"En el peor de los casos estamos condenados a vivir juntos. En el mejor de los casos podemos convertir esa especie de condena en una virtud, que es sumar voluntades, encontrarnos, generar acuerdos para un destino común".
En 2023 se cumplirán 170 años de la Constitución y 450 años en la ciudad. El flamante "santafesino ilustre" planteó celebrarlo en el Concejo -lejos de la política agonal que caracteriza al país- gestionando objetivos compartidos en el bien común.
"En el peor de los casos estamos condenados a vivir juntos. En el mejor de los casos podemos convertir esa especie de condena en una virtud, que es sumar voluntades, encontrarnos, generar acuerdos para un destino común".
Gustavo Vittori dejó un planteo en el Concejo Municipal. En su discurso al ser declarado santafesino ilustre, el ex director de El Litoral planteó la "política dialógica" como alternativa a la arquitectura "agonal" del "permanente enfrentamiento entre los contrarios".
Mentor del Parque de la Constitución Nacional y secretario de la asociación civil que sustenta su gestión, Vittori propuso "no cualquier acuerdo" sino uno que contemple "la diversidad" que "genera riquezas en una sociedad".
"Ahora que estamos pobres y somos austeros por necesidad, la austeridad puede ser una elección inteligente, que nos obliga a trabajar con las pocas herramientas que tenemos y que empieza con nosotros mismos y las estructuras que hemos creado".
Dirigiéndose a los concejales, planteó: "este cuerpo, representativo de esta ciudad, es ideal en su escala, en vísperas de los 170 años de la organización constitucional -que se cumplen el año que viene- para hacer un ensayo político de convivencia".
"La sociedad -señaló Vittori- está pidiendo un cambio a la política, está harta peleas motorizadas por pequeñas vanidades, mezquindades, cálculos de ver quién inicia una obra y quién la inaugura como carta de presentación en una elección. Con el tiempo nadie los va a recordar, y mucho menos quién fue el autor de una iniciativa para que se resolviera un problema", advirtió.
Sostuvo que "lo importante es el cuerpo capaz de dar soluciones; si van a pasar a la historia será porque fueron capaces de encontrar una solución para la sociedad".
Mencionó que "el Museo y Parque de la Constitución Nacional es un ejemplo de lo que se puede hacer en la continuidad del tiempo; ha tomado tres administraciones provinciales (Binner, Bonfatti, Lifschitz) y tres municipales (Barteletta y dos veces Corral)".
Sostuvo que fueron "época en general de vacas flacas y sin embargo se hizo una obra que jamás estará terminada porque jamás estarán terminados los intercambios, las ideas, la creatividad, todo lo que cabe bajo el paraguas de la Constitución Nacional, que no es otra cosa que la sociedad en movimiento y tiene lugar allí".
Tras referir el trabajo de difusión del museo y sus propuestas para "generar interacciones", Vittori planteó: "nada más trascendente que la Constitución, que contiene al conjunto de la sociedad bajo sus reglas. De modo que los objetivos de superación en términos de sociedad no deberían provocar conflictos.
"Se pueden establecer cuatro o cinco objetivos compartidos como puntos de referencia del bien común. Ustedes -señaló a los concejales- pueden ponerse de acuerdo y después discutir, debatir incluso acaloradamente, pero para ver quién lo hace mejor y no por poner la mejor chicana que impida que el otro haga algo. La chicana es la versión negativa de una construcción fecunda".
Propuso que "el Concejo, que es un pequeño laboratorio político en una ciudad mediana, en un país de la periferia del mundo, puede ser un lugar adecuado para ponerse de acuerdo. Los vecinos están cerca, la cercanía es importante como fuente de ideas y como factor de control.
"Es -concluyó- una medida adecuada para intentar mandar un mensaje al país, de que en el lugar donde se creó el Estado nacional -que es esta ciudad- se hacen cosas de vanguardia en materia política. Y que esa experiencia piloto pueda trasladarse al conjunto de la Nación".
Nuevo libro
Vittori anticipó la pronta aparición de su nuevo libro, "Del moro al oro", en el que investiga las vidas paralelas de Jerónimo Luis de Cabrera y Juan de Garay. Dijo que "la creación del Puerto Preciso procuraba recursos financieros; la corona quedaba muy lejos, tenía la mano dura para largar una moneda y había que financiar una línea de fortines". El periodista e historiador reseñó que la ciudad protegía "por el Norte" a Buenos Aires". Recordó que la capital argentina y Rosario siempre pusieron trabas al desarrollo de muelle santafesino; "nunca fue fácil para nosotros".
"El puerto de Santa Fe no es una obsesión de un grupito. La verdad es que Santa Fe fue la primera ciudad puerto de lo que hoy es la República Argentina". Gustavo Vittori señaló que "Buenos Aires y Corrientes se fundaron después; Concepción del Bermejo desapareció por la presión de los Guaycurúes.
"Santa Fe -insistió- es indubitablemente el primer puerto de la Argentina, y por ese mero hecho requiere un cierto respeto. Nadie rifa sus antecedentes históricos. En esto hay que aprender de Europa: nadie regala sus antecedentes históricos".
Reconoció que "quizás el papel del puerto granelero haya quedado ya atrás, quizás haya terminado con aquél ciclo de 1982 con cargas de 1,2 millón de toneladas cuando Japón compraba sorgo.
"Seguimos teniendo -indicó- una función importante. Quizás ya no mirando el mar exterior sino el Paraná arriba, porque todo eso que era un enorme baldío selvático se ha ido poblando y entró en producción en Bolivia como en Brasil y Paraguay. Y todo eso tiene que salir, y todos sabemos que a menores fletes mayor rentabilidad y por lo tanto puede ser ésta una estación de transferencia de barcazas a barcos que organicen mejor los flujos sobre el Paraná".
Advirtió que "querer matar la historia, la ciudad que fue generadora de ciudades como Santa Fe, menospreciarla, es un error enorme. Santa Fe nunca va a ser Rosario, que es más pujante, está ubicada en la zona de barrancas, se pueden cargar los barcos por gravedad, tiene mayor profundidad natural, está en la zona núcleo de producción, por lo tanto todo fluye de manera más natural y por eso Rosario es hoy tres veces la ciudad de Santa Fe, y con un enorme vigor económico, empresarial, de iniciativa.