Caputo y Sturzenegger apuntan contra los gobiernos municipales por la inflación
Los ministros de Economía y Desregulación denunciaron, cada uno por su lado, el aumento de tasas con fines recaudatorios que obstaculizan el programa económico de la administración libertaria que lidera Javier Milei.
Caputo y Sturzenegger apuntan contra los gobiernos municipales por la inflación
Los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, apuntaron contra los gobiernos municipales por las suba de tasas e impuestos locales que achacan como parte de la composición de la inflación nacional, perjudicando el programa económico de la administración de Javier Milei.
En su cuenta de X, el ministro Caputo citó la opinión del economista Gustavo Lazzari, que en un medio televisivo cuestionó duramente el incremento de los impuestos municipales bonaerenses asegurando que detrás esa decisión se esconde una intencionalidad política.
Lazzari había expresado que la suba de tasas de algunas intendencias bonaerenses “es una crueldad violenta que tiene dos objetivos: uno es el clásico recaudatorio y otro es estropear las reformas a nivel nacional”, denunciando que se trata de una “cartelización de municipios para que la reforma no tenga utilidad”.
En esa línea, el titular de Economía sostuvo que “los Municipios están aumentando de forma descontrolada sus tasas y lo hacen no solamente con fines recaudatorios sino también políticos: obstaculizan el programa económico que lleva adelante este gobierno para bajar la inflación y, como siempre, los grandes perdedores son los ciudadanos”.
En busca de aportar claridad respecto a la potestad de los intendentes de aplicar subas en sus gravámenes, el ministro manifestó “para que la gente lo entienda” que “las tasas tienen que tener, según la Corte, una relación directa con un servicio efectivamente prestado; y el monto, como es obvio, tiene que guardar razonable proporción con el costo de ese servicio que retribuye”.
Al respecto, sostuvo que “las tasas en aumento no solamente carecen (en muchos casos) de una prestación efectiva y directa, sino que, además, su monto es completamente exorbitante e irrazonable”, por lo que “se traduce en un evidente incremento de los precios que pagan los consumidores”.
De esta manera, el titular del Palacio de Hacienda expresó su preocupación por la injerencia que tendrá en la inflación las subas de estas tasas en comercios y aseguró que “lo peor” de la política recaudatoria municipal es que “cobardemente las Municipalidades esconden sus aumentos en facturas de otros bienes o servicios, ajenas a ellas”.
Ante esta situación, Caputo precisó que se encuentra trabajando en el tema indicando que “ya me he reunido con distintos actores involucrados en la problemática y estamos analizando la mejor estrategia para frenar a los vivos de siempre” remarcando que “la baja de la inflación es innegociable”.
"Paraguas para aumentar gasto público"
Por su parte, el ministro Sturzenegger, deslizó la misma crítica como parte de un elogio a su par de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, por la firma de la resolución 276/24 que determina que los sellos necesarios para la transferencia de vehículos “los deberá cobrar cada provincia, como pueda”.
Desde una publicación que realizó en redes sociales, Sturzenegger aseveró que dicha regulación “inaugura una nueva etapa en la relación fiscal entre la Nación y las provincias”.
Explicó el titular de Desregulación que, “para una transferencia de vehículos, antes se pagaba 5,1% (3% de sellos y 2,1% de trámites administrativos)” y que, desde el día de ayer, el trámite se bajó a un 1% y porque “los registros dejarán de cobrar sellos”.
“Hasta ahora, los municipios y las provincias cobran muchos impuestos ‘ocultos’ en instrumentos nacionales o en las boletas de servicios. En los ‘80, cuando en Argentina había descontrol fiscal, bregamos por este mecanismo para mejorar la recaudación. Pero funcionó tan bien que los municipios y provincias lo utilizaron como un paraguas para aumentar sus ingresos y sus gastos exponencialmente. Más ñoquis, más gasto público con bajísima productividad”, detalló.
En la misma línea, cuestionó sobre qué sucedería si a los municipios y a las provincias “no les resultara tan fácil ocultar su recaudación” y si tuvieran “que poner la cara con los ciudadanos para justificar lo que hacen”, su respuesta fue contundente: “El control ciudadano del gasto sería mucho más fuerte y el tamaño del sector público menor”.