Sábado 25.9.2021
/Última actualización 18:23
Cuestión de tiempos. La entrevista de El Litoral con el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Roberto Falistocco, se desarrolló el viernes 17 a la siesta, justo cuando el recién retomado a pleno ritmo de los tribunales empezaba a declinar. Y mientras se sostenía el de la actividad referida al proceso de escrutinio definitivo en el Tribunal Electoral que, por su cargo, al magistrado le toca encabezar y lo trajo a la ciudad en un día desacostumbrado.
"Hacer una elección en época de pandemia es difícil: se movilizan millones de personas y se pueden producir inobservancias, incluso involuntarias, de los protocolos y medidas de prevención, pero tuvimos un notable acatamiento. Y con respecto al acto electoral en sí mismo hubo algunos planteos, que son propios de la interpretación de las normas y se van resolviendo en tiempo y forma", resumió.
- Desde hace tiempo se viene insistiendo con la creación de un fuero electoral, y que no sea el presidente de la Corte quien tenga que encabezar el Tribunal Electoral.
- Sí, la verdad es que es un viejo pedido por parte nuestra, la creación de un juez con competencia electoral, encargado de lo que es el armado, el desarrollo de las elecciones y la actividad posterior. Tiene que haber un juez específicamente dedicado a eso. Porque además, poner a un presidente de la Corte al frente del Tribunal Electoral es someterlo a una puja de conflictos con actores de la política de mucho peso, mucha llegada.
- En esta oportunidad no, pero hubo otros casos en que fueron procesos muy conflictivos...
- Bueno, a mí me tocó en la elección donde Miguel Lifschitz gana por 1300 votos. Hubo muchos planteos sobre apertura o no de las urnas; en una provincia tan importante como Santa fe un margen tan pequeño de votos habla de elecciones muy tensas. Por suerte se pudo sobrellevar bien, pero creo que es un lugar inapropiado para un presidente de la Corte, y lo mismo para los dos camaristas que integran el Tribunal. Creo que las cámaras y la Corte tienen que estar para resolver los conflictos que se planteen por la vía jurisdiccional, no ahí, en el fragor de la batalla, viendo mesa por mesa si la votación es válida o no. Hace años mandamos un proyecto de ley para crear el fuero electoral.
- ¿Y ve alguna viabilidad?
- Una de las comisiones en este trabajo conjunto que estamos haciendo con el Ejecutivo, la Legislatura, universidades y colegios de abogados, que está estudiando la reforma electoral. Aspiro que ahí se llegue a consagrar la necesidad de tener un fuero especifido y sirva para depurar el marco normativo. Hay leyes muy viejas, hasta su lenguaje ya no se usa. Vendría bien que eso salga de esa comisión, y la consagración de otras normas que mejoren el sistema electoral
- Usted habla del programa "Santa Fe + Justicia", que se presenta como un intento de "remodelar" de alguna manera el Poder Judicial. ¿Qué expectativas tiene?
- Muchas, así como en 2006, cuando se generó el Plan Estratégico, que dio origen a normas importantes. Entre ellas el Código Procesal Penal hoy vigente, se reformó el Código Procesal Laboral...fue un sacudón fuerte, con reformas que fueron fructíferas, y convocó a estos mismos operadores. Pero en estos 15 años hubo muchos planteos. Más allá del monitoreo permanente, el Poder Judicial necesita sacudir el árbol, proponer cambios. Porque la velocidad de los tiempos así lo requiere. Hace 20 años no se hablaba mucho aún de los derechos del consumidor, y hoy se habla de la necesidad de tener un fuero propio para eso. Lo mismo con la cuestión medioambiental, los femicidios, la cuestión de género. No sólo como temas novedosos, sino por la manera que impactan en la manera de resolver y en la forma de gestionar esos conflictos. Los cambios tecnológicos, a los cuales hubo que aferrarse para poder seguir trabajando en época de pandemia, y acelerar tiempos que estaban previstos de otra manera, para traer la aplicaciones al Poder Judicial, capacitar en su utilización. Han cambiado las relaciones laborales, con el trabajo a distancia. Hay otra forma de prestarse al encadenamiento de un sistema productivo. Esto impacta no sólo en lo doctrinario, en las normas a aplicar, sino en el quehacer diario, en cómo se trabaja; por eso hay que capacitar permanentemente a los jueces en ese plano.
- Yo sostengo desde hace mucho tiempo la necesidad de complementar la formación de un juez con la Escuela Judicial. He presentado un proyecto para abrir un debate, pero creo que todo esto, más que nunca, da cuenta de la necesidad de contar con una escuela judicial para capacitar en lo funcional al juez. Como tienen Francia, España, incluso provincia de Buenos Aires. Porque todo lo que brinda la Universidad, nunca se va a equiparar con lo que puede dar una enseñanza específica, en un curso de aproximadamente dos años, como está pautado, para abordar el conocimiento que un juez tiene que tener hoy. Y que no es el mismo que hace 30 años.
- Ya no es más el juez que espera que las partes hagan lo suyo, y aparece al final para dirimir el conflicto con una sentencia. Hoy se requiere un juez mucho más activo, que tenga contacto con la causa mucho antes del momento final, para que pueda ejercer su función del director del proceso. Porque el juez también tiene interés en que su trabajo se plasme en una resolución y desactive el conflicto. Sacar un conflicto de escena es contribuir a la paz social. Entonces la actividad del juez de manera temprana, como estamos haciendo ahora con la experiencia piloto en el fuero civil, que está dando muy buenos resultados, está plasmado en que los tiempos se van acortando.
- La cuestión de la oralidad cambió sustancialmente el proceso penal. Ahora se la propicia también para el fuero civil y comercial, ¿no?
- Es uno de los aspectos que está contemplado en el proyecto de reforma al Código Procesal Civil que está en la Legislatura. Pero hace dos años que está habilitada como experiencia por una acordada de la Corte, y se está desarrollando en Rosario y Santa Fe. Y que ahora, por una resolución de hace pocos días, la vamos a aplicar en el resto de la provincia. Ya estamos capacitando en Rafaela, Reconquista y Venado Tuerto. Hay reformas que uno tiene que imaginar qué efectos va a producir. Esta ya se puede ver de antemano. Por primera vez en la historia, las personas que tienen un conflicto civil conocen al juez, cosa que generalmente no pasa. Ahora quien es parte lo puede ver resolviendo el caso. En un papel se puede poner cualquier cosa, pero sostener una postura frente a un juez es algo totalmente distinto. Que se pida en el momento el sorteo de un perito, cuando haga falta, y eso esté resuelto en cuestión de horas, siendo que de lo contrario es un trámite que lleva meses. La depuración de pruebas es instantánea, lo cual agiliza muchísimo todo. Y además, la posibilidad de conciliación es mucho mayor con presencia del juez. Todo esto contribuye enormemente a la confianza, a la transparencia y a la pacificación social.
Esto quisiéramos llevarlo también al fuero laboral. Hay una reforma plasmada en una ley, que me gustaría tener todas las herramientas presupuestarias para implementarla; salvo que el Ejecutivo piense que hay un proyecto superador. Pero mientras tanto, se requiere un cambio en el modo de sustanciar el proceso, con mucha mayor oralidad y presencia del juez, y con la infraestructura que lo posibilite. Es necesario borrar todos los tiempos muertos que hacen muy poco por la resolución del conflicto, y lo dilatan mucho más de lo necesario.
- Usted hablaba antes del trabajo en pandemia y de las adaptaciones que hizo (o aceleró) el Poder Judicial. Pero hubo cuestionamientos muy fuertes de parte de los abogados.
-Sí, es verdad. Lo que pasa es que poner el coche en la ruta funcionando no es fácil, para ninguno de los poderes del Estado, ni para la actividad privada. A medida que los tiempos fueron marcando algunos mejoramientos se fueron ajustando las pautas de trabajo y fuimos recuperando paulatinamente la normalidad. Una normalidad cambiada, donde el abogado hoy en la provincia está trabajando con firma digital y a distancia, y una inmensa mayoría de las demandas y escritos entran por el sistema informático. Eso fue producto de la pandemia que nos apuró los tiempos, pero hemos logrado muchísimo. Con mejoras necesarias, con algunos déficits en la prestación, pero son cada vez menores.
- Un tema recurrente en los planteos de la Corte al gobierno es el de los cargos vacantes. ¿En qué situación está eso?
- Bueno, para el fuero laboral, si vamos a hacer algo distinto, por supuesto que vamos a necesitar soporte presupuestario; aunque no creo que sea muy grande. Pero mientras tanto, la cobertura de vacantes es una necesidad imperiosa. En este momento hay 49 vacantes en toda la provincia. Y hay concursos terminados, tengo entendido que 14, o sea que tampoco podemos decir que no se haya trabajado, a pesar de las circunstancias. Lo que se requiere es el envío de los pliegos a la Legislatura y su tratamiento. Uno es respetuoso de los tiempos de cada poder, y estas cosas tampoco pueden hacerse sin diálogo, ver las prioridades. Pero es de esperar que esto pase cuanto antes, porque es muy necesario. Porque cuando hablamos de mora en la resolución de conflictos, estamos hablando de personas que están detrás de él, y eso es lo que da la medida de la gravedad y de nuestra preocupación por este tema.
Falistocco expresó su preocupación por las balaceras contra edificios del Poder Judicial y amenazas a sus miembros, por parte de organizaciones delictivas en Rosario. Pero aclaró que "si lo que buscan es amedrentar, la Justicia no va a ceder. Sus integrantes se sienten plenamente respaldados y no van a ceder".