Un suceso inesperado o un hecho fortuito suelen cambiar repentinamente los discursos en los actos políticos. "Un médico, ahí" de Alfonsín sea acaso el ejemplo más representativo.
Un suceso inesperado o un hecho fortuito suelen cambiar repentinamente los discursos en los actos políticos. "Un médico, ahí" de Alfonsín sea acaso el ejemplo más representativo.
Hace unos días, en un acto del rossismo, durante la peña 'Todos con Cristina', en el Club Liverpool de esta capital, un suceso fuera de la reunión puso a improvisar a los oradores.
Luego de otros que tomaron el micrófono, con duras críticas al gobierno provincial por la amenaza del descuento salarial a los trabajadores por adherirse al paro, fue el turno de Facundo Olivera. Alguien lo interrumpió y le acercó un mensaje: habían robado un auto cerca. El hijo del diputado Ricardo Olivera de inmediato soltó un "¿dónde están la paz y el orden?" Y en el mismo tono hablaron los que le siguieron, como el diputado Leandro Busatto y el titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Agustín Rossi, incluso con reflexiones de fondo sobre la grave crisis de inseguridad de la Provincia. Unos minutos después, ya con menos palabras y los estómagos satisfechos por el firme trabajo de José Luis "Cartucho" Rodríguez en la parrilla, se supo que era de una compañera el coche, y que afortunadamente no había sido robado aunque sí uno de sus vidrios rotos para llevarse algo de su interior.