“Se privilegia la regla técnica por sobre la regla ética”, dice Mario Pilo. Lo primero es tomar el camino más corto; lo segundo, hacerlo pero según las normas de tránsito, aunque sea más esfuerzo. Foto: Archivo El Litoral
¿Es posible superar el primer impulso, el de la obvia condena moral frente a la noticia sobre el hurto de energía de aproximadamente la mitad de los propietarios de un barrio privado? ¿Hay una explicación?
“Se privilegia la regla técnica por sobre la regla ética”, dice Mario Pilo. Lo primero es tomar el camino más corto; lo segundo, hacerlo pero según las normas de tránsito, aunque sea más esfuerzo. Foto: Archivo El Litoral
Luis Rodrigo politica@ellitoral.com —¿Por qué parte de los propietarios de un country pueden llegar a comportarse como se supone que se hace sólo en villas miserias? —Hay tres elementos que se coaligan en este tipo de situaciones: uno tiene que ver con lo que llamamos la sociedad actual, otro con la famosa viveza criolla y un tercer punto es la percepción mayoritaria del castigo o la sanción. El hombre es una entidad sociocultural pero resulta que hoy la sociedad le propone el éxito. Y el éxito parece tener que ver sólo con el dinero. La cultura no niega esto, pero lo que le dice al hombre es hágalo (haga dinero) por el camino correcto. Eso es respetar una cierta ética, mientras que simplemente para alcanzar los fines -en un sentido bien maquiavélico- basta con tener sólo unas reglas técnicas. Creo que el hombre hoy cambia las reglas éticas por las reglas técnicas en su comportamiento. Se ocupa de buscar cumplir determinados fines pero no por los caminos que el deber cultural marca sino por otros, azarosos, propios de los atajos sociales, y basado sólo en las reglas técnicas que procuran como las reglas éticas el mismo fin, pero mucho más rápido. Por supuesto que en esto se maneja con un prudencialismo. Se mide. Y si la sanción puede ser mucho mayor que el beneficio no me conviene. Pero resulta que la percepción que nosotros tenemos sobre las esferas del poder político o económico en todo el país es que la Justicia no va a llegar... Que reina la impunidad, que la corruptela que está a la vista. La percepción es que no va a haber sanciones. Y el cuadro se completa con el tema de la “anemia boba” de la que hablaba Carlos Santiago Nino (*). Esa parte del ethos cultural argentino que dice que somos el país de la viveza criolla, que en realidad nos daña a todos porque la luz que unos roban las pagan todos los demás. —¿Qué es una regla técnica y qué es una regla ética? —La tesis funcionalista dice que hoy el hombre, en el mundo, va hacia las conductas desviadas y que las institucionaliza. Y que lo hace porque prefiere la regla técnica a la regla ética. Para mí, ese es el detonante de todo este tipo de situaciones que es común a cuando nos enteramos que hay tipos que tienen unos autos de muy alta gama que no pagan la patente, etc., etc. La regla ética tiene que ver con el actuar conforme a lo institucional a lo que nos ha dado la educación, a lo que se supone que es vivir en una sociedad con reglas para tener al menos igualdad de posibilidades. La regla técnica lo único que busca es el fin. Ir de un lugar a otro en la ciudad para la regla técnica implica tomar por la línea recta que una esos dos puntos. Pero hay otro camino que implica más esfuerzo, que sí respeta las normas de tránsito, los semáforos, etc. Se prefiere el actuar rápido, sólo por la finalidad. —¿El hecho de que los countrys tengan una disposición casi extraurbana, que estén cerrados al resto de la sociedad, que cuenten con una suerte de frontera propia, un límite para quienes no viven allí, facilita estas conductas? —Es parte de un complejo social. El vivir en estos lugares de privilegio tiene que ver más con razones de seguridad, de separarse de otras clases sociales... Pero el desvío de la norma ética se da en todo tipo de situaciones: desde el que no paga la patente de su auto de alta gama al que se cuelga de la luz en la ciudad... No se olvide que tuvimos un caso de un juez, y que la percepción de impunidad es clave, tanto como esto de la viveza criolla y como esta explicación de la opción por la regla técnica antes que la regla ética, que aporta la teoría funcionalista y es propia de las sociedades de consumo: “primero yo y los demás...”. —El otro paradigma, el del conflicto, ¿tiene una respuesta para esto? —Mirá sí. Lo que pasa es que yo no soy de la teoría conflictivista, soy más weberiano pero digamos que en esa perspectiva cuando tenés una permanente conflicitividad institucional y de clases hay siempre clases que como manera de manifestar su poderío y de diferenciarse recurren a formar estos barrios corporativos, de clase. Pero lo de engancharse de la luz lo va a encontrar en el country y los demás barrios de la ciudad. No olvidemos que hubo funcionarios en ejercicio del cargo que fueron sorprendidos, muchos años atrás, hurtando energía eléctrica. —¿Argentina es distinta de otros países en su faz ética? ¿Es gratuita o está justificada nuestra mala fama? —Sí. El país tiene un ethos cultural bastante jorobado. Al menos una parte de los argentinos que viaja al exterior no respeta normas básicas, como aquí. Años atrás, estuve en Europa, en campings (no había hostels) donde todo queda a mano... y he visto cartelitos que decían cuidado hay argentinos. En teléfonos públicos españoles, se encontraban llamadas, sobre todo a la Argentina, y faltaban monedas: eran de hielo. Digo más: tengo documentado y escrito una historia de 30 años atrás, cuando era común que los argentinos al viajar a Inglaterra llevaran monedas viejas para engañar a los teléfonos ingleses con pesos de desuso por peniques. Por casualidad fui al Consulado Argentino en Londres, el cónsul me comentó que los ingleses llevaban esas viejas monedas sudamericanas a cambiarlas por los peniques: el presupuesto del Estado argentino, el pueblo argentino que no viajaba, terminaba pagando la viveza criolla de los pocos que podían hacerlo. —Bueno, parece que es inevitable la obvia condena moral... —Es que esto genera una indignación moral. Es casi una bofetada saber que en un country están enganchados, es como que te digan no pago porque estoy en mi mundo, porque esto es mío, porque soy el dueño de la casa y del barrio y hago lo que quiero. Genera. Todos tenemos excusas suficientes, unos autojustificativos para sostener un mal comportamiento. Uno lo escucha: qué le voy a pagar los impuestos a este gobierno ladrón; mirá lo que cobran la electricidad; los impuestos son abusivos; ¿por qué voy a pagar ganancias? ¿para qué pagar la energía? para que los pobres tengan energía gratis... (*) Carlos Santiago Nino: “Argentina un país al margen de la ley” y “El país de la anemia boba”.
Dato Perfil Mario Pilo es abogado. Fue concejal por el radicalismo y hoy es el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Civil Anticorrupción, creada en Santa Fe y cuyo presidente es Ricardo Monner Sans. Es profesor de Introducción al Derecho, de Historia del Derecho y de Sociología del Derecho, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL. Blog: drmariopilo.blogspot.com.ar.
En cifras 64 propietarios no pagaban la energía eléctrica en el country Aires del Llano, aproximadamente la mitad de sus parcelas según la EPE. 500 mil pesos es el consumo que estima la Empresa Provincial de la Energía que fue hurtado tan sólo en el último año.