"La ciencia y la tecnología son elementos claves para el desarrollo soberano del país", dice Daniel Filmus cuando se le pregunta cuáles son las fortalezas que tiene la Argentina en esas materias, las mismas que, junto con innovación, están contenidas en el Plan Nacional 2030.
Pero ¿se puede pensar en CyT en medio de las urgencias diarias? ¿Deberían estar estos temas en la agenda de candidatos y candidatas? Estas son algunas de las cuestiones que planteó El Litoral al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación del actual gobierno nacional.
- ¿Qué es el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030?
- Es el instrumento central para la política científico-tecnológica nacional a corto, mediano y largo plazo, en el que se definen las prioridades, ejes y agendas estratégicas. Este Plan es el resultado de un trabajo colaborativo entre el Ministerio, las autoridades del sector de cada una de las provincias y las distintas instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como otros actores políticos, económicos, sociales y sindicales.
El Plan consta de tres partes centrales: en primer lugar, presenta un diagnóstico de la situación actual de la CyT en el país, analizando su estructura y trayectoria en materia de producción, ciencia y tecnología. En segundo lugar, el Plan establece diez desafíos nacionales que expresan los temas estratégicos para el desarrollo nacional en función de orientar la demanda de los conocimientos científicos y tecnológicos. Cada desafío cuenta con un conjunto de misiones y estrategias concretas para alcanzar los objetivos propuestos. A su vez, el Plan cuenta por primera vez con 24 Agendas Territoriales Integradoras, en las que a través de un diseño conjunto con todas las jurisdicciones del país se definieron los lineamientos que deben orientar su desarrollo científico y tecnológico para dar respuesta a sus necesidades y problemas específicos. En tercer y último lugar, el Plan se pregunta qué tipo de Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) se necesita para atender estas agendas y desafíos, y realiza una presentación de las proyecciones y los horizontes de crecimiento y desarrollo para el sector en el período que abarca la planificación.
- ¿Por qué es necesario contar con un plan en esta materia?
- El Plan es una herramienta fundamental para, junto con otros instrumentos creados (como la Ley de Financiamiento), consolidar un marco común para una política de Estado que otorgue previsibilidad y coherencia a las políticas en materia de ciencia, tecnología e innovación. Una política de Estado requiere una planificación estratégica que funcione como guía para el diseño y ejecución de acciones por parte del Gobierno Nacional, independientemente de los funcionarios o el signo político de turno. Implica marcar un rumbo, dotar de sentido al conjunto de intervenciones que se hagan en pos de fortalecer el SNCTI y la soberanía científico tecnológica nacional, de forma creciente, sostenida y sostenible, contribuyendo al mismo tiempo a la transformación de la matriz productiva nacional y la resolución de problemas que afectan a la sociedad.
- ¿Cuáles son las principales fortalezas de la Argentina en materia de CyT y cuáles, las principales falencias?
- La ciencia y la tecnología son elementos claves para el desarrollo soberano del país. Esto lo pudimos ver en la pandemia, con la rápida reacción de la comunidad científica para atender los problemas urgentes que atravesaba nuestra sociedad: los desarrollos nacionales en los barbijos, los test de detección COVID-19, e incluso la vacuna argentina contra el COVID-19, que está actualmente en la última etapa previa a pedir la aprobación de Anmat. Estos ejemplos muestran la capacidad de nuestro sistema de ciencia, que incluye tanto al Conicet, como a nuestras universidades y organismos e institutos tecnológicos; así como el alto nivel de nuestros científicos y científicas, que son reconocidas mundialmente.
En estos años hemos tenido la misión de fortalecer la inversión del sistema científico que se vió fuertemente desfinanciado y vaciado en la gestión anterior. En este sentido, la Ley de Financiamiento sancionada en 2021 es un hito histórico, que permite dar previsibilidad al crecimiento del sector y nos ha permitido implementar una serie de medidas e instrumentos en esta dirección.
Sin embargo, también quedan aspectos por fortalecer. Un problema central del SNCTI es la alta concentración tanto de la inversión como los recursos humanos en ciencia y tecnología del país en la zona metropolitana. Por eso, en los últimos años hemos abordado esta problemática, planteando un nuevo enfoque en la inversión destinada a investigación y desarrollo con un marcado carácter federal privilegiando el crecimiento armónico e integrado de las distintas regiones del país, a través de instrumentos específicos y también con la federalización como eje transversal de la política del Ministerio, presente en el Plan de Ciencia. Por otro lado tenemos que lograr que la inversión en el sector se mantenga en el tiempo, que sea previsible y creciente, dando un marco de certidumbre para que el desarrollo de las actividades científicas y tecnológicas, que tardan mucho en madurar, pueda consolidarse. Otro elemento central es la debilidad de la inversión privada, que en la mayoría de los países constituye la mayor parte de la inversión en investigación y desarrollo. Aquí, en cambio, conforma menos del 25% del total de la inversión, que en su conjunto es mayormente dependiente del esfuerzo estatal. Tenemos que cambiar esto para poder fortalecer el sistema sobre bases que integren al sector público y al privado.
- ¿Por qué es 2030? En ese punto, me interesa profundizar en la importancia de que esta materia trascienda una gestión política.
- La referencia al 2030 tiene por supuesto una marca simbólica. En términos de gestión involucra una planificación a mediano y largo plazo que, necesariamente, trascenderá los cuatro años de gobierno de la actual gestión pero también de la siguiente. Una política de Estado requiere metas claras y concretas, como horizonte hacia el cual deben orientarse las inversiones, obras, programas y proyectos en el ámbito del SNCTI. En este sentido, los consensos obtenidos en el proceso de elaboración del Plan son fundamentales para sostener sus lineamientos a lo largo de la década y, de forma coordinada entre organismos, jurisdicciones y diversos actores sociales, económicos y políticos, impulsar la ciencia y tecnología argentinas. Confiamos en el año 2030 como un plazo prudencial para articular las necesidades y demandas presentes y futuras del país, y sus oportunidades estratégicas.
- ¿Ya se están desarrollando acciones en el marco de ese plan?
- Sí, en la actualidad el Plan de Ciencia 2030 es uno de los instrumentos cruciales que dirigen y articulan las acciones realizadas desde el Ministerio. Un ejemplo de ello es la Convocatoria a Proyectos Federales de Innovación, una política central para el Ministerio mediante la cual se busca financiar proyectos que tengan como objetivo dar solución a problemáticas sociales, productivas y ambientales a nivel provincial y regional. Las ediciones 2022 y 2023 fueron diseñadas en base a los Vectores de Desarrollo Social y Productivo de las Agendas Territoriales Integradoras elaboradas para el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030. Además, este año hemos lanzado instrumentos como la Convocatoria a Proyectos de Redes Federales de Alto Impacto y el Subsidio de Fortalecimiento y Promoción de Proyectos de Ciencia Ciudadana, que han incluido en su diseño el requisito de atender los Desafíos Nacionales del Plan por parte de cada uno de los proyectos de investigación presentados.
- ¿Qué expectativas tiene de que el plan sea aprobado por el Congreso en el corto plazo?
- El proyecto de ley del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación obtuvo media sanción en el Senado en octubre de 2022, casi por unanimidad. A partir de esto, pasó a Diputados, en donde está esperando que se apruebe un dictamen para ser tratado en la Cámara. Ya se realizaron, en marzo y en junio de este año, dos reuniones informativas de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva que incluyeron en el temario el tratamiento del Plan. En la última reunión, se presentaron cartas del CIN, el COFECYT, ADIMRA, UIA, CGT, CTA entre otras, pidiendo su aprobación.
En ambos casos participé junto a representantes de diversos ámbitos de la ciencia y la tecnología, y en todas las intervenciones fue enfatizada la importancia de un Plan Nacional del sector que orientara esfuerzos y definiera prioridades para fortalecer el SNCTI. Por eso, así como hicimos en el Senado, buscamos el consenso sobre el proyecto de todas las fuerzas políticas, escuchando los comentarios que se realizaban y tomando los aportes que surgían en el intercambio.
Nos parece de suma importancia que el proyecto de ley se apruebe para que se convierta en una política de Estado y que sea un compromiso con el sector científico-tecnológico y el desarrollo nacional que, como ya dijimos antes, pueda liberarse de los vaivenes políticos del país.
En el debate
- ¿Considera necesario que la ciencia, la tecnología y la innovación sean temas de debate entre candidatos y candidatas presidenciales?
- La ciencia y la innovación tecnológica han sido puntos continuamente presentes en la agenda de este gobierno y del espacio del cual formo parte, las cuales han sido una de las prioridades durante estos cuatro años. Desde los esfuerzos coordinados desde la Unidad Coronavirus a programas históricos de inversiones como el Construir Ciencia y Equipar Ciencia, la política científica y tecnológica ha ocupado un lugar central para esta gestión y lo continuará haciendo con los candidatos de nuestro espacio. Hay mucho para proponer y mucho para mostrar sobre lo que fue hecho y continuamos haciendo en la materia. Como sostuve, apuntamos a consolidar una política de Estado, que sea mantenida por las próximas gestiones independientemente de su signo político. Es bueno y necesario que la ciudadanía comprenda la importancia de financiar y mantener políticas científicas y tecnológicas a mediano y largo plazo, y allí hubo claramente una disrupción de la gestión anterior con respecto a la línea mantenida hasta el 2015, la cual convencidos de su importancia nos propusimos retomar, recuperar y potenciar.
Mirá tambiénJerarquización salarial para los investigadores del CONICETEs bueno y necesario, asimismo, que los distintos espacios políticos presenten sus propuestas de forma clara para la sociedad en general y su electorado. La generación de conocimiento y los desarrollos tecnológicos innovadores contribuyen a atender problemas sociales urgentes y transformar y mejorar las capacidades económicas de la Argentina, cuestiones que en este momento tienen mayor presencia en la agenda. La obtención de divisas, por ejemplo, punto clave para fortalecer la soberanía económica del país y mejorar una multiplicidad de factores con impacto social, es apuntalada por las empresas de base tecnológica e intensivas en conocimiento, las cuales son beneficiadas por el trabajo de investigadores y tecnólogos a lo largo y ancho del país.
En síntesis, la campaña electoral es una oportunidad para que las y los ciudadanos escuchen y decidan qué propuesta de país los convence más. En ese contexto, estoy convencido de que la ciencia, la tecnología y la innovación son ejes irreemplazables de la discusión pública, y parte inherente de debates en torno a la economía, la salud y la educación, entre otros.
Entre lo urgente y lo necesario
- ¿Cree que la sociedad comprende la importancia de estos temas cuando las prioridades siguen siendo la economía y el día a día? Si observa allí una tensión ¿cómo se podría resolver?
- Nosotros creemos en una ciencia que esté al servicio de resolver los problemas de la sociedad. Las crisis cíclicas de la Argentina están fuertemente vinculadas a la matriz de exportaciones de solo productos primarios, y en ese sentido la ciencia y la tecnología tienen el poder de transformar nuestra matriz productiva y orientarla hacia la agregación de valor en las exportaciones. Sin lugar a dudas la ciencia y la tecnología, las universidades y los institutos deben tener un rol central en esta transformación, dado que sólo desde la ampliación del conocimiento y la transferencia tecnológica es posible generar condiciones que resuelvan los problemas de la sociedad y que fortalezcan el desarrollo productivo de nuestro país.
A través de la política es posible definir un modelo que coloque al Estado como eje central de desarrollo y a la ciencia y tecnología como su herramienta principal. No hay desarrollo económico posible si no se establece claramente una agenda en este sentido.
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