"Los números dimensionan la maldad. Nuestra memoria hace al recuerdo infinito". 400 guetos, 1700 campos de trabajo forzado y de concentración, 1600 trenes transportando víctimas hacia la muerte, 7 campos de exterminio en toda Europa, 6 mil judíos por día se llegó a asesinar en Auschwitz-Birkenau, 7 mil personas asesinadas por experimentos médicos a manos de Menguele, 334.500 asesinados de otros colectivos, 6 millones de judíos masacrados en 74 meses, 1,5 millón de niños exterminados.
"Lo que tenemos que analizar es lo que significó en términos de perversión moral el nazismo y el holocausto que provocaron", subrayó Sergio Pikholtz, vicepresidente segundo de Daia central, quien dialogó con El Litoral a 77 años del ingreso de las tropas del Ejército Rojo en Auschwitz. "Quedaban allí 2700 prisioneros judíos moribundos".
- Todo ejercicio de la memoria tiene un sentido si se lo proyecta en el presente. ¿Cómo debemos asumir esa responsabilidad?
- Auschwitz representa la barbarie y la depravación máxima en la que puede caer el ser humano. Y en su relación con el presente, en cómo los dicursos de odio, el antisemitismo, la xenofobia, pueden empezar en un colectivo específico como fue el caso de los judíos, pero después eso se hace extensible a toda la sociedad. Y finalmente somos todos rehenes de la irracionalidad, de la perversión moral que ha significado el holocausto.
- Gitanos, homosexuales, discapacitados, también fueron víctimas del holocausto.
La violencia irrefrenable, la locura genocida de los nazis se hizo extensiva a toda la sociedad. La alemana, la europea, todos fueron rehenes de esa idea tan irracional.
- ¿Cómo es que hubo judíos participando del Partido Nazi en sus inicios?
- Dicho de esa manera, sonaría casi como una cuestión que no se puede entender. Fue al principio de la tragedia, cuando el nazismo no manifestó que iba a ser un partido que evolucionaría a una matanza de judíos. Es un accidente en la historia, fueron pocos y ni siquiera sabían lo que era el nazismo.
- Lo pregunto para tratar de desentrañar, siempre para tratar de extrapolar aquella tremenda experiencia a nuestra realidad, cómo es que un sistema que parte de los votos como el gobierno de Hitler, llega a convertirse en un sistema genocida.
- Yo sugiero que veamos la historia en un contexto general. Alemania venía muy para abajo fruto de la primera guerra mundial, lo que representó esa derrota para ellos, con una sociedad empobrecida que podía verse sometida por las potencias triunfantes, por lo que iba perdiendo preponderancia. Como todos los sistemas totalitarios, con pensamientos de odio y destrucción, no comienzan desde un principio diciendo lo que van a hacer. La sociedad puede ser incauta y creer alguna cuestión que tuviera que ver con el renacimiento alemán. Llevándolo a nuestros días, creo que tenemos que estar atentos porque tras los discursos supuestamente rupturistas o diferentes dentro de la política, se pueden esconder cuestiones que llevan al totalitarismo, a la ruptura del orden institucional. De todos modos creo que vivimos en épocas diferentes y tenemos que estar más alertas, aunque proliferan los discursos de odio, la xenofobia, en el mundo entero.
- En las mediciones que Daia hace sobre expresiones de antisemitismo en la Argentina, hubo picos en 2018 y 19. En 2020 se atenuó un poco.
- El discurso de odio y el antisemitismo, la xenofobia, escalan poderosamente en las redes sociales. Y en la pandemia tuvieron un fuerte impacto también. Las redes sociales guardan un montón de aspectos positivos que tienen que ver con la información de buena calidad, la difusión de conocimientos. Pero también escalan los discursos basados en el odio y aprovechan la ignorancia de la gran mayoría de las personas respecto al racismo y a las razones por las cuales las grandes tragedias de la humanidad ha sufrido, las grandes purgas, los millones de muertos en función de ideas políticas o de pretendidos cambios sociales, que finalmente no terminaron siendo otra cosa que sistemas totalitarios. El anonimato que se puede guardar atrás de un perfil de red social permite resguardar estas cuestiones que son tan oscuras y que las personas cara a cara no se animarían a decirlas.
- ¿Cómo evaluaron en Daia la expresión de la vocera presidencial respecto de que es el Mossad el que tiene que investigar los atentados iraníes en la Argentina?
- Es el Estado nacional el que tiene que investigar los atentados cometidos en la Argentina. Supongo que el Mossad se ocupará de cuestiones que tienen que ver con el Estado de Israel; no veo qué tendría que hacer en la Argentina. En relación a la presencia de Mohsen Rezai en Nicaragua, uno de los imputados por el atentado a la Amia, claramente debería ser la justicia argentina y el Estado nacional quien debe reclamar la detención, como finalmente sucedió a posteriori.
- La omisión del embajador Capitanich, ¿es un acto deliberado o un descuido diplomático?
- No sabemos las cosas que habrán pasado por la cabeza de Capitanich, que no es un embajador de carrera sino un delegado político. No sabemos siquiera si está en conocimiento de las cuestiones relacionadas con el atentado, porque no le conocemos una actitud destacada involucrada en esos temas. Lo que sí sabemos es que las embajadas tienen un montón de gente, asesores, gente que está en estos temas y que claramente alguien debería haber advertido la situación.
- De todas maneras la Daia se pronunció sobre el tema.
La Daia le hizo llegar de forma institucional y por los canales institucionales al Canciller Cafiero el detalle de lo que pensábamos y de lo que entendemos que es un descuido inadmisible. Lo hicimos saber públicamente a través de nuestras redes sociales. No sabemos cómo repercutirá eso en relación a Capitanich. De todos modos el Canciller tuvo una interesante participación en el acto, en el museo de la Shoá. Se lo notó muy conmovido, en especial cuando pudo observar por sí mismo el tatuaje de los números en la piel de los sobrevivientes.
- Señalan mucho la necesidad de combatir los discursos de Odio. Hay un observatorio -Nodio- en la Argentina. ¿Tienen contacto con Miriam Lewin; está trabajando juntos?
Es un observatorio de medios y nosotros no trabajamos esos aspectos. Trabajamos específicamente en combatir el antisemitismo y otras formas de ataques y persecuciones a colectivos vulnerables. Trabajamos con las comunidades de personas que vinieron de Bolivia o Paraguay; nos presentan sus problemas y los acompañamos en sus denuncias o presentaciones. Elaboramos programas educativos, querellamos a quienes cometen el delito de antisemitismo. Recordemos que en la Argentina el antisemitismo es un delito cuando el concepto de la Shoá es banalizado, cuando se menosprecia lo que representa el holocausto.