Nancy Balza | nbalza@ellitora.com
El futuro del trabajo; la formalidad como requisito en toda la cadena de valor; la recalificación y la importancia de un plan nacional de formación profesional, y dos temas que ponen a la provincia en un lugar de vanguardia: trabajo decente y el protocolo de actuación ante casos de violencia laboral.
Nancy Balza | nbalza@ellitora.com
Pedro Furtado de Oliveira es el responsable de la Oficina País de la Organización Internacional del Trabajo en la Argentina y volvió días atrás a Santa Fe -provincia con la que el organismo colabora de manera activa desde hace una década- para participar de la presentación del protocolo de actuación ante casos de violencia laboral, y la difusión de la nueva Agenda de Trabajo Decente, concepto que el gobierno de Miguel Lifschitz quiere incorporar al nuevo texto de la Constitución Provincial.
Poco rato después de arribar a la ciudad y antes de que la intensa agenda oficial lo ubique en varios escenarios a lo largo de la tarde, dialogó en extenso con este diario.
- ¿Cuál es para OIT Argentina la prioridad en materia de empleo en el país? ¿Cuál es el tema en que se enfoca con mayor atención?
- La Oficina organiza su plan de trabajo en varios temas, y hay algunos en los que nos estamos enfocando específicamente en la Argentina porque es un país que tiene una historia para contar y donde ahora hay que dar un paso adelante; por ejemplo, la informalidad o la formalización de la informalidad. Hay una preocupación fuerte, que no es de ahora, por poder formalizar su economía aunque sea un problema presente en varios países. Con la ley de trabajadores en casas particulares, la ley de monotributista, hay una tendencia muy fuerte desde el Estado para blanquear la economía y seguramente para que el sector productivo tampoco entre en la informalidad. Porque no se trata solamente de blanquear al trabajador; es también blanquear la economía y la producción. Ese es un tema que trabaja OIT con el sector del gobierno, los sindicatos y con el sector empresario para mirar la informalidad teniendo en cuenta el futuro del trabajo. Lo que OIT está planteando hace un par de años a nivel mundial es intentar entender las inquietudes, los desafíos y las oportunidades que el mundo del trabajo está planteando hacia las sociedades. Pero el futuro del trabajo no es lo mismo acá, en Japón y en Alemania: cada país tiene sus inquietudes y en Latinoamérica lo que se está generando y está cada vez más presente en todos lados son las formas atípicas de trabajo, y nos preocupa de qué manera el sector sindical, el empresario y el gobierno están mirando este fenómeno de manera que no se precaricen esas formas atípicas de trabajo.
- ¿Cuáles son esas formas atípicas de trabajo?
- El homeworking y los trabajos colaborativos son temas que están creciendo; hay formas de múltiple dependencia. Si hoy se pide a un trabajador que opine en qué condiciones quiere trabajar, a lo mejor podría elegir cómo conciliar su tiempo de trabajo con su vida privada. Hoy en día la economía de plataforma, de las tecnologías, está permitiendo que la gente pueda conciliar más, por ejemplo, a través del teletrabajo. Son elementos muy presentes en la vida cotidiana de un trabajador, pero hay que ver en qué condiciones se desarrollan estas actividades. Hay muchos trabajadores que tienen mucho trabajo, no solamente empleo, con varias relaciones de dependencia, varios proveedores, varios clientes; pero no podemos taparnos los ojos y no ver lo que está pasando. Creo que el desafío sindical pasa por ocupar ese lugar en la estructura que defienda los derechos de los trabajadores para garantizar los derechos de quienes están en ese lugar.
- Es decir que el objetivo es que los trabajos atípicos no sean los nuevos trabajos precarios.
- Exactamente. La economía colaborativa está muy presente en varios sectores; en el turismo, por ejemplo, y lo que se está tratando de discutir es de qué forma se puede proteger a los trabajadores para que no entren en la informalidad. A la vez es importante garantizar que el sector productivo esté en la formalidad, en toda su cadena de valor. Este es el tema principal que OIT está tratando de implementar en la Argentina. En cuanto al futuro del trabajo también nos preocupa de qué manera estamos acompañando las exigencias que el mercado va a demandar de los trabajadores, sobre todo a los jóvenes y las mujeres, que están cada vez más preparadas y tienen una formación profesional aún más sólida que los varones -eso es una tendencia mundial-, pero no ganan igual que ellos. El futuro del trabajo está introduciendo ese desafío, y eso requiere que el sistema de formación profesional esté más organizado, más sólido, que pueda reflejar las necesidades de los jóvenes, de las mujeres y también de los que necesitan recalificarse para mantener su puesto de trabajo. Porque esa recalificación genera en muchos trabajadores una angustia, hay mucho miedo y es natural que eso pase en cualquier sector aunque no esté bajo un desafío de una máquina, de un robot. Si hay un cambio de estructura de gerencia en una empresa, si hay fusiones, también se genera una inquietud. Por eso es importante que el sector empresario entienda lo que eso genera en su trabajador y tampoco piense en despedir la mano de obra porque invirtió mucho tiempo en ella. Entonces, ¿cómo hacemos para que no se pierda esa mano de obra, se pueda recalificar y se la reubique en otra actividad que va a exigir una formación? Esa transición es una corresponsabilidad, incluso de los sindicatos que tienen que entender que ese es un proceso necesario para que el trabajador siga en su puesto de trabajo: no es una precarización o una reducción de sus derechos, pero sí hay que prepararlo. El sindicato puede ayudar, junto con el gobierno y el sector empresario, a armar un plan de formación profesional.
- Todo el tiempo apunta a un trabajo tripartito entre empresarios, sindicatos y Estado. Suena lindo.
- No es simple retórica. A veces el propio Estado se carga el peso de proponer políticas públicas y a veces esos tiempos coinciden con los tiempos del diálogo, de sentarse a discutir con todos los involucrados, incluido el sector sindical y el empresario. Puede parecer una retórica simple pero no lo es y en eso Santa Fe tiene una costumbre. Esa charla franca, de buena fe entre empleador y sindicalista es muy importante para, inclusive, proponer políticas concretas al Estado que puede traer un programa de formación profesional para un sector específico. Pero para eso tienen que tener una mesa multisectorial, tripartita. Además, hoy en día hay otros actores sociales a los que no les podemos dar la espalda: la academia genera mucho conocimiento, los grupos de credo, las ONGs. Tenemos que ver qué corresponde a cada uno para que no se mezclen las cosas y se optimicen los pocos recursos humanos y financieros que están disponibles. En este sentido todavía en la Argentina no se logró armar una política pública nacional de formación profesional que esté clara. que exponga qué se pretende, en qué sector. Hay un sector de turismo, el rural donde el abanico es enorme, el mundo educativo inclusive. En ese entramado necesitamos que el Estado pueda entender todos los factores para armar una política nacional de aprendizaje o de formación. No podemos tenerla por separado y que cada sector tenga su espacio de formación profesional sin una estructura o un patrón nacional que puede establecer metas y directrices que todos tengan que seguir.
- ¿Se planteó este tema con el gobierno nacional?
- El propio ministerio de Trabajo de la Nación está tratando de entender las demandas para armar una política nacional de formación profesional. Están muy avanzados y ahora se lo va a presentar y, si no me equivoco, está bajo la propuesta de reforma laboral. No se cómo se lo va a manejar en términos operativos, pero hay un proceso de consulta sobre eso.
Santa Fe "de vanguardia"
- Vino a Santa Fe a participar de la presentación de la nueva agenda de Trabajo Decente, ¿le parece importante que este tema esté incorporado en la Constitución Provincial?
- Si, primero vale hacer hincapié en que el hecho de tener una agenda de trabajo decente provincial bajo el Consejo Económico y Social, que es un espacio ampliado de discusión, ya es un aspecto novedoso muy importante. Se que otras agendas provinciales, estatales o municipales se dieron bajo una cierta discusión ampliada pero no tengo conocimiento de que se haya hecho en un marco similar. O sea que hay una mirada a mediano y largo plazo de la provincia. Es como consolidar un ADN fuerte; y sellar ese ADN en una Constitución me parece súper interesante, porque muchas constituciones tienen incorporados los derechos humanos y de igualdad, pero no con ese concepto de trabajo decente que va un poco más allá de los derechos básicos. Poner eso en una constitución me parece de vanguardia y es un proceso para sellar algo que ya está presente en la provincia que, con esta norma, se está alineando con el mundo.
- En su última visita a Santa Fe informó sobre la encuesta que se estaba haciendo en 81 países sobre el tema de violencia laboral. ¿En qué concluyó esta investigación?
- Primero aclaro que la manera en que la OIT genera normas, protocolos, convenios, en un proceso largo y, en este punto, hago una distinción entre la O de Organización Internacional del Trabajo y la O de oficina: la oficina es la parte operativa de la organización. La organización decidió que sería bueno que la oficina hiciese un proceso de consultas sobre ese tema así como lo hizo con trabajo doméstico, trabajo forzoso, trabajo infantil, licencia por maternidad. Para cada norma de la organización, la oficina tiene un procedimiento para consultar a los países, no solo a los gobiernos sino también a los sindicatos y empresarios. En la medida en que el tema de acoso y violencia en el trabajo crecía y asumía tapas de los diarios y había una inquietud creciente, la organización se dio cuenta de que dentro de la OIT no había una norma que cubriera este tema; tenemos normas sobre discriminación y otros aspectos pero no sobre este concepto que siempre estuvo presente pero aumentó en la medida en que las formas de trabajo cambiaron y también los desafíos. Para llegar a este documento, que se va a discutir en junio en la reunión de Ginebra, la oficina emprendió un proceso de consulta, pero antes realizó un estudio académico que se presentó ante un grupo tripartito. Ese grupo creyó relevante que se lo llevara al consejo de administración que decide el orden del día de la conferencia internacional, y que resolvió que valía la pena consultar a los estados miembros sobre la relevancia o no de buscar un instrumento que pudiese reglar este tema y proteger a los trabajadores. Durante un año se hicieron consultas con un cuestionario elaborado por la oficina, y en base a las respuestas se consolidaron dos informes que están públicos desde enero (también en español) y serán evaluados en la conferencia internacional de OIT.
- O sea que esto que ocurre ahora en Santa Fe donde se presenta un protocolo sobre violencia laboral, está vinculado con lo que va a ocurrir en pocos días en Ginebra.
- Acá ya se está poniendo en práctica algo que todavía no hay. Santa Fe es una provincia muy adelantada, muy de vanguardia y es probable que este protocolo que se establece ahora acá sea planteado en junio para los países de la OIT. Acá ya lo tenemos, a lo mejor haya que hacer algún ajuste o no.
En agenda
La Conferencia Internacional del Trabajo se celebrará en Ginebra, desde el 28 de mayo al 8 de junio. En la página web: ilo.org se puede acceder a los informes que serán debatidos en esas dos semanas. Los informes V (1) y V (2) están centrados en la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.