- ¿Le sorprendieron los resultados de septiembre?
"Perotti ilusionó con algo que era sensible como la inseguridad y no dio ninguna respuesta", dijo la candidata a senadora. Destacó que el segundo año de gestión va a terminar con el doble de muertes violentas que el segundo año de gestión de Lifschitz.
- ¿Le sorprendieron los resultados de septiembre?
-Tengo dos lecturas. La primera es al interior de mi espacio político donde la lista que encabecé ganó los 19 departamentos y por más del doble de votos de nuestro contrincante ocasional que fue Rubén Giustiniani y con quien desde el día siguiente estamos caminando juntos. Ese resultado es un orgullo y una gran responsabilidad. La segunda es respecto a los resultados generales que fueron un gran rechazo a los oficialismos. Alberto y Cristina perdieron en 17 provincias, en muchas de manera muy contundente, y Perotti en Santa Fe tuvo más del 80 por ciento de votos en contra de la boleta en la que está como candidato. Es un llamado de atención muy grande para estos ejecutivos que han tenido algunas características comunes en estos años como no haber tenido diálogo político, haber tenido opacidad en su actitud política y de gestión pública y haber sido muy ineficientes. Los problemas más serios y más estructurales del país empeoraron todos: el desempleo, la inflación, la inseguridad.
-¿El voto fue contra la política o por hartazgo producto de la crisis económica, pérdida del poder adquisitivo del salario, inseguridad y pandemia?
-La gente vota bien, nos gusten o no los resultados, y la está pasando mal. Después de un período donde hubo dolores y pérdidas, haber tenido actitudes que quizás son simbólicas pero hacen una pintura de cómo es la vida de ese dirigente político, desde los vacunatorios VIP hasta las fiestas en Olivos, como gestos contrapuestos a una sociedad que sufrió pérdidas humanas, pero también negocios y emprendimientos porque les fue muy mal y quebraron o de trabajadores que perdieron su capacidad de vivir dignamente porque el sueldo no alcanza. La respuesta fue muy fuerte.
-Una característica transversal a toda la sociedad en estas elecciones fue la apatía, que se sintió con mayor fuerza en las zonas menos favorecidas ¿Cree que la clase política entendió este mensaje e hizo las cosas como para que vuelva a las urnas el 14 de noviembre?
-En las PASO veníamos de la realidad de la pandemia y el 12 de septiembre todavía estábamos saliendo, había gente mayor con temor. Además, la mala organización de las elecciones hizo que hubiera gente haciendo cola 2 o 3 horas para votar. Las PASO, si bien son obligatorias, no tienen para la gente la misma trascendencia que las generales. A tu pregunta de si la política actuó bien desde las PASO, diría que los gobiernos han profundizado las críticas que teníamos, fundamentalmente en intentar soluciones vía clientelismo. Se ve que hay una necesidad imperiosa de dar vuelta los resultados, de ganar a como dé lugar, y están incurriendo en cuestiones absolutamente faltas de ética y respeto hacia la gente como es comprar el voto o intimidar presidentes comunales, al punto de forzarlos a que si los resultados en su localidad no son favorables a su candidato van a tener represalias.
-Hizo referencia a las consecuencias de la pandemia en el ánimo de la sociedad ¿Cree que las decisiones del gobierno nacional de ir rápidamente hacia una situación de casi normalidad ayudó a serenar un poco los ánimos?
-Sin duda el clima mejoró. Lo que se quebró en la pandemia fueron lazos, vínculos y eso afectó el humor social y la estabilidad emocional. En los adultos y en los niños, que son los que peor la pasaron porque las escuelas fueron uno de los últimos ámbitos que se regularizó. Hay un tema que todavía no estamos tratando mucho pero que se asoma y lo vamos a ver con mucha preocupación que es la malnutrición. Los niños y niñas más humildes se alimentaban en los comedores de las escuelas, con alimentos saludables y una señora que los cocinaba. Días pasados estando en un club muy humilde el entrenador con dolor me decía que los chicos al volver tenían debilidad muscular.
-Usted enumera una serie de temas que considera no están bien como la salud, la educación. ¿El peor de todos es el de la seguridad?
-Es el que se lleva vidas de manera más dramática, más inmediata. Y también es el tema con el cual el gobernador pretendió hacer un contrato social con la gente. Toda su campaña se basó en la frase "La Paz y el Orden" y en la de "Despertar al gigante", que también fue una frase sin contenido. Es donde más se ve la falta de planificación, de equipos, de proyectos que no tuvo en la transición y a los que desde el inicio de la gestión le agregó la falta de inversión. Perotti ilusionó con algo que era sensible como la inseguridad, no se preparó durante la transición y 20 días después de asumir dio asueto por un mes. Nosotros pensamos que el justicialismo después de 12 años volvería con toda la fuerza y entusiasmo, con todos los programas en marcha. Nos sorprendió que en febrero tímidamente empezaran y en marzo vino la pandemia.
-¿Qué le pedirían al gobernador?
-Que convoque a la Junta Provincial de Seguridad porque apostamos al dialogo para la construcción de proyectos que se sostengan. Y que convoque a la política, a la justicia, a los municipios y comunas y a las organizaciones de la sociedad civil que más conocen la vulnerabilidad. Que de esa mesa salga un plan serio. Se lo ofrecemos generosamente. Y también a la justicia y las fuerzas de seguridad federales que son la otra pata de esa mesa que el gobernador no supo o no quiso coordinar con la Nación. Creo que el tema de la seguridad concentra lo más duro de aquello que la política debe dejar de hablar solo con frases hechas sino de gestionar con hechos y de manera unida.
-¿El tema de la seguridad no debería ser la primera política de Estado, que los dirigentes políticos deberían sacar de las campañas electorales y tratar de resolverlo entre todos?
-Sin duda. Nosotros fuimos críticos de que Perotti lo pusiera en agenda. Al delito ya no se lo combate más con policías en las calles para detener a un ladrón suelto. Hoy hay redes delictivas subterráneas complejas, que además tienen tentáculos en todas las instituciones y en los profesionales que administran su poderío económico. Que una banda organice balaceras desde la cárcel federal con un teléfono fijo implica una cadena de complicidades. Enhorabuena que haya más policías en la calle, pero si no vamos a ese fondo...Y para ir al hueso se necesita la unión de la política y de todas las instituciones. Este segundo año de la gestión de Perotti va a terminar con el doble de homicidios que el segundo año de gestión de Miguel Lifschitz. Son una luz roja para volver a jerarquizar la justicia, la policía y los programas sociales. Una de las primeras medidas del gobierno fue quitarle el rango de ministerio a Justicia, a lo que hay que sumarle falta de diálogo entre los ministro de Seguridad y de Gobierno habida cuenta que son de facciones internas políticas y de gobierno que impiden una coordinación. En dos años Perotti no mandó un solo pliego de fiscales de la justicia penal a la Legislatura ¿Cuál es la trascendencia que le da a una investigación seria como la que llevan adelante los fiscales para prevenir y castigar el delito? Desde que asumió, cambió 7 jefes policiales en Rosario ¿Qué rumbo puede tener una organización verticalista como es la policía? También ha sido ineficiente en la inversión. Tiene en el presupuesto de este año 9.900 millones para invertir en bienes de capital como patrulleros, motos, equipos de comunicación y hasta mitad de año solo se habían invertido 650 millones. Y lo social también nos preocupa porque Perotti interrumpió el plan ABRE, que era este desembarco en las grandes ciudades con cordones de vulnerabilidad y de delitos muy fuertes. Interrumpió el Vuelvo a Estudiar que captaba a los chicos que dejaban la escuela y el Nueva Oportunidad que era el que contenía a los jóvenes más vulnerables que están al borde del delito.
-Cuando al gobernador se le pregunta por la violencia de Rosario, responde que son consecuencias de una lucha que está llevando adelante el gobierno contra las mafias. ¿Está de acuerdo?
-Quiero que el gobernador sea más que un comentarista. Las grandes bandas delictivas, los Monos, Alvarado, los Ungaro, los Camino, las pusieron presos los gobierno del Frente Progresista y allí están en la cárcel reorganizando el delito y una manera nueva que a este gobierno se le está escapando que es la venta de violencia. Intimidan a través de las balaceras. Otra de las cosas que dijo el gobernador es que no podía gestionar porque no tenía la ley de emergencia. Me preocupa mucho que no haya sabido que la ley de Emergencia estuvo aprobada en marzo del año pasado, que cuando venció la prorrogamos y que él con firma del ministro Lagna tomó la opción de prorrogarla por 90 días más, y venció a fin de septiembre. ¿No supo durante todo ese tiempo que estaba vigente?
Frente Progresista
-Desde 2015 al Frente Progresista le ha costado mucho romper la polarización ¿Por qué?
-La grieta ha formado una suerte de conciencia mediática y social de que solo hay dos opciones. Eso tiene un gancho mediático pero también se trata de la estrategia política de encontrar un adversario para que fuera más simple el mensaje: es malo, es bueno y al revés. Y la vida tiene una complejidad mucho mayor. Aspiro a que los ciudadanos y ciudadanas vean qué hicieron cada uno de los sectores en el gobierno. Quiero recuperar el orgullo de nuestra provincia y ninguno de los extremos de la grieta se han ocupado de Santa Fe. La deuda la originaron Néstor y Cristina, no la devolvió Macri ni la está devolviendo Alberto Fernández. Las retenciones a nuestro castigadísimo campo las fortalecieron Nestor y Cristina, tuvo una mínima baja en el gobierno siguiente, pero siguen firme. No hay entendimiento de Santa Fe desde la grieta y nosotros sentimos que la conocemos y que hemos sabido hacer cuando hemos estado en gobierno.
-Respecto de la deuda, el ministro del Interior dijo la semana pasada en Sauce Viejo que en los próximos días va a anunciarse un acuerdo.
-La verdad es que es muy contradictoria la comunicación que el gobernador ha hecho. En los dos últimos años siempre que le exigíamos saber en que estado estaba, decía que no podía hacer nada porque estaba en la justicia. Nosotros le replicábamos que estaba en la justicia porque provincia y Nación no se habían puesto de acuerdo en el índice de actualización, que es lo único que falta. Por eso nos sorprende que estén comentando eso. Al primero que se lo escuche decir es a Marcelo Lewandovsky y mi crítica fue que si él hablaba cosas con Cristina que el gobernador no supiera porque un día Perotti dijo que no podía hacer nada y al otro día Lewandovsky dijo que estaban a punto de firmar el acuerdo. Es bueno que vaya a firmarse pero es malo que nos tengamos que enterar de una manera informal porque como legisladora quiero saber cual es el acuerdo ya que hay una ley que dice que todos esos fondos van a obras públicas y quiero conocer cuales son las exigencias que en defensa de los santafesinos este gobierno está poniendo como condición para firmar el acuerdo.
-¿En estas elecciones se juega algo del futuro del Frente Amplio Progresista?
-Estamos seguro que el Frente Amplio Progresista va a salir fortalecido y va a ser la fuerza que más va a crecer desde las PASO a la general. Tenemos el apoyo contundente de nuestros más importantes dirigentes como Rubén Giustiniani, Pablo Javkin, Emilio Jaton, Daniela Questa, Gonzalo Toselli. Tenemos una potencia y una convicción muy fuerte en una circunstancia de grieta donde todas las provincias tienen casi solo dos alternativas. Incluso la globalización de los medios de comunicación hace que la gente tenga una gran confusión acerca de a quién vota y para que. Gente que a lo mejor está queriendo votar a alguien que no es candidato en la provincia o la inversa, vamos a estar votando concejales y presidentes comunales que confunden. Hago cargo al gobierno que este año no hizo una buena comunicación oficial explicando el régimen electoral para que la gente tuviera más información.
-Las relaciones entre el Ejecutivo y la Legislatura no han sido buenas en los dos años de gestión de Perotti. ¿La sanción de la ley de conectividad significa algún cambio en esta relación?
-El gobernador con quien mayores problemas tuvo en el poder legislativo es con su propio espacio político, lo que es inédito. Y después ha habido una metodología de ingresar los proyectos por mesa de entrada sin siquiera tener un diálogo previo ni posterior. Respecto de la ley de conectividad, ingresaron dos leyes de dos ministerios distintos: uno para transformar Enerfe y que fuera proveedora de servicios de conectividad, lo que puso en alerta a todos los prestadores de los servicios de internet y de conectividad, y otra para endeudarse. La primera la dejaron y nunca más nadie intentó defenderla. Respecto de la segunda, tres veces invitamos a los funcionarios entre noviembre y diciembre del año pasado a que lo explicaran y las tres veces nos dejaron plantados. Le hicimos una nota al entonces ministro Rubén Michlig con más de cuarenta preguntas, demoraron tres meses en contentarlas y las respuestas no eran completas. Lo que nosotros explicamos es que esta iniciativa se trataba solo de un endeudamiento de unos 10 mil millones de pesos, cuando en el banco hay 76 mil millones de pesos, por lo que no era necesario endeudarse para hacerlo. Todo lo que el gobernador quería hacer en este tema tenía la potestad y los fondos. De todas maneras como un gesto político, aún en el medio de la campaña, ante la venida del ministro y el pedido de que lo aprobáramos, decidimos bajo una circunstancia especial solicitar una serie de puntos muy estrictos que el ministro de manera personal se comprometió a tener en cuenta.
-¿Puede seguir esto con las leyes de seguridad?
-No hemos tenido una contundencia del nuevo ministro respecto de coincidir en el contenido completo de esos proyectos de ley que, debemos decir, en muchos aspectos tenía un corte y pegue de otros orígenes.
-¿Qué autocrítica tiene para hacerse la política de Santa Fe?
-Quizás la política ha sido más complicada en la manera de comunicarse y quizás también ha dado menos respuestas de las que la gente quería, razón por la cual hay alguna decepción. Lo que yo pretendo, busco y por eso lucho es que recuperemos el orgullo de la buena política y el orgullo de Santa Fe que ha sido un ejemplo de institucionalidad y de política seria pensada en la gente. Quiero recobrar ese orgullo y si hay mala política que la solución no se busque afuera sino adentro, entre los que honran ese mandato y esa vocación de servicio.