Los gobernadores peronistas de la Región Centro, fuera del planteo contra Rosatti
Con la posición que asumió el entrerriano Gustavo Bordet toma otros contornos la respuesta que obtuvo el presidente Alberto Fernández de los jefes de las provincias gestionadas por el justicialismo. Más allá de que al jefe de la Casa Rosada se le desgranan los apoyos, es interesante ver que reaparecen límites dentro del propio oficialismo.
Han quedado desde hoy, en una vereda, Alberto Fernández y11 gobernadores entre los que pesa como si fuera medio país la provincia de Buenos Aires. Foto: Pablo Aguirre
Es un escándalo que un gobernador haya tenido que salir a desmentir su firma, en un documento en el que sí han puesto su rúbrica el presidente de la Nación y once pares suyos. Más si se trata de un pronunciamiento para pedir el juicio político contra el titular del máximo tribunal de la Argentina.
Se sabe: el entrerriano Gustavo Bordet figuraba en la primera versión, siempre oficial, de pedido de juicio político al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Horacio Rosatti pero su nombre fue borrado luego de que el hombre de la Costa del Uruguay negara públicamente haberse sumado. Como si se tratara de un club de amigos, o un peña, en la que se quitan y ponen nombres sin consultar porque hay confianza.
También es relevante, pero no debería resultar una sorpresa, que sean menos los gobernadores que hoy promueven la remoción del juez Horacio Rosatti que los que antes se manifestaron contra el fallo de la Corte que benefició con un pronto despacho -que no hubo para Santa Fe en 2009- a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y convalida la cautelar que hará que nuevamente todos los argentinos paguen la policía de esa jurisdicción (más allá de que no salda el fondo de la cuestión).
El mapa que ha cambiado en el peronismo a nivel nacional recuerda el que se forma cada vez que se toca ese tema espinoso, el de la coparticipación federal a las provincias. Nadie se mueve un milímetro de lo que ha alcanzado y al primer estado argentino, a la provincia de Buenos Aires, que no recibe su porción porque la ley atrasa, se la compensa con actos discrecionales como los ATN, el fondo del Conurbano o los subsidios en energía, transporte, agua potable y cloacas.
Las provincias "chicas" saben que están recibiendo más de lo que aportan y prefieren que las cosas sigan así, sin que se cumpla con el mandato constitucional de la reforma de 1994. Se dice que como legislador Omar Perotti tropezó, como diputado y como senador nacional, con esa realidad. Ahora pide el debate que no impulsó como legislador, y acaso contribuya con su pedido de debatir una nueva ley de coparticipación a crear otro mapa que le de mejores condiciones a una discusión más que compleja. El tiempo lo dirá.
Dos veredas
Han quedado desde hoy, en una vereda, Alberto Fernández y 11 gobernadores entre los que pesa como si fuera medio país la provincia de Buenos Aires. Fuera de la firma del gobernador bonaerense Axel Kicillof, sus pares pertenecen a jurisdicciones con escasa población del norte y del sur del país (Tucumán escapa seguramente a esa observación).
Es una novedad política importante para 2023 lo que ha sucedido este 4 de diciembre, a media mañana. El "no" de Bordet deja en su lugar a la Región Centro. No es la vereda de enfrente, sino otra senda.
No parece haber sido una posición acordada entre los tres, más bien la natural reacción de cada uno de los jefes de los estados provinciales peronistas de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba.
Con respecto al juicio entre Caba y la Nación ya habían tomado distancia Omar Perotti y Juan Schiaretti, por eso el que hoy tenga igual concepto Bordet no puede pasar por alto en el peronismo.
Liderazgo en crisis
El partido de gobierno está en transición, con el liderazgo de Cristina Fernández Kirchner que tropieza con dos dificultades inmediatas: su anuncio de que no será candidata (aunque ahora parezca amagar y recular con el argumento de la proscripción, que en 2023 no puede ser efectiva por el fallo por corrupción en primera instancia) y sobre todo con su exclusiva decisión de ser la responsable de la presidencia de Alberto Fernández. El precandidato a presidente fue elegido por la precandidata a vicepresidenta. Sólo por ella.
En ese contexto, el nuevo mapa muestra de un lado que es evidente el peso específico del gobernador bonaerense "más diez". Como sucede con un equipo de fútbol que tiene solo una estrella, que cierra filas en torno a los gustos del kirchnerismo contra la Corte. Ahora se pide la cabeza de Rosatti sin medias tintas y con argumentos que, aunque provengan de una escucha ilegal y seguramente inaceptables en términos judiciales, tendrían que ser seriamente respondidos por los cuestionados. Son demasiado graves los contenidos, las palabras, las confianzas, de las escuchas ilegales que se han divulgado entre un colaborador de Rosatti y un funcionario de Horacio Rodríguez Larreta.
Por otra parte, dentro del peronismo hay tres gobernadores de las provincias más fuertes, que tienen ya consolidado un acuerdo regional que cumplirá en agosto nada menos que 25 años y que constituyen una porción importante de la economía argentina. La RC tiene una marca y nació a fines de los '90 como una suerte de reclamo del interior del país por mayor equilibrio con Buenos Aires, con los dos: con que le da nombre a la ciudad que es capital federal y con el que da su apellido a la provincia más grande.
Perotti y Schiaretti. Y ahora Bordet. Son tres gobernadores que han dicho no, pero aún no son un trío. Habrá que prestar atención a sus voces.