Burucúa (h): "El proceso de civilización es la domesticación de los guerreros"
El Litoral aprovechó la reciente visita del pensador José Emilio Burucúa (h), en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, para adentrarse en los conceptos expresados en su último libro: "Civilización: historia de un concepto".
Burucúa (h): "El proceso de civilización es la domesticación de los guerreros"
El pasado martes 10, el filósofo e historiador José Emilio Burucúa (h) disertó en el en el Museo de la Constitución, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos y los 41 años de Recuperación de la Democracia en la Argentina. En la ocasión, el ganador de tres premios Konex, dos de platino y uno de brillante y un Premio Nacional de Ensayo, (por su libro "El mito de Ulises en el mundo moderno") presentó su último libro: "Civilización: historia de un concepto".
El Litoral aprovechó la visita para conversar con el autor, para adentrarse en su ideario y su cosmovisión civilizatoria.
-Vino para disertar en el Día de los Derechos Humanos, presentando su libro "Civilización: historia de un concepto". ¿Por qué pensamos en civilización cuando pensamos en derechos humanos?
-Porque el respeto de los derechos humanos sería (utilizando una metáfora química) un precipitado de un proceso de civilización. Hacer un listado de derechos humanos, y una sociedad que se compromete a respetar esos derechos, se encontraría en una de las etapas más fértiles y más enaltecedoras de un proceso de civilización.
-¿Cómo podríamos definir lo que es una civilización, y que elementos podríamos tomar como distintivos de la sociedad civilizada frente a una sociedad bárbara?
-No acepto esta idea de la contraposición absoluta. Recuerde que Sarmiento a su libro le pone como subtítulo "Civilización y barbarie", no "o"; generalmente eso se confunde. Lo que puedo decir es que el proceso de civilización, que llevaría a una sociedad a asumir ese objetivo de civilizar, es la domesticación de los guerreros: el sometimiento pacífico y autoasumido de los guerreros; en principio a una autoridad que está por fuera de ellos; y en segundo lugar ya esas normas de pacificación de la clase guerrera son introyectadas y se convierten en controles psíquicos individuales.
Y después se generaliza: las pulsiones violentas van a ser controladas y domesticadas, se pretende que lo sean en todos los individuos de la sociedad. Es la educación que recibíamos en una época en la escuela primaria, de los buenos modales, de ser cortés con el otro.
"Sarmiento se apoya más que nada en su programa educativo: va a ser por medio de la educación, tanto de las masas criollas como de las masas inmigrantes que van a empezar a llegar al país a partir de la década del 60", comenta. Crédito: Flavio Raina.
-Usted retoma los conceptos de gentileza, de conversación, como base del control de la violencia, o de formas de tramitar los conflictos.
-Del control de la violencia (que sería una satisfacción imperiosa de una necesidad, que es la pacificación social), se pasa a que todos estos buenos modales se convierten hasta en una necesidad de los individuos. Al introyectarlo lo sienten como parte de sí mismos, no como algo que les viene impuesto desde afuera; sino como algo autocreado. Ese es un momento de florecimiento de lo que podríamos llamar civilización.
Hay una cantidad de pulsiones, de deseos, que se encaminan hacia la creación, la solidaridad, el arte, el pensamiento abstracto: ese es el momento en que esta vida pacificada, de pasiones autocontroladas, florece en la civilización.
-Esta pacificación de los guerreros viene como una "curialización", una forma cortesana. Es algo que se genera en las élites y derrama.
-Así empieza. Norbert Elias, el historiador y sociólogo alemán que acuña esta expresión, dice que la curialización de los guerreros formaría algo así como un aristocracia; pero después esto se va extendiendo al resto de la sociedad. Las clases urbanas empiezan a adoptar los mismos códigos en principio, luego les introducen modificaciones de acuerdo a sus propios intereses. Pero siempre consiste el asunto en ensanchar a diferentes diámetros de la expansión social este control de las pasiones, de las pulsiones que pueden ser destructivas.
Mujeres y cultura
-Plantea un rol central de las mujeres en esa domesticación. ¿Cómo opera ese rol y cómo son incorporadas a esa estructura?
-Son incorporadas pero a su vez se autoincorporan. Parte de la domesticación del guerrero implica tener un trato nuevo, en principio con las mujeres de su grupo social; después eso se va a ir extendiendo el resto de la sociedad. Inmediatamente el guerrero pacificado y que se autocontrola encuentra un gran placer en este comercio emocional e intelectual con las mujeres; y las mujeres actúan en consecuencia: se convierten en muchos ocasiones en verdaderos modelos sociales generales.
Van a ser ellas mismas depositarias del mantenimiento de esas formas garantes y de control de las costumbres: va a aparecer primero la dama de la corte, que en su salón impone una serie de reglas a los varones que asisten; y luego, en la burguesía, son las madres burguesas que van a enseñar esos modales de autocontrol y de convivencia a sus hijos. Sería absolutamente imposible mantener la domesticación y el control de las pasiones sin la asunción y enriquecimiento de ese programa por parte de las mujeres.
-Vincula a las mujeres con ciertas formas artísticas o culturales como la gastronomía o la poesía lírica, en relación a esos procesos.
-Completamente. La gastronomía, el hacer que el alimento no sirva exclusivamente para la satisfacción de una necesidad de supervivencia. El cultivo de las flores: ¿la satisfacción de qué necesidad sería?
-Nada por fuera de la belleza.
-De la belleza visual, el perfume. Después ya aparecen formas que se aproximan a la necesidad: el cultivo de las flores suele relacionarse en varios horizontes de civilización con el culto de los muertos. Por hay kioscos de venta de flores alrededor de los cementerios (risas); y después la florerías que uno tiene al alcance de la mano, cuando uno a la novia le quiere regalar flores.
La poesía lírica es una invención femenina, que se hace por contraposición a la poesía épica, que es la poesía militar. Safo, que es la que inventa la poesía lírica, dice: "Yo no voy a cantar a las batallas, ni a Aquiles, ni a Héctor; más bien voy a cantar al amor de Andrómaca hacia su marido; mi amor hacia estas personas que me están próximas".
-Usted es fan de Murasaki Shikibu, autora del "Genji monogatari" ("Romance de Genji"); pero su rival histórica, Sei Shonagon, cuenta en el "El libro de la almohada" ("Makura no Soshi") algo parecido: el emperador estaba escribiendo la historia, le dio la emperatriz los cuadernos que le sobraban; esta dijo "no sé qué escribir", y Shonagon contestó: "Démelos a mí que yo tengo algunas ideas".
-Ese es un momento de florecimiento cultural de las mujeres, las por lo menos de la clase guerrera y principesca del Japón medieval; y que da lugar a esa obra cumbre que es el "Genji monogatari".
Espíritu de los pueblos
-Usted reflexionó sobre el siglo XX y la II Guerra Mundial, con la aparición del nazismo y la bomba atómica. ¿Cómo afectó eso a la percepción de lo que constituye una civilización contemporánea?
-Las dos guerras mundiales fueron marasmos civilizatorios: en el momento en que se desencadenan, mientras duran. El proceso de paz de la primera, lamentablemente la nueva organización política de las naciones que se proponía, que la produjo la propuso el presidente (Woodrow) Wilson fracasó; ya estaba signado su fracaso en el momento en que el mismo que la proponía tuvo que retirarse por imposición del Senado norteamericano.
El caso de la segunda fue parcialmente exitoso: el programa de las Naciones Unidas, el hecho de que estallaron guerras en la posguerra pero quedaron circunscriptas. (Franklin) Roosevelt de manera explícita pensaba y decía que el final de la guerra iba a llevar a un proceso de recuperación civilizatoria. Él vinculaba mucho la civilización con la destrucción de los miedos sociales: al hambre, a la inseguridad, a la enfermedad; esos miedos que se suponía que habían instalado los regímenes dictatoriales y totalitarios de los años 30, que habían dado lugar a la gran conflagración y que los Estados Unidos vendrían a restañar.
-Asociamos nazismo con barbarie. ¿Podríamos pensar que de alguna forma el Tercer Reich representa una cierta cumbre del devenir de una civilización germánica que apuntaba hacía ahí, desde Otto von Bismarck.
-No acepto esa necesidad histórica de semejante monstruosidad. Eso lo explica muy bien el propio Elias, en un libro que se llama "Los alemanes": explica los proceso de disgregación sociocultural que van a engendrar esa monstruosidad que es el nacionalsocialismo. Pero no creo que eso estuviera predeterminado ya, como algunos historiadores insisten desde la época de Bismarck.
-Desde el Goethe de "De la arquitectura alemana", desde "Deutschland über alles"...
-No es el único pueblo que se ve a sí mismo como una expresión de la superioridad cultural. Tenemos tendencia los historiadores a hacer concatenación de causas: es parte de nuestro trabajo. Pero también es parte de nuestro trabajo poner en discusión esas concatenaciones. No creo que se pueda decir que eso ya estaba in nuce en la Alemania de Bismarck, o de comienzos del siglo XX. En los años 20 van a salir las expresiones más extraordinarias, más creativas, más vitales del socialismo en Alemania. ¿Cómo es eso posible?
-También es la Alemania de Bertolt Brecht, de Kurt Weill.
-La gran cultura alemana de los años 20. Hay un colapso, y reaparecen endurecidos viejos callos de la cultura alemana, como podría ser militarismo. El nacionalsocialismo es un movimiento que se fundamenta en fuerzas absolutamente irracionales. ¿Como la patria de Kant, de Hegel, se convierte en este festival de irracionalismo destructivo? Todo ese sistema sociocultural tan complejo entra en crisis y esa crisis tiene esa salida monstruosa.
Civilización y patria
-Nombró a Sarmiento; junto con Alberdi son los nombres a los que se vuelve siempre. ¿Cómo influyeron esas ideas (concurrentes en algunos casos, conflictivas entre ellos en otros) en la construcción del concepto de civilización en este territorio nuevo que era entonces la Argentina.
-Y en Sudamérica en general. En el caso de nuestras metrópolis, la civilización (el despliegue del concepto) tiene que ver con el proyecto de la Ilustración. Y si bien existió una ilustración ríoplatense (que ha estudiado muy bien un santafesino, José Carlos Chiaramonte), y que puede pueden encadenarse con las ideas políticas que apuntaban, más que nada en caso de Sarmiento, a este proceso civilizatorio, es una construcción bastante exótica en este lugar.
Podría uno pensar: "Bueno, si va a florecer en alguna parte sería en México, que ha tenido la gran ciudad de América"; o en la región andina. Pero no fue así: el debate alrededor de la civilización, donde es más intenso y más vital fue, es precisamente en Venezuela y en el Río de la Plata, que no eran los grandes centros del poder español en América. Entonces es realmente un proyecto nuevo. De ahí que eso lo ha captado muy bien Halperín (Donghi) en el caso del Río de la Plata, cuando dijo: "Un proyecto de nación para el desierto argentino".
Aparece como un programa novedosísimo, radicalmente nuevo, y con grandes matices. En el caso de Sarmiento se apoya más que nada en su programa educativo: va a ser por medio de la educación, tanto de las masas criollas como de las masas inmigrantes que van a empezar a llegar al país a partir de la década del 60. Sarmiento había pensado que podían ser ya un flujo de poblaciones ilustradas, pero no fue así; entonces fue más que necesario entonces pensar el programa educativo como un programa global que abarcaba no sólo a las poblaciones criollas sino también a estas poblaciones nuevas que llegaba al país.
Sarmiento le da su núcleo muy intenso en el plan de la educación popular, común, obligatoria, laica. Es un programa exitoso: convierte a la Argentina un país prácticamente alfabetizado ya en los años 40, con porcentajes superiores a muchos países de Europa; ni qué hablar de España, que era una especie de relicto del Antiguo Régimen.
Alberdi pareciera ser distinto: tiene más que ver con la instalación en el territorio de una población que trae consigo los objetos y los bienes de la civilización; las máquinas, los medios de transporte, los barcos.
-El desarrollo material.
-Muy fuerte. No es que Sarmiento lo desdeñara, pero se suponía que primero había que pasar por el proceso educativo, que incluso ayudaría a la generación de esos recursos.
-Hay una perspectiva que plantea que esta urgencia por hacer la civilización en el Río de la Plata dejó de lado la voluntad de hacer la patria; y que eso puede haber influido en el desarrollo subalterno. Alberdi escribió que la civilización "habló naturalmente por sus órganos naturales, la Inglaterra y la Francia".
-Aparecía como desiderata de lo que sería un proceso civilizatorio, de una nación civilizada. Esa percepción no es solamente del Río de la Plata o de la América del Sur; en los textos de los rusos que proponen una acelerada europeización (en el sentido de la Europa occidental) de la población rusa, ponen como ejemplo a tres naciones: Inglaterra Francia y Alemania. De cada una eligen una virtud: la práctica de los ingleses, el espíritu literario de los franceses y el tesón y la racionalidad de la planificación de la actividad social por parte de los alemanes.
Rusia estaba en un proceso también de recivilización, porque Rusia había tenido un proceso de domesticación de los guerreros entre los siglos X y XII. Buscaban esa recuperación, pero al mismo tiempo la ponían en una suerte de diálogo con lo que había sido para ellos una organización civilizatoria, que era la Europa occidental. Sin olvidar ese momento áureo todavía que tuvo la Rusia ortodoxa entre el siglo XIX y el siglo XII. Ese proceso se detiene; no hubiera llevado a formas iguales a las del feudalismo occidental, no podemos saber cómo hubiera sido. Pero esa gente recibió ese flagelo inaudito de la conquista mongola: eso marcó a la sociedad rusa para siempre. Fueron tres siglos de ese dominio: hasta que Iván el Terrible no toma Kazán, podríamos decir que existe esa sujeción de los Estados que se forman en Rusia al poder mongol.
Nuevos bloques
-De un tiempo a esta parte se viene desarrollando el concepto de Estado-civilización, contraponiéndolo a la idea del viejo Estado-nación europeo. Mientras que Europa se fusiona y difumina sus diferencias, se reafirmarían Estados-civilizaciones como la India, como China, como Rusia: países que englobarían tradiciones milenarias en sí mismos como nuevos bloques de poder.
-En China, Japón, Rusia, los procesos de civilización están íntimamente ligados a los procesos de formación de un Estado poderoso, y que se extiende a un territorio muy amplio, tanto en el caso de Rusia como en China; en Japón no tanto, simplemente por la insularidad de Japón. Ahí el proceso civilizatorio asume esas formas particulares que lo ligan a la supremacía de un Estado por sobre otras agrupaciones sociales
Cosa que no ocurre en Europa, es más bien lo contrario: el proceso civilizatorio es más bien consecuencia de una de una fragmentación geográfica social después de la caída del Imperio Romano. Es un rasgo de los casos de la construcción civilizatoria europea esa fragmentación.
En la evolución histórica ha llevado a un momento en que parece ser necesario, para preservar esos valores civilizatorios, reunir nuevamente a Europa de otra manera: no va a ser alrededor del Mediterráneo, va a ser más bien una combinación del Mediterráneo y el Atlántico.
Pareciera ser una una forma última de planteo de la civilización europea, en contradicción con lo que fueron los poderes que le dieron la variación a esa riqueza, esa competencia entre las naciones europeas; cosa que no va a aparecer ni en China ni en Rusia ni tampoco en Japón. La India es otro caso diferente: no es ni el modelo europeo ni el modelo de los grandes Estados.