Morales, asilado político en México desde el 12 de noviembre, aseguró tener "información de primera mano" de que hay "paramilitares organizados" y "pandilleros y drogadictos pagados" por la derecha boliviana para cometer actos violentos en las calles del país.
Desde las elecciones del pasado 20 de octubre, que desataron una grave crisis en Bolivia, al menos 20 personas han fallecido y más de 500 han resultado heridas en enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morales.
Según datos de Morales, la cifra sería todavía mayor, pues en esta última semana, tras su renuncia el 10 de noviembre forzada por el acuartelamiento de la Policía y la "sugerencia" del Ejército a que dimita, sumarían cuanto menos 23 muertos "de bala".
"Hago un llamado a mi pueblo, del campo o de la ciudad; pobres, humildes o pudientes que ostentan el poder económico, a que no podemos estar enfrentados peleando. Quiero que dejen esta confrontación", reclamó Morales en la entrevista con EFE en Ciudad de México.
Dijo estar arrepentido de "haber equipado las Fuerzas Armadas" de Bolivia, que cuando él llegó al Gobierno, en 2006, "solo tenían un helicóptero" y ahora están usando su armamento "contra el pueblo".
Afirmó además que "grupos de poder" están pagando entre 200 y 300 pesos bolivianos a obreros para "hacer violencia".
"Esos obreros de la construcción han preferido estar bloqueando y haciendo agresiones en vez de ganar dignamente 120 bolivianos (unos 17 dólares) en la construcción", aseguró.
Asimismo, aseguró que en las universidades públicas y privadas hay docentes que están animando a los estudiantes a "bloquear caminos todo el día" a cambio de aprobarles las materias que tienen suspendidas.
El pasado 10 de noviembre, antes de su renuncia, Evo Morales anunció la repetición de las elecciones presidenciales luego de que la Organización de Estados Americanos (OEA) diera a conocer numerosas irregularidades en los comicios del 20 de octubre, en los que había sido reelegido para un cuarto mandato.
Morales optó a su cuarta reelección gracias a un fallo judicial, dado que la Constitución de Bolivia se lo prohibía y un referéndum popular también lo había rechazado, en 2016
Mientras la convocatoria a nueva elecciones es todavía incierta, Morales dijo que vería de manera favorable que el Gobierno de España y de otros países de la Unión Europea (UE) participaran como mediadores para acabar con la grave crisis en Bolivia.
Aseguró que no ha tenido contacto con diplomáticos españoles o europeos desde su renuncia, aunque consideró como algo positivo la implicación de España o algunos países de la UE.
"Antes sí, hemos estado en contactos con la embajada de España e inauguramos un instituto tecnológico en el Salar de Uyuni", recordó Morales en referencia al apoyo desde 2017 de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en la creación de tres institutos tecnológicos en Bolivia con un fondo de 4,4 millones de dólares, resultado de un programa de canje de deuda.
"Qué bueno sería que España o (el ex presidente español José Luis Rodríguez) Zapatero, experto en mediación, (el ex presidente de Uruguay, José) Pepe Mujica u otros gobiernos se sumen a la mediación para la pacificación", opinó Morales, quien presidió Bolivia durante trece años.
No obstante, se mostró crítico con "algunos países de la Unión Europea que tomaron una posición", en referencia al apoyo de Reino Unido al nuevo gobierno en consonancia con la decisión de Estados Unidos.
"No me gustó, pero si toman esta posición (de mediadores) bienvenidos", agregó.
Evo Morales alabó también el valor de la ayuda a la cooperación de España o de la Unión Europea porque lo hacen sin condiciones y sin pedir nada a cambio, "al contrario que la ayuda que ofrece Estados Unidos. Siempre está condicionada", puntualizó.