cargo de vicegobernador y se divide el poder legislativo en dos Cámaras de representantes: diputados y senadores.
La cuestión de la reforma constitucional hegemonizaba el debate político santafesino durante las primeras décadas del siglo XX. En mayo de 1920 ingresaron en la Cámara de Diputados dos proyectos para reformar la Constitución provincial, presentados por la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Demócrata Progresista (PDP). Un mes después fue aprobado el proyecto del radicalismo por el poder legislativo provincial. Sin embargo, las disputas entre los partidos políticos y el poco disciplinamiento al interior de estos, socavan la legitimidad de la convención frente a la sociedad. A mediados de 1921, con prórroga de por medio, la convención retomó sus actividades y sancionó la nueva Constitución, pero rápidamente el gobierno radical decide vetar, lo que produjo un sismo en los partidos políticos santafesinos que sufrieron profundas fracturas internas irrecuperables y la opinión pública santafesina se consolidó bajo dos polos opuestos: un activismo católico y un reformismo liberal.
La Constitución de 1921, fue puesta en vigor en 1932, por el entonces gobernador Luciano Molinas (PDP), aunque de manera efímera. A partir de la intervención federal ordenada por el gobierno de Agustín P. Justo, en 1935, quedó sin efecto.
También, luego de una intervención nacional en el verano de 1949 y elecciones posteriores que consagraron al justicialismo (PJ) en la provincia, se reunió a la Legislatura provincial, en busca de una reforma constitucional, sin convocar la Asamblea Constituyente que establecía la Constitución vigente hasta ese momento. A pesar de la oposición del radicalismo provincial, principal oposición en la provincia, se llevó adelante la Convención, que como particularidad estableció el voto directo para el cargo de gobernador, una duración de seis años de este y la no reelección inmediata de su cargo. Finalmente, fue derogada en 1956, a partir del accionar de la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora.
1962, el año de la última reforma Constitucional santafesina
Como señalan los politólogos Calvo y Escolar, cada provincia cuenta con un diseño constitucional propio, en estrecha relación con el principio federalista que rige la Constitución Nacional. Pero también, cada una de las provincias mantuvo una trayectoria política e institucional propia, una propia historia marcada por la profunda relación entre Nación-provincia. Constituyendo, de esta manera, un sistema político particular, que combina reglas y tradiciones político-partidarias localistas.
La reforma Constitucional de 1962 nos presenta una coyuntura particular en la cual el presidente de la Nación, Arturo Frondizi, había sido derrocado en marzo de ese año. Desde la provincia de Santa Fe se atestigua la inminente intervención federal, ante lo cual el gobernador Carlos Sylvestre Begnis optó por acelerar el proceso de discusión de la reforma constitucional.
La incertidumbre política del momento marcó las horas y días del debate. El proyecto de reforma fue tratado el 11 de abril y aprobado el día 14. La intervención federal se produjo el 24 de abril, pero un decreto posterior señalaba que no se veía afectada la elección de convencionales constituyentes. Por lo tanto, la Constitución Provincial reformada en 1962 permanecía vigente. El rol del diario El Litoral fue crucial al publicar de manera “veloz” y en la búsqueda del consenso y la legitimidad necesaria que como resonancia tiene la opinión pública para la nueva Carta Magna provincial en sus páginas un 15 de abril de 1962.
La Carta Magna aprobada en 1962 amplió la gama de principios, derechos, garantías y deberes, al incorporar principios y derechos sociales relativos a la protección del trabajo, de la salud y la seguridad social. Por otro lado, lo que muchos analistas ven como un reflejo de concentración del poder y búsqueda de gobernabilidad, la cláusula mayoritaria para la distribución de bancas en la Cámara de Diputados, que otorga 28 bancas al partido con más votado y 22 a los demás partidos, de manera proporcional según la cantidad de votos obtenidos.
Con las elecciones fundacionales de una democracia en 1983, se marca el comienzo de un período en el cual la totalidad de las provincias modificaron sus constituciones. La reforma de la Constitución Nacional acontecida en el año 1994 acentúa dicho proceso. En ese contexto, la provincia de Santa Fe se convierte en un caso excepcional, ya que se trata de la única provincia cuya Carta Magna no ha atravesado un proceso de reforma, permaneciendo vigente en la actualidad la Constitución sancionada en el año 1962.