Mientras el presidente Javier Milei culmina su viaje no oficial por España, que desencadenó un inesperado escenario diplomático con el país ibérico, el gobierno buscará avanzar con la media sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado.
Serán días de negociaciones aceleradas para poder sesionar en la Cámara Alta. Mientras, un conflicto inesperado con el país europeo.
Mientras el presidente Javier Milei culmina su viaje no oficial por España, que desencadenó un inesperado escenario diplomático con el país ibérico, el gobierno buscará avanzar con la media sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado.
La Cámara Alta retomará el martes la discusión en comisión del paquete fiscal en la comisión de Presupuesto y Hacienda. A su vez, el oficialismo continúa con las negociaciones -más encaminadas- para conseguir los dictámenes que le permitan desembarcar en el recinto senatorial, luego de que culminará la semana pasada las rondas de expositores en el plenario de comisiones de la ley de Bases.
El jueves pasado, la vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Victoria Villarruel, recibió en su despacho al ministro del Interior, Guillermo Francos; al vicejefe de Gabinete, José Rolandi; y a la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzabal Murphy. En ese encuentro, los funcionarios fueron en buscar de la muñeca política de la vice para destrabar y agilizar las gestiones.
El acercamiento se concretó 14 días después del ingreso de ambos mega proyectos al Senado. Desde la última semana de abril, en la que los proyectos tuvieron la media sanción de Diputados, Villarruel aguardaba las instrucciones de la Casa Rosada para accionar su brazo político con los senadores, principalmente, aquellos que no dependen de ningún gobernador y tienen vuelo propio en el hemiciclo con respecto a su voto.
Sin embargo, las indicaciones nunca llegaron y Villarruel fue excluida de la negociación. Dormido y sin la misma sinergia que en la Cámara baja, el Ejecutivo echó a rodar la ley de Bases y el paquete fiscal sin brújula en el Senado. Lo hizo solo con un rígido calendario que se fue deshilachando con el paso de los días.
En este contexto, y ante la notoria falta de coordinación entre la Casa Rosada y los senadores aliados, Rolandi activó el martes pasado la maquinaria política que, por alguna razón, el oficialismo abandonó en el salto de ambos proyectos de Diputados al Senado. En esta panorama, los funcionarios acudieron a Villarruel.
Desde la llegada de los proyectos al Senado, Francos se enfocó principalmente en apuntalar a los gobernadores, pero no atendió las advertencias que en voz baja deslizaban algunos senadores de bloques aliados. Los más pirotécnicos ya en comisión fueron Guadalupe Tagliaferri (CABA), del PRO, y Martín Lousteau (CABA). Tagliaferri participó del encuentro de hoy en el despacho de Villarruel.
Horas después del encuentro con Tagliaferri, Villarruel se reunió con Lousteau y con el senador Maximiliano Abad (Buenos Aires). Ambos por separado. Parecería que la abogada se enfocó por estas horas a realizar una especie paneo general del estado de situación. El viernes, la abogada continuó y logró una foto importante con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres.
Lo más llamativo de la foto no fue Torres, sino la presencia de la senadora Edith Terenzi. Terenzi integra el bloque Cambio Federal y votó en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, en marzo pasado. Si bien no depende de Torres y tiene vuelo propio, era una de las dudas en el poroteo que realiza el oficialismo para sellar los apoyos que terminen de inclinar la balanza frente a los 33 senadores kirchneristas.
El presidente Milei concurrió a un acto partidario del espacio Vox, donde lanzó duras críticas hacia sectores de izquierda. Las elites globales no se dan cuenta de lo destructivo que puede llegar a ser implementar las ideas del socialismo porque lo tienen demasiado lejos”, dijo.
“No saben qué tipo de sociedad y país pueden producir y qué calaña de gente atornillada al poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar, aun cuando tenga la mujer corrupta, ensucia y se tome cinco días para pensarlo”, añadió el Jefe de Estado.
Precisamente, las palabras de esa última frase fueron las que calaron hondo en el gobierno español que conduce Pedro Sánchez.
Rápido de reflejos, José Manuel Albares ministro de Asuntos Exteriores español, brindó un comunicado de prensa a cámara desde Madrid.
"Les anuncio que acabo de llamar a consultas a nuestra embajadora en Buenos Aires sine die", declaró.
Para Albares, es “inaceptable que un presidente en ejercicio y en visita a España, insulte a España y al presidente del gobierno de España”. En esa línea, agregó: “Un ataque frontal a nuestra democracia, a nuestras instituciones y a España”.
A las palabras de Albares, se sumaron las de se Alfonso Gómez Celis, vicepresidente del Congreso español y secretario del Área Institucional y Grandes Ciudades; Isabel Rodríguez García, ministra de Vivienda y Agenda Urbana de España y Pedro Casares, portavoz de Economía en el parlamento español y secretario de Economía y Transformación Digital del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Gómez Celis afirmó que “la defensa del honor y dignidad de España trasciende del partidismo. Es una cuestión de unidad y lealtad” y remarcó que “la mayoría de grupos parlamentarios y la Unión Europea” apoyan la respuesta de Albares, “al grave ataque de Milei” contra el presidente Sánchez.
Por su parte, Rodríguez García calificó de “inaceptable” al discurso del presidente argentino y aseveró que “frente al odio” hay que estar “más unidos que nunca en la lucha por la democracia”; en la misma línea, Casares ratificó que lo de Milei es “intolerable”.
Finalmente, Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión de la Unión Europea (UE), publicó con su cuenta personal de la red social X que “la libertad política, la prosperidad, la cohesión social basada en la redistribución fiscal y el respeto en el debate público son pilares" para los integrantes de la UE.
“Los ataques contra familiares de líderes políticos no tienen cabida en nuestra cultura: los condenamos y rechazamos, especialmente cuando provienen de socios", concluyó Borrell.