El aprovechamiento de las energías renovables tuvo un fuerte incremento de usuarios-generadores (UG) en varias provincias del país durante 2020. A nivel país los prosumidores (productores y consumidores) pasaron de los 67 que había en 2019 a 338, según el informe de la Secretaría de Energía de la Nación, es decir que se superó la triplicación de instalación de paneles.
Empero, esta curva en ascenso de prosumidores en Argentina no se refleja en Santa Fe, por el contrario, de ser pionera y referente en el aprovechamiento de energías fotovoltaicas quedó lejos de las posiciones de vanguardia.
Para saber la demanda que hubo a lo largo de los últimos dos años, El Litoral dialogó con el ingeniero Marcelo Lenzi, quien es considerado el primer prosumidor de la Argentina y es dueño de una empresa de instalaciones (ML ingesol) de sistemas para captar energías solares renovables.
Lenzi contó que en los últimos días habló con otro empresario del sector que es parte de una gran empresa de telecomunicaciones (Multiradio) y que en una de sus áreas se encarga de proveer a las demás empresas paneles y equipamiento para las instalaciones. Entre algunos datos de ventas de esta firma proveedora, el empresario santafesino comentó: "En 2019, Buenos Aires y Santa Fe eran las provincias con más demanda en fotovoltaicas. En el 2020, Santa Fe pasó a ser la última provincia de todas en cuanto a compras de equipos".
La oportunidad de continuar como una provincia modelo en cuestiones de energías sustentables comenzó a desvanecerse con las medidas políticas que le dieron fin al Programa Prosumidores para la generación de energía por los usuarios y crearon el de Energía Renovable para el Ambiente (ERA).
En el ERA, según los prosumidores, los beneficios duran 4 años. Una vez cumplido ese tiempo, la EPE (Empresa Provincial de la Energía) cobra toda la energía generada, por más que se autoconsuma.
"En Santa Fe con cualquier proveedor que hables, las ventas se vinieron a ´pique`", lamentó el ingeniero y agregó que "muchos cerraron las puertas y se dedican a otra cosa porque se complicó por la decisión política".
La empresa de Lenzi se dedica a la energía solar, desde fotovoltaica hasta el sistema de conexión a red. Según su experiencia, la conexión a red (significa que uno como generador de energía le podía vender su excedente a la EPE o a la cooperativa de energía) fue lo que más se "movía".
"Tuvo mucho auge entre el 2018 y 2019. Ahí proliferaron muchas empresas e instaladores en Santa Fe. Cuando se sacó el incentivo que se pagaba muchos quedaron sin vender y les implicó salir del rubro. Yo puedo mantenerme porque hago otras cosas relacionadas a la energía solar", explicó el ingeniero, quien en 2013 se convirtió en el primer santafesino habilitado por la EPE para "vender" el excedente de energía que genera en su casa con paneles solares e incorporarlo a la red de distribución.
"Cada vez hay más trabas para hacer las instalaciones. Claramente lo más notorio fue quitar el incentivo y marcar un mercado que se movía entre privados. Es una realidad que los que más pueden son los que invierten (una instalación domiciliaria arranca en $ 250.000)", señaló Lenzi.
Una situación que motivó (sobre todo en Córdoba y Buenos Aires, en Santa Fe no tanto) a apostar a estas energías renovables fue la gran brecha cambiaria que sucedió a mediados del 2020. "Con la disparada del dólar y la inflación muchos salieron a invertir y a querer comprar algo, y apostaron a las instalaciones de paneles solares. Los equipos se siguen vendiendo al dólar oficial y el año pasado cuando se disparó todo, en mi rubro invirtieron muchos, al igual que la instalación de piletas, por ejemplo hicimos muchas instalaciones de climatizaciones", recordó.