Tras varias horas de congregación en la esquina porteña de Uruguay y Juncal, en continuación de lo ocurrido en los últimos días, manifestantes kirchneristas tiraron el vallado colocado en cercanías a la casa de Cristina Kirchner.
El cerco había sido establecido por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires con el objetivo de mantener la calma en la zona y resguardar a los vecinos. El resultado fue todo lo contrario.
Tras varias horas de congregación en la esquina porteña de Uruguay y Juncal, en continuación de lo ocurrido en los últimos días, manifestantes kirchneristas tiraron el vallado colocado en cercanías a la casa de Cristina Kirchner.
El episodio en dos puntos del cerco desató incidentes entre militantes y la policía de la ciudad de Buenos Aires. Lo que en primera instancia tenía como objetivo resguardar la seguridad de los vecinos, terminó desatando el caos en el barrio porteño de Recoleta.
Tras sortear las vallas, algunos de estos manifestantes comenzaron a arrojar piedras a un grupo de policías que se cubrieron con escudos para evitar ser alcanzados por los proyectiles. Cinco efectivo policiales resultaron heridos y cuatro personas detenidas
Un nuevo “vallado” de infantería recuperó la posición tras un intercambio entre militantes y efectivos policiales sobre calle Uruguay en la esquina con Guido.
Tras unos pocos minutos, se controló paulatinamente la situación, a la par que unos pocos presentes solicitaron mantener la pasividad en la manifestación. A pesar de este último punto, los incidentes se retomaron tras una corta calma.
El descontrol se hizo presente luego de que un importante grupo de manifestantes rodeó a efectivos de la fuerza y un camión hidrante, el cual fue vandalizado, mientras intentaba dispersar a los presentes.
El departamento de Cristina Kirchner es el final del recorrido de los militantes, que poco a poco avanzan en masa. Aún se mantiene la resistencia de la policía.
Cabe recordar que el acto había sido convocado el propio gobierno nacional, tras suspender una serie de actividades oficiales. Contó con la presencia de la vocera presidencial, Gabriel Cerruti, entre otros dirigentes oficialistas.