Fiscalía Regional Rafaela: alta exigencia y el mandato de "actuar e interactuar"
Hace bastante tiempo que Rafaela, la ciudad más importante del oeste de la provincia, tiene crecientes niveles de delincuencia, tanto en delitos comunes -destacan negativamente el accionar de motochorros y asaltos a comercios- como en otros relacionados con el narcomenudeo.
Fiscalía Regional Rafaela: alta exigencia y el mandato de "actuar e interactuar"
Con el dato fuerte de que el candidato propuesto por el gobernador para su ciudad fue rechazado en el vital cargo de fiscal regional (Orlando Toniolo recibió 40 lapidarios votos en contra y sólo 13 a favor), independientemente de quién deba ejercer finalmente la función, le espera una Rafaela muy exigente y ávida de respuestas consistentes ante el avance de formas de delincuencia hasta hace poco extrañas a la "Perla del Oeste".
"Se va a encontrar con una demanda muy grande del poder político y social. Una necesidad grande de respuestas de la justicia. Y una marcada necesidad de compromiso. Debe actuar, y también interactuar, comprender a la sociedad rafaelina", confió un representativo dirigente.
Es que con una idiosincrasia de orden y trabajo, la Perla no sólo es atractiva para sus habitantes, que tienen un buen nivel de calidad de vida. También lo es para mucha gente que, en muchos de los barrios (y no estrictamente en la periferia) de esta ciudad que está cambiando su escala a pasos acelerados, ve oportunidades para delinquir.
El propio intendente, Luis Castellano, manifestó su preocupación por el aumento de las balaceras, que hoy están "envasadas", son narcos contra narcos, son tiros entre delincuentes que se están disputando el territorio. Pero sucede. Está pasando y con una habitualidad alarmante.
Y no se trata de un barrio marginal; o de un sector de la ciudad. No. Sucede al oeste con los barrios Martín Güemes y Martín Fierro; al sur, con Villa Podio, Fátima y 2 de abril; al norte, con Mora, Zazpe, Barranquitas, Italia… Es decir: hay un aumento de las balaceras en varios puntos de la cabecera del departamento Castellanos.
Pero no es lo único. Los vecinos se quejan del constante accionar de motochorros y del creciente robo a comercios, impensados poco tiempo atrás.
El delito en todas sus formas está creciendo. Y la policía no alcanza a prevenirlo, viene de atrás. En consecuencia, hay y habrá, entonces, una enorme demanda también para la estructura judicial en Rafaela y la zona.