De género musical menor a influyente actor político, un libro recorre la historia de la cumbia santafesina
Se trata de "Ay amor" escrito por Barbara Pistoia y publicado por "El Gourmet Musical".
¿Qué hace que los cantantes más conocidos de la movida terminen en las listas de legisladores y concejales de los distintos partidos políticos que compiten?
Actor político principal de las últimas cuatro elecciones provinciales, sobre en todo en la ciudad de Santa Fe y la región, la cumbia santafesina pasó de ser un género musical menor de las barriadas más populares, dicho esto muchas veces en sentido despectivo, a ser una especie de semillero de la política electoral santafesina, profundizado por un sistema electoral de boleta única que prioriza el conocimiento del candidato por sobre las ideas.
¿Qué hace que los cantantes más conocidos de la movida terminen en las listas de legisladores y concejales de los distintos partidos políticos que compiten? ¿Pueden ser juzgados con la misma vara quienes no se prepararon para eso porque nunca se imaginaron que allí iban a ir a parar producto de la deserción de los políticos sobre su rol? ¿Es la cumbia un producto cultural santafesino como lo fue la telenovela de América Latina? "Nacionalizado, desde afuera, la cumbia santafesina, el liso, el fútbol aparecen como elementos aislados, pero cuando los unís se construye algo que no es menor, atractivo y fértil. La cumbia romántica es un producto santafesino tal como lo conocemos y como lo pensamos. Cuando yo digo cumbia romántica, es Santa Fe", dice la autora del libro.
¿Cómo fue que las figuras de la cumbia santafesina terminaron en las listas de candidatos de los partidos políticos? "Porque no hay política, está arrasada y por eso necesitan el entretenimiento, ni siquiera de la cultura. La gente no conoce a los 200 políticos que hay, que además un día son de un partido y al otro día de otro, Es tan difícil seguir la ruta de la política cuando no hay política sino intereses muy concentrados, que el entretenimiento invita a un voto sin importar qué, porque además nadie reclama ni le pide factura a quien corresponde. Por un lado, es muy loco que se les pida a los artistas que opinen y cuando lo hacen como a uno no le gusta se los mata, y por el otro tener a personajes que se suman a una boleta sin haber dicho una palabra de política en su vida, que de repente son socialistas, peronistas o lo que fuere. La gente está trabajando 12 horas por día tratando de sobrevivir y vota lo que puede o lo que le sale, sabiendo que gane el que gane no va a cambiar nada, que el que suba te va a destruir la vida igual. Y no hay costo para nadie", dice Pistoia.
La prehistoria
"La cumbia santafesina es algo propio, que tiene elementos muy particulares. Por ejemplo, la inclusión del acordeón, porque la guitarra eléctrica ya existía. El acordeón da fe de marca, da testimonio de origen, señala cosas muy puntuales y específicas que no sucedieron en otro lugar. Después está el tema de la letra romántica, más largo en el tiempo y donde tienen incidencia las discográficas, que es una identidad que se empieza a redondear en los 80, ya con 20 años de cumbia santafesina. Pero también sigue siendo algo muy específico de Santa Fe, porque no es lo mismo una letra romántica con altas dosis eróticas y calurosas que marcan algo que tiene que ver con una forma de ser, en cómo lo contás, que no es lo mismo en una ranchera mexicana ni en el flamenco y ni hablar en una balada que es como el lenguaje universal, global y lavado del amor".
Esta movida que empezó a principios de los 70, pero que tuvo antecedentes en las grandes orquestas típicas de los 50 y 60, acompañó el recorrido de la ciudad y sus cambios y transformación, desde el brutal proceso de desindustrialización que empezó en la segunda mitad de los 70, la esperanza democrática y de conjunto que se fue empobreciendo de los 80 y la pauperización y marginalización de los 90, donde la cumbia llegó a Punta del Este, el surgimiento de la cumbia villera post 2001 y el clímax que se alcanza en el Bicentenario, "con esa idea de Patria Grande, donde nos sentimos parte de esa generación que lo vivió como una fiesta".
"Es muy loco que se les pida a los artistas que opinen y cuando lo hacen como a uno no le gusta se los mata, y por el otro tener a personajes que se suman a una boleta sin haber dicho una palabra de política en su vida".
El libro recorre este proceso porque, como dice la autora, "la conversación musical nos permite historiar de una forma que nos da dos bendiciones: por un lado, es muy fiel porque atrás de todas las canciones hay historias que permiten armar algo que se corre de los libros y de la formalidad, ya sea de la mirada más erudita o ilustrada que muchas veces queda muy lejos del territorio o la historia más oficial que tiene que ver con responder a distintos intereses de distintos poderes. Seguir la línea de la música trae un montón de historias detrás de las canciones, de los instrumentos, que te muestran otra cosa, leer la historia de las músicas en general te permite también entender la realidad por otros medios".
"La cumbia se desarrolla en Argentina en situaciones democráticas muy terribles, muy trágicas, con muchas intermitencias y con políticas muy tremendas que atacan desde el desprecio a esos sectores, y atacan todo su mercado porque atacan el carnaval, los clubes, otras formas de economía comunitarias que afectan a esos sectores y obviamente, terminan afectando a la cultura. La cumbia suele ser tratada como un género menor y no lo es. Todo lo contrario, es un género como el hip hop el regatón, el rock, ni hablar el tango", explica.
La década del quiebre
Los 90 son, para la autora del libro, un momento de quiebre en el país y también en la cumbia santafesina. "Como nacen de las formaciones musicales de los 60 y los 70 sigue existiendo una cosa orquestal. En los 90 esas personas que formaban ese ideario de orquesta son más grande para lo que se quiere en términos de mercado y de televisación y ni hablar de estéticas porque la implicancia menemista dentro de la cultura es estética y utilitaria. En la cumbia santafesina lo que se ve es como que había orquestas de cierta edad y estéticas que no terminaban de cuadrar con lo que venía a proponer la estética menemista. Y también hay algo que no termina como de ensamblarse en todos en general, que es que la cultura menemista te hace una fiesta popular, mientras aplica políticas exclusivas y expulsivas. Ahí tenes un contraste muy fuerte, no todos terminan de subirse a esa fiesta popular".
- ¿No está subexplotado el género cumbia romántica santafesina en la ciudad? Podríamos hacer, por ejemplo, un recorrido por los distintos clubes y salones de fiestas donde actuaron los grupos más importantes, como hicieron el Paseo del Papa Francisco en el sur de la ciudad, por ejemplo, que podría ser aprovechado turística, comercial y culturalmente, como herramienta de identidad.
La tapa del libro Ay Amor.
-La ciudad no habla o habla muy poco de la cumbia santafesina. Me gustó mucho el libro de Hugo Alberto Miguel que hace un recorrido por los clubes, donde pasaron un montón de cosas. Y después hay algo que me parece que sigue en la conversación que es como una lectura clasista asociada a ciertos sectores. Yo vivía en Barrio Sur y solo escuchaba cumbia los días de partido que jugaba Colón. Pero la ciudad no habla, no hay una ruta de la cumbia santafesina, un museo o un centro cultural en el que haya instrumentos. Se abrió una hemeroteca, pero nunca me vieron bolilla, no hay información. Es como un fantasma. Más allá del reclamo cultural, es un lugar público que se mantiene con plata pública, tiene que informar que hacen, que tienen, cuando se puede utilizar".
La Fiesta de la Cumbia santafesina, que dejó de hacerse, los recitales de Los Palmeras con la Sinfónica y la participación de Los Palmeras en la final de la Copa Sudamericana de 2019 fueron hechos muy potentes en los últimos tiempos o el pedido de Messi para que Sergio Torres cante el himno nacional en un partido de la selección argentina, señalan momentos inolvidables para muchos y ayudan a sacar "de los márgenes" a la cumbia santafesina. "Son hechos tan asilados que es muy difícil así", reflexiona.
Hay en el libro un tema tratado oblicuamente que es el de la cumbia como negocio y fuente de generación de empleos porque hoy es, por lejos, en el área de la cultura audiovisual, la más dinámica, después de las oficinas de prensa del Estado. "Es una actividad que motoriza la economía de Santa Fe, es muy importante a nivel regional. Yo lo menciono como un tema de laburo, pero es un tema donde hay responsabilidades compartidas entre la política y los protagonistas que ganan mucha plata cash y generan mucho laburo que también se paga cash. Voy a escuchar cumbia desde que tengo 16 años y he visto como fue avanzando la tecnología y como las bandas han tenido que seguir esta evolución, se ven obligados a actualizarse y están intentándolo, lo que es muy importante. Y generan muchos empleos, aunque informales, para músicos, pero también en los clubes de barrio, el que cuida los autos estacionados, el del kiosco de la esquina. Es muy importante en términos culturales, pero también en términos económicos, es como que no se termina de valorar más allá de si te gusta o no la cumbia", dice Pistoia.
En este sentido, plantea algunas críticas a la organización y la forma de relacionarse entre los cantantes y los integrantes de la banda, sobre todo en lo vinculado con la relación laboral. "Los solistas que tienen una banda atrás y que sin ella no podrían salir a tocar, siguen siendo solistas individualistas. La idea de la chica que me ayuda en casa es la misma de la del chico que me ayuda en el escenario que viene, toca y se va, ambos están en la informalidad, en el primero de los casos porque como que es parte de la familia y en el segundo porque son como hermanos musicales. Hay algo de no querer blanquear cuánto se gana donde entran todos: los clubes, los empresarios, la política, la policía que cubre los despelotes, no se salva nadie. Y los músicos que van por los extremos: o no opinan de nada o encabezan una boleta en unas elecciones. Marcos Camino intentó organizar ciertas cosas y las pocas mejoras que existieron tienen que ver con aportes de él, como registrar las canciones para cobrar o tener la obra social. Estaría bueno que una parte de esa plata que ganan fuera reinvertida en la ciudad, a nivel escena, en la estructura del espectáculo".
Finalmente, pide que los artistas más conocidos de la cumbia santafesina salgan a "venderla" en cada oportunidad que tengan. "Hay una falta de formación e interés en hacerlo. Hay mucha individualidad porque todos tienen en algún momento sus 15 minutos de fama. Más allá de los orígenes de cada uno, ser un artista popular es una carga y una responsabilidad porque esta condición incluye algo más que es la gente que representas, la ciudad donde te desarrollaste musicalmente, ¿No les da curiosidad lo que están haciendo? Hay gente que les va a preguntar que es la cumbia santafesina y esta mal que no sepan responderlo o que solo tengan respuestas en modo casete. Los artistas no tienen que ser faros morales ni héroes ni nada de la sociedad, pero creo que tienen responsabilidades sociales y culturales ya que están ahí porque la gente los banca aun en situaciones económicas malas, porque trabajan toda la semana para ir el sábado a pagar una entrada. No hablo de formación económica ni erudita, pero no puede ser que no tengan idea de lo que pasa. Es importante saber que pasa en el país y que haces, que representas, conocer tu cultura, la historia de lo que haces porque sos artista popular y como la palabra lo dice contiene otra cosa, contiene tu pueblo digamos, no solo tu individualismo".
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