El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, fue el claro ganador de las PASO en la provincia de Santa Fe, donde recogió el 35,2 % de los votos, con más de 629 mil sufragios, imponiéndose a Juntos por el Cambio y Unión por Todos.
La fórmula presidencial de Unión por la Patria se ubicó en tercer lugar. Los resultados divergen de las PASO provinciales y abren nuevos interrogantes.
El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, fue el claro ganador de las PASO en la provincia de Santa Fe, donde recogió el 35,2 % de los votos, con más de 629 mil sufragios, imponiéndose a Juntos por el Cambio y Unión por Todos.
La coalición opositora obtuvo un 31,56 % de los votos, colocándose en el segundo lugar, con 563 mil sufragios. En la interna, al igual que en casi todo el resto del país, resultó vencedora Patricia Bullrich con 359 mil votos, aventajando a Horacio Rodríguez Larreta, que recogió 204 mil.
Con 292 mil votos, Sergio Massa fue el tercer candidato individualmente más votado, detrás de Milei y Bullrich. Y esa es la posición que también ocupó la fórmula de Unión por la Patria, que computó el 21 % de los votos, en una cantidad de 375 mil. Juan Grabois contribuyó a ese total con 82 mil.
Los resultados muestran a las claras la "provincialidad" que caracterizó a las PASO de julio, cuando Maximiliano Pullaro ganó la interna contra Carolina Losada, y se proyectó de manera contundente para acceder a la Casa Gris. En esa oportunidad, los apoyos estuvieron cruzados, ya que Larreta apostó por el triunfador y la actual ganadora de las PASO presidenciales lo hizo por la senadora santafesina.
Las ecuaciones son diversas, ya que se trata de coaliciones diferentes (en el caso de la provincia, incluye al socialismo, en Juntos para Cambiar Santa Fe, mientras que en las nacionales ese partido lleva su lista acompañando la fórmula de Juan Schiaretti). Pero también muestran de manera consistente que los santafesinos impusieron su propia lógica y preferencias a la hora de votar, manteniéndose al margen del influjo de los alineamientos nacionales.
Esto queda demostrado también la impactante performance de Javier Milei que, de la misma manera que lo hizo en el resto del territorio nacional (aunque en proporciones variables), impuso su candidatura personal por encima de cualquier identificación partidaria, luego del pobre desempeño de sus simpatizantes en distintos distritos; incluso los pocos en los que apoyó de manera explícita a algún dirigente. El efecto arrastre de la boleta sábana con su nombre, de hecho, se hizo sentir en la provincia de Buenos Aires, en beneficio de Carolina Píparo.
El resultado obtenido por el oficialismo nacional, en tanto, empeora la performance del justicialismo en su conjunto en las primarias santafesinas, y lejos de insuflar ánimo a la postulación de Marcelo Lewandowski parece amenazar con un ancla todavía mayor; salvo que el peronismo santafesino gobernante consiga imprimir a la campaña una fuerza suficiente como para remontar, por un lado, y recuperar la confianza de la población local en sus posibilidades de gestión.
Y es en este punto en que cabe preguntarse (y el interrogante es aplicable a todas las fuerzas políticas) en qué medida la renovación de autoridades provinciales irá a su propio aire, o si el influjo de los resultados nacionales, y de las simpatías y antipatías reflejadas por el comportamiento electoral de los santafesinos en esa instancia no tendrá algún tipo de traducción en las generales. O en menos palabras, si volverá a imponerse la lógica provincial, o ahora sí se sentirá el efecto de las presidenciales. Y, en tal caso, cómo impactará en un hipotético "redireccionamiento" de los votos, en el que acaso no sea ajena la manera en que se definió la interna de Juntos por el Cambio y el modo en que encaren los actores nacionales la campaña hacia las generales; una instancia en la que nadie podrá darse el lujo de desperdiciar ningún voto posible.
Distintas elecciones, distintas lógicas. Pero quizá la misma divergencia registrada entre los planos nacional y provincial en las PASO, pueda ofrecer un nuevo giro que diferencie a las primarias de las generales. En un escenario tan volátil como el actual, ningún escenario es de antemano desechable.