Sábado 11.12.2021
/Última actualización 10:13
Cristina Kirchner fue la figura central del acto en Plaza de Mayo que organizó el Gobierno por el Día Internacional de los Derechos Humanos y para conmemorar los 38 años del regreso de la democracia y no desaprovechó la oportunidad para brindar un fuerte discurso de alto contenido político con críticas a la oposición y, especialmente, al Fondo Monetario Internacional, el mismo día en que el organismo anunció que las conversaciones con la Argentina para reestructurar la deuda contraída durante la gestión de Macri estaban avanzadas.
"No se va a aprobar ningún plan que no permita la recuperación económica. Es el deber de los argentinos que integran la fuerza política que volvió a la Argentina", expresó.
En sintonía con esto, la expresidenta le pidió a Alberto Fernández que incluya en la negociación la posibilidad de pagar parte de la deuda con la dólares argentinos que están en paraísos fiscales: "A la Argentina no le faltan dólares, los dólares de la Argentina se los llevaron afuera. Necesitamos que el FMI nos ayude a recuperar de los paraísos fiscales que se han ido miles y millones de dólares en evasión. Comprométase a que cada dólar que encuentre en el exterior se lo vamos a dar al Fondo, de los que se la llevaron sin pagar impuestos, se la fugaron. Que sea un punto de negociación".
Pero las críticas hacia el organismo multilateral de crédito no finalizaron allí. La ex mandataria se remontó a la época de Alfonsín y De La Rúa para cuestionar la presencia del Fondo en la Argentina y, al mismo tiempo, lanzar un reproche hacia el radicalismo: "El FMI ha vivido condicionando a la democracia argentina. No es de ahora. Recuerdo cuando Alfonsín asumió la presidencia un 10 de diciembre, como hoy hace 38 años, recibió un país que había quintuplicado su deuda externa, sin reservas en el BCRA, corazonadas militares cada tanto con 30 mil desaparecidos. Y en el año 89, el FMI con presiones y demás, le soltó la mano al gobierno democrático de Alfonsín y no pudo terminar su mandato. No fue la primera vez que lo hizo".
En otro momento Cristina le propuso al presidente Alberto Fernández que "convoque a todos los partidos políticos con representación parlamentaria para que, todos unidos como argentinos de bien, le digamos al Fondo (Monetario Internacional) que no se va aprobar ningún plan sino el que permita esta recuperación económica".
"Es el deber de todos los argentinos, sobre todo para aquellos que pertenecen al Gobierno, y también para los que pertenecen a la fuerza política que volvió a traer al FMI a la Argentina", exhortó.
El último orador fue Alberto Fernández quien inicialmente subrayó que "por esta democracia que hoy vivimos hubo miles de argentinos que entregaron sus vidas que fueron desaparecidos, sometidos a la tortura, al exilio y que sufrieron prisiones injustas" y pidió que "en reivindicación a todos ellos cuidemos la democracia".
Y agregó que "Argentina es un símbolo de los derechos humanos en todo el mundo" y aseguró que su Gobierno sigue "haciendo todo lo necesario para que el último culpable se haga cargo de la responsabilidad que le cupo en la noche más negra que Argentina vivió", en alusión a la última dictadura cívico militar.
Luego le respondió a Cristina por los condicionamiento en la negociación con el Fondo Monetario Internacional al sostener que "la Argentina del ajuste es historia", al resaltar que en las tratativas con el FMI para refinanciar la deuda que contrajo la gestión de Cambiemos "no se negociará nada que signifique poner en riesgo el crecimiento y el desarrollo social" del país.
"Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo eso; no tengas miedo", subrayó y recordó que "muchas veces el FMI le soltó la mano a presidentes argentinos y así puso en crisis la institucionalidad de la Argentina", para luego señalar, mirando a la multitud que ocupaba la Plaza de Mayo, que "si el FMI me suelta la mano voy a estar tomado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino y de cada argentina".