Mario Cáffaro
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Con abultada temática, pero donde sobresale la iniciativa para disponer el feriado dominical obligatorio para establecimientos comerciales y de servicios, la Cámara de Diputados se dispone a cumplir la agenda semanal previa a la sesión de este jueves.
Es que un sector importante de la mayoría justicialista más algunos diputados oficialistas intentarán avanzar con el proyecto de ley, generado en sectores empresarios y laborales sobre el cierre obligatorio de domingos y feriados nacionales, aunque para ello deberá aplicar un mecanismo de relojería en comisiones que le permita tener el dictamen en el recinto. Para ello deberá obtener el primer pronunciamiento esta tarde en la Comisión de Asuntos Laborales la mayoría de cuyos integrantes son los firmantes de la iniciativa. A la mayoría de la comisión sumó su adhesión un número importante de legisladores.
No obstante, otros entienden que se necesita al menos abrir una consulta con otros sectores e incluso advierten sobre un avasallamiento de facultades municipales como, por ejemplo, en el tema horario. “No creo que la vía sea la prohibición” afirmó el radical Darío Boscarol, expresando la opinión de varios de sus correligionarios. Boscarol integra la Comisión de Laborales y no firmó el proyecto.
“No estoy de acuerdo con cerrar todos los negocios” le dijo Boscarol a El Litoral para remarcar que lo indispensable sí es cumplir con las leyes laborales y pagar como corresponde a los empleados que opten o deban trabajar los domingos o feriados. Pero también interpretó que es un error sumar en la norma a las grandes superficies comerciales y a los shoppings. “El shopping es un incentivo turístico importante en muchos lugares y creo que es un error disponer por ley su cierre los domingos. También creo que es avanzar sobre los municipios el disponer horarios de apertura y cierre que pretende el proyecto”. Además abrió interrogantes sobre cómo hacer cumplir la disposición en zonas aledañas a las grandes ciudades que tienen mayor vida durante sábados y domingos. Los ejemplos pueden ser la ciudad de Funes en Rosario o San José del Rincón y el distrito Colastiné aledaños a esta capital.
Los alcances
El proyecto en discusión tiene nueve artículos, el primero de los cuales dispone que “los establecimientos comerciales y/o de servicios de la provincia de Santa Fe deberán permanecer cerrados los domingos y los días declarados como feriados nacionales”. La medida también alcanzaría desde la hora 16 del 24 y 31 de diciembre, así como ambos días siguientes. Por otra parte, dispone que los comercios deberán disponer el horario de apertura y cierre entre las 7 y las 22, de lunes a sábado, dejando en manos de los ministerios de Trabajo y de Producción la aplicación de la medida.
El cierre dominical también tiene una serie de excepciones establecidas en el proyecto, como establecimientos comerciales atendidos por sus propios dueños y cuya superficie no supere los 70 metros cuadrados; los ubicados en estaciones terminales de transporte; la recepción, distribución y venta de diarios, periódicos y revistas; servicios de velatorio y sepelio; farmacias; salud, transporte, hotelería, telecomunicaciones, así como establecimientos cuya actividad principal sea la elaboración o venta de pan, pastelería, repostería, heladería, comidas preparadas, restaurantes, bares, videoclubes, florerías; teatros y mercados de abasto de concentración.
El proyecto a discutir hoy en comisiones prevé sanciones que llegan a la clausura por diez días.
“En muy pocas oportunidades nos encontramos con un proyecto que acoge expectativas de aprobación por parte de la gran mayoría de los actores directos, llámese empleadores y trabajadores, como así también gran parte de la sociedad en la que vivimos” dicen en los fundamentos los diputados firmantes.
“El Estado debe garantizar al trabajador un digno descanso semanal, pero no cualquier día” acota. “Entendemos lo que significa la dinámica del consumo para la economía, pero tan real como eso es que las familias tienen un presupuesto limitado para asignarlo al consumo durante el mes. Si los comercios no abren sus puertas al público los domingos, lo que el individuo deja de adquirir en esa jornada será comprado en otro día de la semana. La modificación del comportamiento será automático: la gente en vez de ir de compra los domingos, fraccionaría la demanda de lunes a sábados, como sucede en muchos países del mundo, sin reducción del consumo, ni de la producción, ni del empleo” expresa el proyecto en sus fundamentos.