El Litoral | Ambito.com
Hubo demoras en el proceso, fallas en los sistemas, falencias en el software que se utilizará, notebooks que no funcionaban, imposibilidad de cargar y transferir los datos, y hasta un trato cuestionable hacia las personas encargadas a esa tarea.
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Una fallida prueba sobre el escrutinio provisorio, a cargo de una empresa que desde el vamos está fuertemente cuestionada, encendió las alertas especialmente en la oposición y en sectores de la sociedad civil que denuncian posibles irregularidades durante el escrutinio provisorio en las PASO.
El sábado, se realizó el simulacro de transmisión de telegramas y escrutinio provisorio que la Dirección Nacional Electoral diagramó junto a la empresa venezolana Smartmatic y el Correo Argentino. Especialistas denunciaron irregularidades y un fracaso total de la prueba. Hubo demoras en el proceso, fallas en los sistemas, imposibilidad de cargar los datos y hasta un trato cuestionable hacia las personas encargadas a esa tarea.
Ya para arrancar con el pie izquierdo, las autoridades de los colegios afectados a la prueba se enteraron a último momento pese a que se convocó hace más de 6 meses. Hubo demoras en la apertura de colegios, falencias en el software que se utilizará en las elecciones nacionales, y notebooks que no funcionaban, entre otros problemas. Falló la transferencia de los datos al centro de cómputos.
No está claro el número de datos que no se pudo cargar, pero no sería menos del 30% de las más de 10.000 escuelas que participaron de la prueba. Desde el Gobierno relativizaron los incidentes y dijeron que se trataba de “fake news”. Pero la realidad fue otra. Y en una elección que se presume tendrá un resultado muy cerrado, cada voto cuenta.
El experto Javier Smaldone, un fuerte crítico del intento del Gobierno de implementar la boleta electrónica, advirtió que lo que se busca ahora “era un cambio que había que hacer, pero se está haciendo todo de la peor manera posible”. “Se hizo en poco tiempo y es un cambio importante. No es para andar improvisando. No te podés dar el lujo de no trasmitir un resultado que no es seguro en una elección tan cerrada”, afirmó a Ámbito.
Smartmatic es una empresa de origen venezolano. Se quedó con el manejo de los datos de las elecciones que desde hace años tenía la española Indra. Esto pese a las innumerables denuncias de irregularidades en varias elecciones en todo el mundo, como Filipinas, El Salvador, y Sudáfrica, solo por nombrar algunas. El argumento para darle la licitación fue económico ya que era la que tenía peor calificación entre las que se presentaron en la compulsa.
La contratación de la empresa de origen venezolana pero actualmente a manos de capitales británicos, le costó al gobierno unos u$s17 millones. En 2015 el servicio que ofrecía Indra costó unos u$s33 millones. Analizando la estructura de la empresa, tal como se ve en el tuit publicado por Smaldone, la propiedad de Smartmatic se vuelve un entramado de sociedades, muchas de ellas en paraísos fiscales.
Falta casi un mes para las PASO y hay preocupación por el escrutinio. El apoderado del Partido Justicialista, Jorge Landau, solicitó a la Cámara Nacional Electoral que la empresa Smartmatic "no intervenga en las elecciones", al considerar que el Gobierno la "contrató de forma discrecional" y "genera incertidumbre con vistas a los comicios", luego de un simulacro de transmisión de datos del escrutinio provisorio.
"Pedimos que esa firma no intervenga en las PASO. Ya fue una cosa rara su contratación, donde el Ejecutivo debió consultar y no lo hizo, y la contrató de forma discrecional. Sobre todo teniendo en cuenta que nunca tuvimos problemas con el sistema electoral argentino, que permitió siempre la alternancia", dijo el apoderado, quien desde 1988 cumple esa función en los comicios.
Las declaraciones de Landau se enmarcan en el cambio de modalidad, propuesto por el Gobierno, de la transmisión de los telegramas que contienen los votos de los ciudadanos desde las escuelas, los que de esta manera se harían vía electrónica hacia el centro de cómputos, mediante esta firma.