El presidente Alberto Fernández apuntó este lunes a quienes criticaron la decisión de declarar internet como un servicio público y advirtió que se mantendrá aunque "se enojen" los empresarios.
“Es impensable vivir en un mundo donde la conectividad no llegue a todos", manifestó el Presidente en un acto en Tecnópolis.
El presidente Alberto Fernández apuntó este lunes a quienes criticaron la decisión de declarar internet como un servicio público y advirtió que se mantendrá aunque "se enojen" los empresarios.
"Se enojan porque dije que internet es un servicio público… ¡que se enojen! Vamos a hacer un servicio público para que llegue a todos los argentinos y todas las argentinas. ¡Y para que no nos estafen y no nos roben con las tarifas!", expresó el jefe de Estado. “Es impensable vivir en un mundo donde la conectividad no llegue a todos", agregó.
El año pasado, el Presidente firmó un decreto en el que declaró como servicios públicos a la telefonía, internet, y televisión paga. La decisión generó fuertes cuestionamientos del sector y la reacción de las empresas.
Esa norma obligó a las compañías a consensuar con el Gobierno nacional cuándo y cuánto podían aumentar sus tarifas, lo que derivó en reclamos judiciales que aún hoy se están tramitando y en multas administrativas. Al respecto, el titular de Enacom, Claudio Ambrosini, afirmó que con estas palabras el jefe de Estado "reafirmó su postura a pesar de las cautelares" en contra del decreto.
Fernández también le dedicó unas palabras a la pandemia: "Me imagino que, como todo el mundo, los jóvenes argentinos deben haber pasado años horribles. Le decía el otro día a Cristina (Kirchner) que no tengo duda de que fueron los dos peores años de mi vida porque le tenés que decir al otro que no haga algo’".
Y añadió: "Decirle al otro eso, y además quedarse al frente de la conducción de un Gobierno, es algo doloroso. Porque cuando fui a hacer campaña con Pepe Mujica al Nacional Buenos Aires, les pedí a todos que salgan a la calle a reclamarme las cosas que yo hice mal. Y de repente, les tuve que cambiar el discurso y decirles: ‘Ahora quédense todos en sus casas’".