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Argentina reafirmó hoy por ley del Congreso a la industria satelital nacional, lo que constituye una ‘ratificación de lo concretado al proteger las posiciones orbitales con satélites hechos en Argentina‘ y un paso adelante para la mejora de la plataforma tecnológica, afirmó el presidente de Arsat, Matías Bianchi.
Así, la Cámara de Diputados convirtió en ley, con el voto del Frente para la Victoria y aliados, el Desarrollo de la Industria Satelital Argentina, que impide expresamente la venta de las acciones del Estado en la empresa Arsat sin el respaldo de los dos tercios de los legisladores.
El plan prevé ‘desarrollar y lanzar una serie continua de ocho nuevos satélites geoestacionarios de telecomunicaciones en los próximos 20 años‘, fabricados y operados con presupuestos que incluyen recursos generados por la explotación de servicios. El contenido votado coincide con el proyecto enviado al Parlamento por el Ejecutivo, que concibe al desarrollo satelital como política de Estado y define un Plan Satelital Geoestacionario Argentino para el período 2015-2035.
‘Es una ratificación de lo hecho según el estatuto de Arsat, creada para proteger las posiciones orbitales con satélites hechos en Argentina, y permite seguir adelante con la industria satelital definida como prioridad y política de Estado‘, dijo Bianchi en diálogo con Télam. La ley prohíbe la transferencia de cualquier parte del 51 por ciento de las acciones clase A que el Estado argentino posee en Arsat ‘sin previa autorización expresa de los dos tercios de los miembros del Congreso de la Nación‘.
La iniciativa se aprobó sin debate debido a que el oficialismo decidió aprobar todo el paquete de proyectos en una sola votación después de que la oposición decidiera retirarse del recinto, al objetar el mecanismos de designación de dos auditores de la Auditoría General de la Nación.
Si bien el radicalismo, la Coalición Cívica, y el socialismo acompañaban la iniciativa y ayer respaldaron el despacho de comisión, hoy se ausentaron cuando se planteó la controversia sobre si correspondía o no tomar juramento a Julián Álvarez e Ignacio Forlón.
El plan apunta a la explotación de satélites pequeños y medianos para un mercado creciente en demanda de capacidad de transmisión, e incluye al ‘Arsat 3 para el que está previsto el lanzamiento interno en unas semanas, con el 60 por ciento de los contratos firmados‘, informó Bianchi. Para alcanzar una nueva plataforma satelital geoestacionaria de telecomunicaciones con mayor potencia de carga útil -como evolución de la actual plataforma de los Arsat 1 y 2, puestos en órbita en 2014 y 2015-, ‘empezamos con la mejora tecnológica‘, anunció.
La mejora consiste en obtener más potencia con menos peso para poner en el espacio, lo que supone ‘cambiar la propulsión química por energía eléctrica‘ en los satélites, contó. Con el poder de compra estatal, el área satelital procura el desarrollo de industrias proveedoras y el incremento de valor agregado nacional en las etapas de diseño, fabricación y operación del servicio.
Asimismo, Arsat tramita ‘aspectos regulatorios con la Organización Internacional de Telecomunicaciones para postular nuevas posiciones orbitales‘ para Argentina, afirmó el ingeniero.
La industria satelital argentina fue consolidándose con el entrenamiento técnico a partir de los satélites de observación terrestre de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el desarrollo y la fabricación en la empresa de soluciones tecnológicas Invap -y el posterior laboratorio de ensayos Ceatsa- y la creación en 2006 de Arsat, en conjunto con el sistema científico tecnológico argentino de excelencia.