El Padrón Electoral Nacional confirmó que la ciudad de Buenos Aires tiene menos votantes que la provincia de Córdoba y que la de Santa Fe. Y que, sin embargo, mantiene más bancas en la Cámara Baja.
De la redacción de El Litoral
Hace dos años que lo advirtió una publicación de un investigador del Conicet: la ciudad de Buenos Aires constituye el cuarto distrito electoral del país, y sin embargo mantiene el número de diputados de cuando era el segundo.
Aquella investigación de Diego Reynoso (licenciado en Ciencias Políticas de la UBA, doctor en Ciencias Sociales de Flacso) se apoyaba en los primeros datos que difundió el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010. Hoy, el Padrón Electoral Nacional -previsiblemente- ratificó que la distribución de las bancas por provincias no cumple con lo que manda la Constitución.
El número de representantes que debería tener la provincia de Santa Fe es de 20, pero cuenta con 19. Y Córdoba -que ya ocupa el segundo lugar que años atrás correspondía a Capital Federal- debería contar con 21 escaños y apenas suma 18.
De todas formas, no son esas dos provincias de la Región Centro las más perjudicadas. Peor es la situación que vive el distrito electoral de mayor volumen en todo el país: la Provincia de Buenos Aires cuenta con 70 diputados pero deberían ser 97.
Capital Federal -de actualizarse la representación según ordena la Constitución- perdería 7 diputados nacionales. Los porteños cuentan en la Cámara Baja del Congreso con 25 representantes y su Padrón Electoral muestra que deberían ser sólo 18.
El Federalismo y la representación
En teoría, la Cámara de Diputados debería representar equitativamente a todo el pueblo de la Nación. Pero en la práctica, la representación política está distorsionada en los diversos distritos. Uno de los decretos con que se despidió la dictadura militar en 1983 fijó el actual mapa para la distribución de las representaciones, que nadie tocó, salvo para sumar una provincia: Tierra del Fuego.
Hasta que con la firma del dictador Reynaldo Bignone se fijó la actual situación, cada provincia argentina elegía más diputados según tuviera más población, con un piso de tres representantes. Pero el decreto-ley 22.847/83 (que nadie tocó cuando volvió la democracia) subió ese número a cinco.
Para Diego Reynoso, el investigador del Conicet que expuso el problema hace ya más de dos años, en abril de 2011, con aquel decreto, los militares que gobernaban buscaron darle a la Cámara de Diputados del Congreso “un sesgo más conservador”, donde los aglomerados urbanos tengan menos peso político.
Entrevistado por el diario El Cronista Comercial, Reynoso sostuvo que la parlamentar “no está actualizada” y que hoy “algunos distritos están sobrerrepresentados, mientras que otros tienen menos legisladores de los que deberían”.
Para el investigador ese orden tiene “doble impacto: uno positivo y otro negativo”. El positivo es que “se evita que la política pública sea estrictamente urbana, porque para pasar una legislación en el Congreso se necesita el acuerdo de las provincias”. El otro “es que, por ejemplo, puede haber una gran mayoría de la población a favor de una legislación pero tener el Congreso en contra. Por ejemplo, la ley de matrimonio igualitario estuvo muy cerca de no salir, a pesar de cuando se analizaban las preferencias de la población estaban mayormente a favor”.
Un 60% postergado
La interpretación que hace Reynoso sobre el Decreto Ley vigente es que “buscó sobrerrepresentar a las provincias más conservadoras en detrimento de las más ‘progresistas’ como Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires”.
Y agrega que “juntas, estas tres provincias nuclean más del 60% de la población pero tienen menos del 50% de la representación de la Cámara de Diputados. Fue un intento también de frenar la iniciativa más renovadora que suelen tener, aún hoy, los partidos políticos de las ciudades. El saber convencional indica que la dictadura quiso ponerle un sesgo más conservador al Congreso, una inclinación que ya de por sí tiene el Senado”.
Perfil Diego Reynoso es quien develó lo injusto de la distribución de bancas por distrito electoral en la Cámara de Diputados de la Nación. Es investigador adjunto del Conicet (con sede en la Universidad de San Andrés), licenciado en Ciencias Políticas (UBA) y doctor en Ciencias Sociales (Flacso México-Universidad de Salamanca-Universidad de Georgetown). Su tema de tesis analiza el reparto de la representación en perspectiva comparada.
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