Manuela Castañeira es precandidata a presidenta por el Nuevo Movimiento al Socialismo (MAS). Estuvo en un bar céntrico de Rosario hablando con periodistas de cara a las PASO presidenciales del mes próximo. Aquí la charla con El Litoral.
Tiene 38 años, nació en Paraná, estudió en la UNL y luego se mudó a Buenos Aires para graduarse de socióloga en la UBA. Su precandidatura a la presidencia precisa medio millón de votos para llegar a las generales de octubre.
Manuela Castañeira es precandidata a presidenta por el Nuevo Movimiento al Socialismo (MAS). Estuvo en un bar céntrico de Rosario hablando con periodistas de cara a las PASO presidenciales del mes próximo. Aquí la charla con El Litoral.
-Hay más de un partido que se denomina de izquierda en estas PASO. ¿Cuál es la diferencia entre ustedes y el resto?
-Lo que nosotros buscamos es girar el debate hacia la izquierda en un contexto donde ha crecido el discurso ajustador, el discurso de ultraderecha. Si bien después en los resultados, en España, en Santa Fe, en Córdoba, quedaron más en cuestión sobre el crecimiento electoral de esas versiones, en términos discursivos se hizo mucho esfuerzo por instalar que de la crisis sólo se sale ajustando, tirando balas. Vivimos una represión escandalosa en Jujuy. Estamos a 40 años de la caída de la dictadura. Una dictadura que se tiró abajo a partir de la movilización.
Hay fenómenos sociales nuevos en el mundo laboral en Argentina. El trabajador registrado, en convenio, debajo de la línea de la pobreza en industrias que son emblema. Y el pluriempleo. Dos o tres trabajos para llegar a fin de mes. Eso en Argentina era impensado. ¿Cómo encaramos este problema? Para nosotros con el salario mínimo, vital y móvil de 500.000 pesos. Y ahí entramos a discutir con las variables de ajuste.
-¿Cuál sería la forma para que los empleadores puedan pagar 500.000 pesos en un país con una gran carga impositiva para los empleadores?
-Nuestro salario de 500.000 pesos que parta de esa cifra es la primera medida de siete medidas anticapitalistas y es parte de un plan. Dentro de ese plan es que no salga de la emisión (monetaria), sino de la ganancia. Hay industrias que pagan en nuestro país un tercio del salario que pagan afuera, con la misma calidad de la mano de obra, con el mismo capital invertido. Eso no es económico. Eso es político. En el reparto de las ganancias, hace algunas décadas la porción de los empleados estaba arriba del 50 por ciento y hoy está alrededor del 40. Llevar el salario del 2,5 puntos a 5 del PBI. Con esa pequeña medida, mejora el consumo interno, el pequeño comercio, la economía porque el salario va al gasto. Vinculado a leyes de precios máximos, a leyes de abastecimiento para poder garantizar el consumo y que no se dispare la inflación. A retenciones al agro mayores para que haya divisas.
-Con respecto al déficit fiscal, ¿ustedes tienen un equipo económico para resolver ese problema que quizás es el más fuerte a nivel macroeconómico?
-Sí. Hay que hacer estudios comparativos. Vimos que los países cuyas economías crecen tienen gastos del Estado. Ahí el problema no es tanto lo que gasta el Estado, sino las reservas que tiene. Por eso nosotros apuntamos no a lo que el Estado gasta, sino a la fuga. Argentina tiene un PBI entero fugado y el principal problema está vinculado a eso para la economía inflacionaria. En la campaña electoral, se atan los problemas de la macroeconomía al déficit fiscal y se esconde el problema de las reservas porque hay que pagar al fondo (FMI). Estamos mal porque acá hay un 1 por ciento y 200 familias que ponen los precios, que se la fugan toda, que han endeudado el país y porque no hay infraestructura.
-Con respecto a pasar a la elección decisiva, ¿cuáles son las propuestas que ustedes hacen para llegar a lo que importa que son las elecciones definitivas en octubre?
-Qué importante señalar que la instancia decisiva es la de octubre porque agosto es una necesidad, pero el mismo tiempo no se terminan de elegir cargos. Eso genera mucha confusión en la gente que tiene que ir a votar. Agosto es importante para llegar a octubre y necesitamos medio millón de votos para llegar a la elección general. Pedimos que nos acompañen para que la discusión del salario esté en octubre.
En primer lugar, le propusimos al resto de la izquierda, sobre todo al FIT (Frente de Izquierda y de Trabajadores), unas PASO y nos dijeron que no. Le propusimos a Myriam Bregman (del FIT) una fórmula común y me dejó de contestar. Me parece que cometió un error, que una fórmula común hubiese podido proyectarnos.
-¿Dónde están situados en la izquierda? La izquierda nace en el siglo XIX, en el siglo XX tiene sus manifestaciones, pero hay muchas izquierdas.
-Hablemos del siglo XXI. Para la calle tenemos una mirada amplia para la conquista de derechos. En los hechos, hemos estado en la calle. Nosotros miramos un gobierno de abajo hacia arriba, abierto, democrático, con participación. Ministerios construidos con organizaciones barriales, sociales, sindicales, estudiantiles. Para hacer y conseguir derechos tenemos una mirada lo más amplia en relación a la pelea contra los sectores del poder concentrado que quieren quitar derechos.
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